¿qué nos quedaría para el futuro?
La divulgación de los informes oficiales presentados por la empresa Aratirí al gobierno uruguayo solicitando autorización para su propuesta de minería de hierro a cielo abierto en gran escala en el centro del país pone en evidencia que, de implementarse este proyecto, estaríamos ante la destrucción total y definitiva del ecosistema en una extensa área del territorio nacional
Por Víctor L. Bacchetta
El pasado 5 de abril, la empresa internacional Aratirí (Zamin Ferrous) presentó a la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) requerido para la construcción de las minas, el mineroducto y el puerto que componen el Proyecto Valentines de extracción y exportación del hierro uruguayo. Puesto a disposición del público, el EIA es la base de este análisis crítico del proyecto y sus previsibles impactos.
Al mismo tiempo que ha declarado a diversos medios de prensa que no hace declaraciones públicas, Aratirí afirma que existe una campaña en su contra basada en datos equivocados. Aunque posee vacíos de información y abarca solo el comienzo de la actividad minera, el EIA es un documento oficial que permite el análisis sin que los datos sean cuestionados.
La zona minera
Aratirí cuenta hoy con unas 110.000 hectáreas con licencia de prospección, 8.500 ha con permiso de exploración y 360 ha con permiso de concesión:
● Serán 1186 padrones total o parcialmente afectados en forma temporal o permanente.
● El distrito minero comprende la mayor parte de las 120.000 ha, que son mayoritariamente destinadas hasta hoy a actividades de prospección y exploración.
● La extracción y beneficiamiento junto con las áreas de amortiguación ocuparían 11.500 ha pertenecientes a 209 padrones que serían parcial o totalmente intervenidos.
● Las minas podrían cubrir un área total de 4.300 ha, según el EIA, incluyendo varios depósitos de estériles y zonas de maniobra y logística.
● El material estéril final, descartado del proceso de concentración, será descargado en el embalse de relaves de unas 2.400 ha.
● La empresa identifica 5 yacimientos, el Grupo de Valentines (4 tajos que ocuparían unas 400 ha) y Las Palmas (un tajo de 400 ha). Son 5 cráteres cubriendo un total de 800 ha con 300 a 400 m de profundidad cada uno.
Aratirí prevé una producción de 18 Mt anuales que, si la obra se inicia a fines de 2011, llegaría hasta 2033, pero su gerente nacional, Fernando Puntigliano, afirmó pocos después de entregado el EIA, que el recurso podría ampliarse de 4.000 a 5.000 Mt, lo que extendería la vida de la mina por 20 años más.
Corta Atalaya fue la explotación a cielo abierto más grande de Europa, en Huelva, España. Tiene 1200 metros de largo, 900 metros de ancho y 350 metros de profundidad, semejante a los cráteres de 100 ha proyectados por Aratirí en Uruguay. Corta Atalaya, de la Rio Tinto Company, estuvo en explotación hasta setiembre de 1994 y así quedó hasta hoy.
Los desechos de la extracción del mineral se dividen en dos, los depósitos de estéril al lado de cada mina y el embalse de relaves adonde va el lodo de la separación final del hierro del mineral en la planta industrial.
Los depósitos al costado de las minas llegan hasta 100 m de altura y cubren una superficie 2,5 veces la del cráter, o sea, un total de 2.000 ha. El embalse de relaves, tendría finalmente una altura de 51 metros, una cresta de 110 metros y el área del depósito cubriría 2.420 hectáreas.
Si a los tajos y los depósitos de estéril se le agregan 250 ha de la reserva de agua y 50 ha de caminos internos, sin contar los espacios intermedios y otras instalaciones, suman 5.520 ha contra 4.300 ha declaradas en el EIA.
Impactos de la extracción
Los principales impactos de la extracción del mineral son: a) afectación a la topografía por desestabilización de taludes, deslizamientos, remoción en masa y desencadenamiento de procesos erosivos; b) remoción de suelo y perdida de cantidad y calidad del recurso; y c) desviación de aguas superficiales. Según el informe, estos impactos serían permanentes e irreversibles.
Según Aratirí, la desviación de los cauces tiene un “alto impacto en el medio ambiente y en los usuarios de agua en el área próxima a las instalaciones de la operación minera”. A esto debe agregarse la reducción de la calidad del agua superficial por la infiltración de minas y depósitos, que será permanente.
El EIA reconoce que el impacto en la reducción de niveles y calidad del agua subterránea es también de alta magnitud «cerca de las minas», pero no dice cuán cerca o lejos y lo considera reversible porque “mejoraría con el cierre de las instalaciones de la operación minera y en función del tiempo” (sic).
Según el EIA de Aratirí, “una amplia extensión de la cobertura vegetal tiene una fuerte presión por el pastoreo de ganado, los cuales deberán ser reubicados a zonas alejadas, la cual en un lapso corto de tiempo volverá a una condición de vegetación secundaria”. Esta reducción del pastoreo es calificada como un impacto positivo con significancia alta.
Entre este último impacto y los referidos anteriormente, existe una diferencia sustancial. Mientras que la afectación que puede provocar el pastoreo sobre la cobertura vegetal es reversible, no afecta la reproducción del ecosistema, los daños provocados por los tajos abiertos y los depósitos de estériles son irreversibles e irrecuperables, como lo admite la empresa.
Impactos de las explosiones
Según la propuesta de Aratirí, se utilizarán 43.000 toneladas de explosivos por año en la extracción del mineral y sus impactos serían:
■ Disminución de la calidad del aire por emisión de gases y generación de material particulado. Magnitud: alta, «pueden contener cristales de silicio y actinolita, y pueden afectarse componentes biológicos, económicos y sociales como núcleos habitacionales muy cercanos». Extensión: parcial, se afectarán áreas inmediatas y cercanas. Persistencia: permanente, en toda la operación “de forma intermitente”. Recuperabilidad: irreversible.
■ Disminución de la calidad sonora. Magnitud: moderada, pueden afectarse componentes biológicos, económicos y sociales. Extensión: parcial, se afectaran las áreas inmediatas y muy cercanas al proyecto. Persistencia: temporal, los efectos sólo se producirán durante horario diurno y cada dos días. Recuperabilidad: fugaz, “el impacto cesará una vez finalizada la generación de ruido” (sic).
Es decir que cada dos días se detonarían 235,5 toneladas. A pesar de los eufemismos usados para minimizar los efectos y no definir qué es lo cercano e inmediato, las afectaciones son evidentes. ¿A qué distancia podrán convivir razonablemente animales y personas?
Franja de amortiguamiento
Lo anterior nos lleva a un tema también controvertido por las distintas versiones de la empresa, que es la separación necesaria entre la operación minera y las actividades productivas vecinas.
■ Versiones dadas a pobladores del lugar en 2010 por técnicos de Aratirí decían que esa franja debería ser de 3 a 4 mil metros para permitir la convivencia razonable de seres humanos, fauna y flora.
■ El profesor de Geología de la Facultad de Ciencias, Gerardo Veroslavski, afirma que no hay un estándar, que se debe evaluar cada caso.
■ Puntigliano dijo recientemente que el estándar es de 500 m y que Aratirí propone mil metros de separación entre la mina y sus vecinos.
Una búsqueda en la bibliografía especializada no confirmó la existencia de ese estándar y, en el plano presentado por Aratirí a la Dinama, en algunas minas la franja de amortiguamiento resulta inferior a los mil metros.
El mineroducto
Sería un doble ducto de 60 a 70 cm de diámetro y unos 212 km de extensión atravesando los departamentos de Durazno, Florida, Treinta y Tres, Lavalleja y Rocha, afectando unas 1.100 ha (se calcula una franja de 50 m en los predios que atraviesa) en 222 padrones. Cruzaría ríos grandes como el Cebollatí y otros más pequeños, humedales y palmares, bordeando en su tramo final la Laguna Negra, antes de dirigirse hacia la costa.
El EIA de Aratirí evidencia los impactos de una ruptura del mineroducto, pero busca minimizarlos con frases sumamente vagas y afirma que, en última instancia, no es probable. La experiencia internacional lo desmiente.
En Argentina, el mineroducto de La Alumbrera tuvo en 2004 un derrame de 70 metros cúbicos de concentrado de oro y cobre. Hubo nuevos accidentes, varios no registrados porque se prohíbe el acceso del público a la zona. En Chile hay 14 mineroductos y año a año se registran incidentes. La prensa informó de un accidente del mineroducto de Anglo Chile en 2007, dos accidentes de Minera Escondida en 2008 y uno de Los Pelambres en 2009.
Terminal portuaria
Según la propuesta de Aratirí, la terminal portuaria ocuparía unas 250 ha, con 1.200 m de frente de costa, al noreste del predio de 1.900 ha perteneciente al Ministerio de Defensa Nacional en la zona de La Angostura, el tramo más estrecho entre la costa oceánica y la Laguna Negra.
“Siguiendo las recomendaciones del Gobierno Nacional y de la Intendencia de Rocha”, dice Aratirí para enfatizar que la ubicación de la terminal fue definida por las autoridades uruguayas. Si bien esto está supeditado a la aprobación del proyecto, esa afirmación es utilizada por la empresa para dar la imagen de que cuenta con aprobación oficial y no hay marcha atrás.
En el proyecto actual, la terminal sería dedicada exclusivamente al transporte del hierro. En tierra estarán los equipos para la separación del agua del metal y bombear el agua de vuelta al distrito minero. Una cinta transportadora llevaría el hierro por un muelle de 2,5 km de largo para permitir el atraque de buques de gran calado. El acceso de estos buques exige además el dragado hasta 20 m de profundidad de un canal de unos 9 km de longitud.
Impactos del muelle
La terminal provocará los siguientes impactos permanentes: 1) Afectación al sistema de dunas y procesos erosivos, y 2) Emisiones de sustancias químicas hacia el medio por carga y descarga de buques, dragado periódico, descarga de agua de lastre de buques e introducción de especies exóticas invasoras.
Diagrama del puerto proyectado por Aratirí
(en color beige la zona de alteración de la costa a ambos lados del muelle).
Aratirí reconoce asimismo el impacto sobre las actividades tradicionales de la zona: «La actividad turística y la pesca artesanal están asociadas al paisaje costero y a un imaginario que subraya sus atribuciones de espacio “natural”. La Terminal Portuaria y los efectos de la operación, especialmente la presencia de barcos, podría alterar la percepción sobre este espacio, afectando el flujo turístico a la zona. Efecto permanente e irreversible.»
Un impacto no mencionado en el informe es el hierro en el agua, llevado por las lluvias y por descargas involuntarias, que provoca crecimiento del fitoplancton (diminutas algas unicelulares) y afectaría las playas cercanas.
Con respecto a los predios costeros, el EIA prevé “Cambios en la topografía de la zona debido a la erosión de la actual línea costera hasta una profundidad de unos 100 m en el área al norte del puente, que afectará las propiedades privadas cercanas a la costa. Según la modelación, estos efectos, permanentes e irreversibles, se extenderán 2 km al sur y 5 km al norte del puente“.
Pero habría un efecto positivo: sería el aumento del hábitat marino, fuente de alimentación de las aves, debido a la construcción del muelle y su rompeolas. Al cierre de las minas, si se mantiene este puerto, estos efectos también, pero sería un escenario hipotético, incluso porque habría otros planes.
Varios analistas consideran que este proyecto minero apunta hacia objetivos más ambiciosos aún. “El puerto de Aratirí se convertirá en el primer puerto de aguas profundas de Uruguay”, afirmó Puntigliano, en diciembre último, ante la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). Desde hace años, Puntigliano viene defendiendo este puerto de gran escala, que consagraría a Uruguay como polo logístico regional o “puerta de entrada a Sudamérica”.
La terminal de Aratirí no es la infraestructura propia de un puerto de aguas profundas, pero puede ser el comienzo para ello. La concesión para construir un puerto en ese lugar de la costa uruguaya puede ser solo el inicio de un negocio mucho mayor que el hierro de Valentines.
En resumidas cuentas
El impacto ambiental no sostenible es un problema de grados o de escala, no de si determinada actividad contamina o no contamina. Toda actividad humana contamina. La cuestión clave es si la magnitud de ese impacto permite o no la reproducción del sistema ambiental local y global.
A pesar del lenguaje usado para minimizar los impactos y las perogrulladas del informe oficial de Aratirí, resulta evidente que de implementarse este proyecto estaríamos frente a la destrucción total y definitiva del ecosistema en una extensa área del territorio uruguayo. La solicitud ante la Dinama no incluye el estudio del impacto arqueológico, ni mínimos estudios de base sobre el patrimonio cultural del área que sería afectada.
¿Es posible fijar el valor de este daño ambiental y patrimonial irreversible? ¿Si fuera posible medirlo, quién lo va a pagar? ¿Los supuestos beneficios de esta intervención compensan ese resultado? Todo indica que no.
RECUADRO
Promesas de empleo
Aratirí promete 3.450 empleos directos y entre 10 y 15 mil empleos indirectos, pero la experiencia internacional no confirma esos cálculos y los empleos que serían posibles no compensan los empleos ya existentes
Según el EIA, el proyecto dará ocupación a 1300 obreros en el distrito minero, 10 en el mineroducto, 140 en la terminal portuaria y generará entre 10.000 y 15.000 empleos indirectos. Preguntamos a Aratirí cómo había calculado el empleo indirecto, respondió que la estimación pertenecía al Estudio Ferrere y prometieron enviar esa información pero nunca nos llegó.
El Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), que reúne a las mayores empresas y asociaciones nacionales de minería del mundo, aplica un coeficiente de 1,7 a 2,5 sobre los empleos directos para calcular los empleos indirectos que puede generar una gran explotación minera.
Si aceptamos que Aratirí generaría 1.450 empleos directos y le aplicamos el coeficiente del ICMM nos daría de 2.465 a 3.625 empleos indirectos, cuatro veces menos que las estimaciones de la empresa.
Pero Aratirí no iría a operar en una región desértica, sino ocupada por otras actividades económicas. Según la Tabla 1.3-107 del EIA, en las tres áreas ocupadas por el proyecto hay 3.573 personas dedicadas a la agropecuaria que serán afectadas por la minera y 4.156 trabajadores cuyo grado de afectación no puede deducirse directamente. El balance es cero o negativo.
El EIA no presenta cifras del empleo actual en las poblaciones de la costa de Rocha. Los 140 empleos estimados por la empresa para la terminal portuaria no son, por lejos, equiparables al trabajo existente en esa zona.
Este problema tan caro para los uruguayos, el de las fuentes de trabajo que aportarían estas inversiones, es parte de la propaganda de estos proyectos. Fue así con Botnia: de 10.000 empleos indirectos prometidos, hoy son unos 3.000 y el departamento de Río Negro tiene el mayor desempleo del país.