6 de julio de 2011
Algunos de estos hechos se presentan en los parques Yasuní en Ecuador y Yaigojé Apaporis en Colombia, las regiones de San Luis de Potosí en México, y Cajamarca y Madre de Dios en Perú.
La explotación aurífera se ha convertido en una fuerte amenaza para los recursos naturales de América Latina, incluso está afectando las zonas que han sido declaradas parques y/o reservas naturales, por su biodiversidad y, en algunos casos, por la importancia cultural y étnica que encierran.
Algunos de estos hechos se presentan en los parques Yasuní en Ecuador y Yaigojé Apaporis en Colombia, las regiones de San Luis de Potosí en México, y Cajamarca y Madre de Dios en Perú.
En todos estos territorios, grandes empresas y pequeños explotadores están afectando los ecosistemas para obtener el preciado metal que se exporta y se convierte en el respaldo de monedas como el dólar, según plantean expertos en el tema como el geólogo colombiano Julio Fierro, quien además afirma que la escasez de buenos yacimientos en el resto del mundo hace que los ojos de las grandes compañías mineras se posen en los países tercermundistas.
Pero no se trata solo de la extracción de un mineral; el costo ambiental es elevado para las naciones en donde están los yacimientos y tendrá graves consecuencias a futuro, pues al devastarse los bosques se reducen el agua y la calidad del aire. También se afectan los recursos hídricos subterráneos.
Esto influye directamente en la existencia de algunas especies animales y vegetales, y pone en riesgo el abastecimiento alimentario de la región, pues los suelos que eran antes para agricultura ahora tienden a ser explotados en busca de minerales.
Alisos preparó un completo informe sobre esta situación que tiene en alerta a ambientalistas, organizaciones de la sociedad civil y organismos de los países afectados. Invitamos a su lectura descargando el siguiente documento.