I. El gobierno parlamentario de Canadá no permite que sus empresas contaminen ni el aire y mucho menos el agua potable y para riego. Pero en nuestro país, los concesionarios de capital canadiense como la compañía Torex, hacen de las suyas. Y es que los directivos de esta empresa, a cambio de entregar mensualmente un soborno de hasta 200 mil pesos al presidente municipal de Cocula, Guerrero, está vertiendo sus desechos, altamente tóxicos, en el río Mezcala, en la presa el Caracol y en el Río Balsas. Los mineros, a quienes la Secretaría del Trabajo no atiende sus demandas por la injusticia laboral de que son víctimas de inversionistas canadienses, han denunciado la cantidad de desechos que sus directivos ordenan verter en esos lugares; contaminando todo lo que ese veneno encuentra a su paso: tierras, agua, sembradíos y al ganado. Y lo más grave es que los pobladores de esa región están padeciendo terribles daños a su salud, sin que el desgobernador Héctor Astudillo intervenga.
II. Este personaje nada ha hecho pese a las constantes denuncias para que esa minera deje de arrasar con sus prácticas gran extensión de terreno en esa entidad; aparte de que se llevan directamente en su transporte a Canadá, el oro y la plata por toneladas sin ser revisada en nuestro país. La reportera Patricia Muñoz (La Jornada: 3/I/18) fue a recabar información de esos hechos y los ha consignado en su nota; en la que expone, detalladamente, cómo esa minera Torex lleva años dañando el ecosistema de esa región guerrerense, y cómo ningún funcionario municipal del estado de Guerrero, ni federal, interviene. Ese intencional abandono de los gobernantes se debe a que reciben sobornos y a que son indiferentes para con los asuntos del pueblo, quienes, como los mineros de Sonora, Chihuahua, Zacatecas, etcétera, una y otra vez presentan sus denuncias ante los ministerios públicos. Como ante la Secretaría del Trabajo sus paros y huelgas por otras injusticias, sin que reciban respuesta alguna a sus legales peticiones, a lo más que llegan esos temas es como información en los medios de comunicación, mientras prevalece la total injusticia para los trabajadores.
III. Ahora es el caso en el municipio de Cocula, también en el estado de Guerrero, donde dominan los narcos y su sangrienta violencia de cientos de homicidios al mes, desde la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Y desgobernantes llegan y se van enriquecidos y no cumplen con sus obligaciones. Así que la empresa Torex se lleva sin control el oro y la plata a Canadá y deja, tras esa explotación mineral, una contaminación que ya causa estragos humanos, envenenamiento de tierras y agua potable. Y ni por piedad intervienen los funcionarios, mucho menos los del municipio que reciben cuantiosos sobornos. Por lo que a esos mineros no les queda más remedio que actuar en defensa de sus vidas, ante la violencia sangrienta y secuestradora que impera. Peña-Navarrete y el tal Astudillo han ignorado ese drama. Y permiten a esos canadienses continuar dañando irreversiblemente la zona, a pesar de las denuncias y quejas de sus pobladores.
Fuente:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2018/01/23/minera-canadiense-contamina-agua-tierras-guerrero/