Dirigentes como Juan Navarro, Rodrigo Carpio, Pablo Salas entre otros han sido expulsados “de manera definitiva y de por vida” de la Conacami. Palacín ahora quiere desaparecer Servindi por informar sobre la manera cómo pretende resolver las contradicciones.
– Servindi responde a la mezquindad de un exdirigente que por ambiciones personales lanza campaña dirigida a intentar desaparecer uno de los pocos medios informativos especializado en la problemática de los pueblos originarios.
Comunicado de Servindi
El llamado internacional para desaparecer el portal de noticias Servindi que hace el dirigente Miguel Palacín nos obliga a pronunciarnos para dar cuenta de los verdaderos motivos que animan tan desafortunada campaña, bajo el poncho de “demanda indígena andina”.
Con su pedido, Miguel Palacín se suma a los grupos de poder económico y político de dentro y fuera del país, para quienes Servindi es un medio incómodo por el trabajo periodístico que lleva a cabo difundiendo información desde la perspectiva y el interés de los pueblos y comunidades originarios.
Diligente en estos asuntos, Palacín además del llamamiento está cursando escritos a diversas entidades nacionales e internacionales para que corten todo vínculo con nuestra iniciativa de comunicación intercultural.
Al dirigente le molesta que informemos sobre problemas internos en su organización. Que sepamos, falsificar firmas ante la SUNARP para registrar la directiva de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI), no es un problema meramente “interno” sino del interés como mínimo de todas las comunidades que la conforman, de norte a sur del territorio nacional y que diariamente luchan por sus derechos a la vida y al territorio.
Al dirigente le molesta que se informe que la SUNARP haya iniciado acciones judiciales por lo anterior con el riesgo de que se ponga nuevamente en el limbo –sin dirigencia- a la CONACAMI.
A Palacín también le irrita que pongamos en discusión la credibilidad y legitimidad de su recién creado Consejo Indígena Andino del Perú (CIAP). Y que dudemos de la transparencia del proceso eleccionario cuando los flamantes directivos del CIAP son los mismos que los de CONACAMI, con Palacín a la cabeza. Estos son los problemas internos que le escuecen y que no se deberían conocer porque “generan más conflictos”.
Desesperado por perder el control de la Confederación de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami) y al develarse la forma espúrea como se ha creado un Consejo Indígena Andino del Perú (CIAP) Miguel Palacín Quispe ha desatado una campaña para intentar desaparecer Servindi.
Es por ello que el equipo de Servicios en Comunicación Intercultural Servindi, cansado de ser el blanco de acusaciones infundadas que intentan mellar una imagen ganada a lo largo de más de diez años de tesonera labor informativa, ha decidido pronunciarse sobre el tema, y espera que no sea necesario hacerlo otra vez.
Servindi es uno de los pocos medios informativos que desde hace doce años se dedica a difundir los problemas y propuestas de los pueblos y comunidades originarios del país. Con recursos o sin recursos, y haciendo un trabajo comprometido, Servindi se ha esforzado todos estos años por bien informar sobre la problemática que éstos enfrentan en las diferentes regiones del Perú y en otros países.
En la medida de nuestras posibilidades, hemos venido acompañando la labor desarrollada por algunas organizaciones indígenas e incluso hemos alentado y seguido de cerca y desde su origen a la CONACAMI a cuyo proceso hemos colaborado directamente en diversas oportunidades.
Pero al señor Miguel Palacín Quispe eso poco le importa y está cursando escritos a diversas entidades nacionales e internacionales para que se nos corte cualquier apoyo con la maleada intención de desaparecernos.
Sin duda, la reacción de Miguel Palacín responde al temor de perder el apoyo financiero y técnico que recibe de la Coordinadora Andina de Organizaciones Andinas (CAOI) y que ahora pretende transferir de “su Conacami” a la nueva entidad recién creada por él: el Consejo Indígena Andino del Perú (CIAP).
Miguel Palacín pretende que el CIAP, creado el sábado 13 de julio, sea la entidad peruana base de la CAOI y en este sentido sea el referente de los pueblos y nacionalidades andinos del Perú, a pesar que el CIAP se ha gestado en medio de una crisis de la Conacami y al margen de las organizaciones de larga trayectoria institucional que forman el Pacto de Unidad de Organizaciones Indígenas del Perú.
Además de la organización nacional amazónica AIDESEP, integran el Pacto de Unidad la Confederación Campesina del Perú (CCP), la Confederación Nacional Agraria (CNA), la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) y la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Femucarinap).
El Pacto de Unidad en una muestra ejemplar de apertura logró además convocar en su segundo encuentro nacional a organizaciones de trayectoria como la Unión de Comunidades Aymaras (UNCA) y a la activa Central Única Nacional de Rondas Campesinas (CUNARC).
Pero ninguna de las organizaciones mencionadas forma parte o integra el CIAP; menos aún el sector de la CONACAMI liderado por Magdiel Carrión, quién ha sido expulsado “de manera definitiva y de por vida de CONACAMI” junto a otros siete dirigentes de diferentes regiones del país entre los que se encuentran dirigentes respetables como Juan Navarro, de Ancash; y Pablo Salas, de Puno.
Miguel Palacín acusa a Servindi de calumniarlo y difundir mentiras en relación a la denuncia que le ha formulado la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp) por presentar documentación falsa para inscribir su directiva en Conacami.
Sin embargo, en un comunicado difundido el martes 16 de julio, Palacín reconoce “autocríticamente (…) que se cometió algún error”. Pero en lugar de asumir su responsabilidad como titular del expediente presentado señala que la responsabilidad fue del “tramitador ante la SUNARP”.
Sobre los hechos que han llevado a la Sunarp a denunciar a Palacín Quispe ante el Ministerio Público declaramos que Servindi no forma ni ha formado parte de una campaña en contra del citado exdirigente y se ha ceñido estrictamente a la verdad por lo que no puede ser desmentido.
La agenda indígena en el Perú es amplia y son muchos los temas que intentamos cubrir. Iniciar una campaña significaría dilapidar los escasos recursos que tenemos –económicos y humanos– a un fin concreto y esto no ha ocurrido, como lo sostiene Palacín al afirmar que Servindi trabaja de espaldas a las organizaciones indígenas.
Palacín va más lejos y de manera intrigante afirma que Servindi actúa de forma “sospechosa”, opina de “manera parcializada” y “agravia, oculta y desinforma”. Frente a estas gratuitas acusaciones solo podemos exhibir nuestro trabajo cotidiano y los numerosos mensajes de respaldo y aliento que venimos recibiendo de nuestros hermanos y hermanas de las organizaciones indígenas que nos reconforta y alienta a continuar difundiendo de manera equilibrada e imparcial la propuesta indígena.
No queremos concluir este pronunciamiento sin destacar la labor que ha venido desarrollando Jorge Agurto, director de Servindi, quien es el centro de las calumnias propaladas por Miguel Palacín aprovechando el sitio web de la Coordinadora Andina de Organizaciones Andinas (CAOI) que maneja desde Perú.
Sobre este punto, lamentamos que una organización de carácter regional internacional sea utilizada para propósitos protervos y pedimos a aquellos que siguen su sitio web en el Perú como en el extranjero a no dejarse sorprender y buscar la verdad en los hechos para que obtengan sus propias conclusiones.
Rechazamos asimismo el infundio de que Servindi sirve de pantalla a “grupos radicales” que pretenden hacerse de la CONACAMI. Empleando el mismo lenguaje que usan las grandes empresas extractivas y los sectores más recalcitrantes de la derecha peruana Miguel Palacín coincide con diversos libelos difundidos en un lenguaje muy bajo y vulgar por medio del anónimo correo electrónico “conacamis.peru@gmail.com” desde los que acusa como “grupos radicales” a diversas organizaciones políticas –desde partidos y liderazgos ecologistas y de izquierda, que tienen legítimo derecho a una existencia legal en la vida política nacional- pero que son introducidas en un mismo saco con el deliberado ánimo de desprestigarlas y deslegitimarlas.
A casi una semana de haber formado su organización de fachada CIAP debemos advertir que Miguel Palacín no ha recibido saludos de parte de las organizaciones indígenas del Perú que conocen de su representación fallida y su desvinculación orgánica con las bases comunales.
Finalmente, solo nos queda agradecer los mensajes de apoyo y continuar con nuestra labor. Esperamos no tener que volver a tocar este tema y menos llevar el caso a otros fueros. Una vez más gracias a los amigos y amigas lectores que nos escriben y saludan.