Miguel Barragán Torroella
Las mineras canadienses rápidamente aprendieron cómo se hacen los buenos negocios en México. Ya saben que si amenazan y chantajean con cancelar sus “inversiones” las autoridades sumisas entran en pánico y retrocederán de inmediato en su intención de aplicarles impuestos y regalías.
Durante casi tres décadas las mineras canadienses han disfrutado aquí de un paraíso fiscal, que ya quisieran tener los mexicanos. Un estudio de la Secretaría de Gobernación exhibe los beneficios que esas empresas han obtenido y que proporcionalmente no aportan nada al País.
Veamos algunos ejemplos: la First Majestic, asentada en la mina La Encantada -con 4 mil hectáreas de extensión- en Coahuila, paga de impuestos 68 mil 160 pesos, mientras que su más reciente utilidad bruta anual fue de mil 464 millones 679 mil pesos.
La Fortuna Silver Mines y la Continum Resources, establecidas en el yacimiento San José, con una extensión de 30 mil hectáreas en Oaxaca, sólo pagan un impuesto de 4 millones 252 mil pesos por derecho de minería, mientras sus ganancias ascienden a 2 mil 124 millones de pesos al año.
La Timmis Gold, asentada en 70 mil 986 hectáreas en el fraccionamiento TMM en Sonora, paga por el impuesto referido 809 mil pesos, y sus ganancias brutas ascienden a 2 mil 61 millones de pesos.
Starcore International Mines, instalada en San Martín, Querétaro, en un área de 12 mil 992 hectáreas, paga 3 millones 241 mil pesos y su ganancia anual es de 722 millones 982 mil pesos.
La Aurico Gold en El Chanate, en Sonora, con 3 mil 665 hectáreas, produce ganancias brutas al año por 933 millones de pesos y por derecho sobre minería paga 129 mil 154 pesos al año.
Está la Agnico-Eagle Mines que en la mina Pinos Altos, de Chihuahua, cuya extensión es de 56 mil hectáreas, obtiene ganancias por 5 mil 716 millones de pesos y de impuesto sólo paga 954 mil 240 pesos.
Esta empresa en la mina Lapa, en Quebec, sobre un área de 796 hectáreas obtiene una ganancia (en pesos como se refiere en los datos estadísticos de la Cámara Minera de México) de 2 mil 203 millones y como gravamen paga tan sólo a esa provincia 262 millones 260 mil pesos, y un impuesto a la minería sobre utilidades brutas de 352 millones 618 mil 618 mil pesos.
La carga fiscal que tienen en su País, todas, las hizo correr a México quien las recibió con los brazos abiertos. Así de buenazos somos nosotros.