22 Enero 2011
Zacatecas, Zac.- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recolectó, en la comunidad de San Felipe Nuevo Mercurio, del municipio de Mazapil, un total de 80 tambos que representaban un grave riesgo de contaminación para la región, pues estuvieron expuestos y en contacto con los llamados bifenilos policlorados (BPC), elementos altamente tóxicos.
Tras la firma de la carta compromiso para mitigar el riesgo por la presencia de estas sustancias, la dependencia federal llevó a cabo un programa de limpieza, en el que además se movilizó un total de 750 metros cúbicos de tierra impregnada con BPC.
De acuerdo con Francisco Sandoval Martínez, delegado estatal de Semarnat en Zacatecas, estos residuos se concentraron ahora en cuatro espacios confinados de las instalaciones principales de la mina de Nuevo Mercurio, considerados óptimos por la economía y funcionalidad ambiental.
A su vez, el subdelegado de Planeación, Manuel Macías Patiño, acotó que para el 25 de febrero próximo está programada otra cita –con distintos funcionarios de la dependencia federal, Conabio e integrantes de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ)– «para continuar con los trabajos pendientes y planear las acciones y recursos para este año».
Se prevé además que el sector salud haga un diagnóstico a los habitantes de Nuevo Mercurio, para descartar que tengan problemas por los agentes tóxicos de los BPC.
Macías Patiño advirtió que la presencia de fauna y flora silvestre en el lugar ya es un indicador de que no hay peligro mayor, al ser más sensibles las plantas y los animales -que el ser humano- ante los contaminantes.
Otra de las acciones llevadas a cabo en la primera fase del programa de limpieza, consistió en remover mil 400 metros cúbicos de tierra para la primera área de depósito en el patio de concentrados de la mina; otros 3 mil metros cúbicos para realizar una tolva, y en una cuarta área se depositaron 400 metros cúbicos de cenizas de BPC.
«La gente ya no está expuesta a los bifenilos policlorados que estaban en los suelos, en las puertas, en las ventanas, en los techos; eso ya lo tenemos controlado, ya le quitamos eso a la población que está ahí, que es cercana a 200 personas», aclaró Macías Patiño.
Así, se confinaron 35 toneladas de materiales con BPC como puertas, láminas, botes, ventanas, cercos de corrales y utensilios varios, con los que la población estaba en contacto directo; se atendió a 46 beneficiados –de los cuales 30 eran mujeres– y similar número de hogares.
A cambio, por cada dos tambos de 200 litros contaminados, se les entregaron tinacos de 400 litros para almacenamiento de agua; el material confinado fue llevado a una unidad especial de la mina, preparada con geomembrana, un material especial que no permite el paso de los bifenilos en el subsuelo.
El funcionario federal recordó que tras la firma de convenio entre la dependencia federal, Minera Peñasquito y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), también se realizaron 25 muestreos para determinar la concentración de BPC en la zona, cuyos resultados dieron positivo hasta 33 mil partes por millón, lo que representaba un riesgo para quienes ahí habitan.
Todo ello se realizó con una inversión conjunta de 750 mil pesos, y con ese recurso se instalaron estructuras para clausurar nueve tiros de mina y prevenir accidentes, así como para evitar que se convirtieran en depósitos ilegales de sustancias peligrosas.
También se reforestó el área con especies nativas como nopal, palma, cardenche y lechuguilla, para evitar la erosión de la capa de suelo orgánico, y la reforestación tuvo una densidad de hasta 700 plantas por hectárea.