7/10/2020
Martín Maslo, uno de los vocales del Instituto del Diálogo Interreligioso y presidente de la Comunidad judía Bet El, ha sido convocado por la Secretaría de Minería para integrar la mesa facilitadora que elabora el Plan Estratégico de Minería en la Argentina. En una reciente entrevista, desde una mirada basada en aspectos principalmente económicos relaciona a la minería con desarrollo y disminución de la pobreza, como siempre lo hacen quienes promocionan la actividad. Sin embargo, haciendo referencia al cuidado del ambiente su postura resulta contradictoria, entre otras afirmaciones cita como fundamento a la Encíclica «Laudato Si», el documento del Papa Francisco que se ha convertido en una herramienta de lucha contra la sobreexplotación de los ecosistemas del planeta, el extractivismo en sus distintos formatos, y en especial el extractivismo minero.
Por: noalamina.org
La minería “moderna” trasnacional a gran escala, ha sido motivo de debate desde su implementación por el agotamiento de metales en veta y la disposición de las existencias actuales en forma de yacimientos difusos, donde el mineral se encuentra diseminado en el material rocoso. Los promotores y detractores de esta actividad han atravesado a las sociedades de todo el mundo, sin distinción de razas, ni religión.
Los pueblos originarios de América Latina han mostrado tempranamente su rechazo a la megaminería en sus territorios ya que su prioridad es la defensa de la vida en todas sus formas. Su actitud hacia el entorno se orienta a lograr vivir en equilibrio con la naturaleza, entendiendo que cualquier alteración del mismo trae como consecuencia enfermedad y/o muerte. Su cosmovisión, opuesta al antropocentrismo, lleva al respeto de todos los seres vivos que componen el universo.
El pueblo mapuche reconoce su territorio como base de su existencia y su cultura. Es denominado en su lengua originaria, Wallmapu, que significa tierra circundante. Y en su modo de vida consideran que “ …se debe reconocer el bienestar más allá de lo económico, que incluya el bienestar social, cultural, psicológico, espiritual, emocional y físico, todos los cuales dependen de un medio ambiente saludable. (…) el bienestar y desarrollo de la población no es separable del bienestar y sustento del medio ambiente”(…) “Este enfoque de integridad entre patrimonio natural y cultural, se corresponde con la cosmovisión indígena que hace convivir lo material con lo inmaterial, la realidad con la imaginería, lo posible con lo imposible”. (1)
(1) Conociendo la cultura mapuche – Consejo nacional de la cultura y las artes – Gobierno de Chile
La República Argentina es un territorio plurinacional formado por pueblos-naciones originarios, donde han llegado extranjeros provenientes de todos los rincones del mundo. Por lo tanto, confluyen diferentes etnias, culturas, religiones y formas de vivir la espiritualidad.
En este contexto, en el año 2002 se crea el Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI) cuya presentación expresa: “… es una Asociación Civil que tiene como misión promover el entendimiento de los hombres de fe, fomentar el diálogo y la convivencia pacífica. Nuclea a las tres grandes religiones monoteístas, pero está abierto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Inspirado en las enseñanzas y la conducta del Papa Francisco, procura impulsar en todos los ámbitos la cultura del encuentro. Quienes participamos del IDI tenemos la firme convicción de que los otros – los que no piensan igual que nosotros, los que tienen otras creencias o ideologías – nos complementan y enriquecen. El diálogo y la búsqueda permanente de consensos y grandes denominadores comunes son los caminos indispensables para alcanzar la paz y la justicia”.
https://www.dialogointerreligioso.org/idi.php
Si bien la presentación se aleja mucho de pensar en una unidad de todos los seres humanos que habitamos esta tierra, y se habla de nosotros y los otros, como ubicados en diferentes lugares o estratos, la frase parece respetar el pensamiento de todos los habitantes de nuestro país independientemente de la religión que se profesa.
Uno de los vocales de IDI y presidente de la Comunidad judía Bet El, Matín Maslo, ha sido convocado recientemente por la Secretaría de Minería. Así pasó a integrar la mesa facilitadora que elabora el Plan Estratégico de Minería en la Argentina y en una reciente publicación de la Agencia Télam manifiesta su posición respecto al “desarrollo” minero en el país.
https://www.grupolaprovincia.com/economia/plantean-centrar-el-debate-minero-no-solo-en-el-ambiente-sino-tambien-en-el-ser-humano-582462
El religioso consideró su participación en el Plan Estratégico impulsado por el gobierno nacional como «una gran oportunidad para expresar el trabajo que hace años se hace desde el Instituto de Diálogo Interreligioso bregando por la paz, la convivencia y el cuidado de la Casa Común». Sin embargo, su mirada está puesta particularmente en el aspecto económico, afirmando que una minería responsable «debe centrarse no sólo en el ambiente sino también en el ser humano», al entender que hay «proyectos mineros que pueden contribuir a no dar por aceptada la pobreza y el subdesarrollo» de muchas comunidades.
En el discurso de Maslo, aparecen las expresiones tan utilizadas por todos los que fomentan la minería como “motor de desarrollo económico”, “minería responsable” , “con controles”, “con cuidados”, “fuerte compromiso empresario”,…
Más allá de esas fórmulas, que suenan como expresiones de deseo más que como realidades de la historia de la minería metalífera actual y colonial de nuestros territorios, lo más llamativo e inentendible es su referencia como parte de su argumento a la Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco, que conmina con toda claridad a “cuidar y sostener la Casa común”.
Dado que Maslo utiliza argumentos comunes a quienes rechazamos la megaminería, y dado que esgrime corolarios que distan mucho de la realidad y saca conclusiones erráticas, deseamos exponer algunos detalles que no se deben pasar por alto:
1- A quienes crean que la megaminería trae desarrollo, los invitamos a contactarse con los habitantes de territorios en los cuales se realizan explotaciones mineras. Vecinas y vecinos de Andalgalá (Catamarca), afectados por Mina Alumbrera con sus permanentes daños ambientales, sus escasos puestos de trabajo (6% de lo prometido), su angustia ante las filtraciones del dique de colas conteniendo numerosos tóxicos y su lucha a través de la Asamblea El Algarrobo para impedir la explotación del Proyecto Agua Rica, que está en las nacientes de sus fuentes de agua.
Se debería consultar también a los vecinos de Jáchal (San Juan), aunados en la Asamblea Jáchal No se toca para resistir y defender los glaciares, afectados por la Mina Veladero con sus frecuentes derrames que han contaminado el Río Jáchal. Son quienes sufren la pérdida de sus producciones agrícolas tradicionales por contaminación con metales pesados, impidiendo las exportaciones de productos como cebolla y originando pérdidas de numerosas fuentes de trabajo. Y se puede consultar además con los vecinos de las explotaciones Sierra Pintada, en Mendoza o Los Gigantes, en Córdoba; o los vecinos del Valle del Huasco, en Chile, de Tambo Grande, en Perú, y de muchas otras localidades grave e irreversiblemente dañadas por la megaminería.
2- En un pasaje, Maslo menciona “los daños que, sin los cuidados y las medidas necesarias, cualquier actividad de esta índole puede causar al medio ambiente». Invitamos a quien tenga dudas, a investigar cómo países del primer mundo expertos en minería como Canadá no han podido impedir enormes daños ambientales en sus propios territorios. Tanto por la producción de drenaje ácido de mina, imposible de detener, como por rupturas de diques de colas como el ocurrido en la Mina Mount Polley en la Columbia Británica en el año 2014, que contaminó matando toda forma de vida en el Lago Quesnel.
– Es importante recordar que el gobierno argentino, en busca de la supuesta sustentabilidad ambiental, adhirió a un Programa de Canadá aquí titulado “Hacia una Minería Sustentable” (HMS), un programa que en dicho país y después de 10 años de aplicación no pudo impedir el desastre ambiental mencionado.
3- Maslo asevera que “proyectos mineros pueden contribuir, bajo la égida de un plan nacional estratégico y un marco legislativo y normativo, al desarrollo y el sostenimiento de comunidades en muchas provincias». Sin embargo, en las provincias mineras como San Juan y Catamarca no ocurre así: mientras que a nivel país el promedio de personas pobres era de 25,7%, las provincias donde grandes empresas explotan yacimientos megamineros superan ese promedio, aún después de más de quince años de actividad. En San Juan el porcentaje alcanza el 27,2% y en Catamarca el 27,6%, según datos publicados por el INDEC en el año 2018.
4- Maslo se pregunta “¿Por qué la concepción educativa actual sobre esta actividad está centrada casi exclusivamente en los daños ambientales que la misma produce y escasamente se menciona la importancia de su contribución a la vida cotidiana?” La respuesta es que esos son los resultados que están a la vista para una sociedad que ha sido testigo de los desastres ocurridos en Mariana y Brumadinho (Brasil) que tanto daño, muerte y desolación ha causado.
5- El sr. Maslo afirma que «deben existir los controles y los mecanismos de denuncia que eviten a tiempo cualquier violación y abuso de los recursos y prever y frenar cualquier riesgo al ser humano principalmente». La realidad es que la Mina Veladero ha ocasionado más de 5 derrames, algunos de grandes dimensiones como el de septiembre de 2015, que la empresa intentó ocultar. La legislación vigente indica que se debe paralizar un emprendimiento luego de 3 derrames, pero Barrick gold, la empresa a cargo, pagó multas y sigue funcionando.
6- Invocar la Encíclica “Laudato Si” para promover un crecimiento del extractivismo minero carece de cualquier resto de coherencia. Dicho documento, escrito por la máxima autoridad de la Iglesia Católica no hace más que reafirmar que por encima de cualquier actividad humana debe garantizarse el cuidado de la “Casa común”, a fin de permitir la vida de quienes la habitamos.
“Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo.»
«Subraya el «principio precautorio” que permite la protección de los más débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irrefutables. Si la información objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier proyecto debería detenerse o modificarse.»
Como integrantes de este país plurinacional, pluricultural y de más cosmovisiones que sólo tres grandes religiones, lamentamos que personalidades ligadas a una religión -cualquiera de las tres de mayor difusión en nuestro país- se presten a estas maniobras de desinformación y engaño destinadas sólo a aumentar ganancias de compañías transnacionales -y de sus socios locales- a costa de la salud y el desarrollo real de comunidades argentinas, y a costa de los frágiles ecosistemas que pueblan el territorio.
Las culturas y las religiones son distintas, nuestro lugar se puede llamar Pachamama o «Casa Común», pero la forma de cuidarla es una sola. Es nuestro deber evitar actividades depredadoras como el extractivismo minero, buscando formas de vida con menor consumo y que hagan suficientes los metales que ya han sido extraídos a lo largo de la historia.
Nosotros estamos convencidos de que esos “son los caminos indispensables para la paz y la justicia”.