Marmato es un pueblo antiguo dominado por la pobreza, pero que es paradójicamente apetecido por su extrema riqueza. En sus entrañas se cree que hay cerca de 10 millones de onzas de oro que durante los últimos años comenzaron a ser extraídas mediante un enjambre de mineros ilegales, los cuales están muy cerca de quedarse con los brazos cruzados porque en su reemplazo se preparan multinacionales.
La controversia se desató hace varios meses, pero acaba de salir nuevamente a flote porque la Contraloría General de la Nación denunció la existencia de un cartel para la entrega de títulos mineros, hecho que dirigió las miradas hacia este municipio del departamento de Caldas.
Según la Contralora General, Sandra Morelli, la entidad ha hecho más de 100 hallazgos de irregularidades y falta de control en la entrega de licencias para la explotación minera. Añadió que Caldas es uno de los departamentos más afectados.
Precisamente señaló a las minas de Marmato, donde hay investigaciones contra funcionarios del Ministerio del ramo en esa zona. Caracol Radio estuvo en Marmato y encontró que en medio de la riqueza del oro, hay una desbordada pobreza y un futuro incierto por la manera en que fueron adjudicadas estas explotaciones.
El municipio está ubicado en el occidente de Caldas, tiene 450 años de historia, es el segundo productor de oro en Colombia, pero quizás el municipio más pobre de la región centro occidental del país.
Esta localidad, con cerca de cinco mil habitantes, se debate en la encrucijada de una explotación a cielo abierto que deja sin empleo a cerca de mil mineros, del traslado del pueblo a una área cercana porque está en zona de alto riesgo, del desconocimiento de las normas ambientales, y de la ausencia de las inversiones de las regalías que, como un contrasentido, no han servido para el desarrollo histórico de la comunidad.
La población está ubicada en la montaña El Burro. Allí hay 250 minas, 150 de las cuales son ilegales y las otras 100 apenas en proceso de legalizar.
Los estudios señalan que en el lugar hay por explotar alrededor de 9.8 millones de onzas de oro, lo que ha generado una fiebre de riqueza que alienta la minería ilegal, la cual se ejerce en pequeños socavones donde han sobrevivido los habitantes de la población por cuatro siglos. Ellos se resisten a dejar su actividad, según lo dijo a Caracol Radio el representantes de la Asociación de Mineros, Yamir Amar.
Llegan las multinacionales
A la zona llegaron hace ocho años las multinacionales ofreciendo el oro y el moro; compraron el 80 por ciento de las vetas. Este proceso lo empezó Mineros Nacionales, posteriormente llegó Medoro, en junio asumió su manejo la multinacional canadiense Gran Colombia Gold, la que ofrece explotación a gran escala con la posibilidad de extraer diariamente 40 mil toneladas de mineral de una producción calculada al año de 250 mil onzas. La presidente de la junta directiva de la multinacional María Consuelo Araujo, asevera que este proceso llevará beneficio a los lugareños y ayudará a la preservación ambiental de la zona.
Pero los expertos de la Universidad Nacional, sede Manizales, consideran que además de un efecto económico y social incierto, la explotación a cielo abierto generará un gran problema ambiental y la destrucción de los recursos naturales. El geofísico del centro educativo, Gonzalo Duque, teme que este tipo de explotación genere escasez de recursos hídricos, la cual ya se advierte en la región.
El gerente de la Corporación Regional Corpocaldas, Juan David Arango, indicó que se trabaja en un plan de acción, con inversiones de cinco mil millones de pesos para amainar el impacto de la problemática técnica, social y económica, pero exigió a la multinacional que recién llegó a la zona, claridad en el manejo de la explotación minera y acciones concretas.
Ahora la encrucijada está en resolver cual es la salida para evitar que la población desaparezca o sus habitantes emigren a otras zonas, como está ocurriendo con los jóvenes, quienes a falta de opciones están movilizándose hacia Medellín, Manizales y Pereira.
En Marmato se está quedando sola la población adulta, en medio de considerables niveles de pobreza y una confrontación política que divide a los defensores de los mineros o de los extranjeros canadienses que insisten en que la explotación a cielo abierto es benéfica para la región.
El dirigente sindical Oscar Gutiérrez insiste en que no se han respetado los derechos de los ciudadanos y que hay que buscar alternativas de solución como permitir que los pequeños mineros exploten las minas que deben ser legalizadas como derecho adquirido de muchos años.
Una decisión en tal sentido está en manos del Gobierno nacional pero, en especial de los ministerios del Medio Ambiente y de Minas y Energía, que según analistas, no han medido el impacto de la grave situación de Marmato.
Por: Mariela Márquez Quintero
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