LAS RAZONES DE VÍCTOR TOLEDO
18/06/2020.
El pasado 16 de junio, el Secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, finalmente se dio tiempo para
responder a los señalamientos realizados por una serie de exfuncionarios ambientales. Lo hizo sin
exabruptos y de forma contundente, pues no hay desperdicio en los certeros comentarios y
señalamientos sobre la actuación y la relación que sus antecesores tuvieron en la relativamente
joven política ambiental de este país, ya que surge, como bien señala el Secretario Toledo, durante
el gobierno de Ernesto Zedillo, dos años después del inicio de la agenda verde mundial que se
establece de forma global durante la “Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y Desarrollo”, la cual
supuestamente definía el establecimiento de “una alianza mundial nueva y equitativa mediante la
creación de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las sociedades
y las personas”.
Vale la pena recordar esta Cumbre, porque ahí nace el grueso de la política verde que de una u
otra manera sigue vigente; esa misma que en el artículo del Secretario Toledo, señala que fue
construida a través de la introducción de “conceptos aparentemente científicos como desarrollo
sustentable, crecimiento y economía verde, y capital natural, pero que en el fondo buscan ocultar la
mercantilización de la naturaleza”. Pocos años después, en 1997, con el auspicio de la CONABIO,
nace la primera intención regional de darle contenido práctico a la mercantilización de la naturaleza
a través del Corredor Biológico Mesoamericano (la segunda región con mayor biodiversidad del
planeta). En ese entonces, como ahora, una parte de los planteamientos centrales, “siempre en
aras del desarrollo”, era que aquellos sitios de interés biológico o biodiverso que potencialmente
quedarán fragmentados de sus “conexiones naturales”, se reconectarían a partir de establecer
pasos, túneles, corredores inducidos o naturales, puentes o hasta cableado para que la fauna lograra
transitar por ellos. En el ámbito nacional, ese experimento se desarrolló a partir del Programa de
Conservación de la Biodiversidad en Comunidades Indígenas de Michoacán, Guerrero y Oaxaca
(COINBIO).
Estos procesos dieron origen a los grupos de interés verdes que a la postre se convirtieron en
la denominada “Mafia Verde”, hoy claramente integrada en su extensa mayoría por quienes forman
el Consejo Consultivo del Agua, así como Ceiba y otras Ong ́s que han sido formadas o son
asesoradas o son consultores que en su momento fueron funcionarios ambientales, tales como el
grupo “Política y Legislación Ambiental” (Polea), además del Consejo Civil Mexicano para la
Silvicultura Sostenible (CCMSS), esta última, pero no únicamente, desde hace años es una de las
principales operadoras de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID),
a quienes, a cambio de financiamiento, le han entregado cientos de estudios y, en consecuencia,
información valiosísima sobre la riqueza biológica que tenemos en México, lo cual no es un hecho
menor, si entendemos que el verdadero interés mercantil en la biodiversidad proviene de las
poderosísimas empresas farmacéuticas Alemanas, Estadunidenses y Francesas por citar
algunas; esa misma riqueza que el gobierno de Peña Nieto entregó a los Alemanes gracias a los
acuerdos establecidos en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que derivó en la firma del
“Protocolo de Nagoya, sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y
Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización”. No sobra señalar que muchas de
esas Ong ́s “ambientalistas”, desde hace años también han sido precursoras en la práctica de
golpetear los procesos organizativos que desde los pueblos se generan en defensa de su territorio y
sus bienes naturales.Desde 1994, y con un México que amanecía en guerra contra el EZLN y el ingreso al TLCAN, muchos
grupos civiles, académicos, científicos y políticos fueron encandilados por la agenda verde
internacional y la supuesta puesta en marcha de la nueva agenda ambiental para el país,
encabezada por la recién creada SEMARNAT. Muchos de ellos se volcaron en la implementación de
programas relacionados con la Reducción de las Emisiones debidas a la Deforestación y la
Degradación de los bosques (REDD+), a través de los “pagos de servicios ambientales”, la creación
de ANP ́s, la imposición de Reservas de la Biosfera, los ordenamientos territoriales y planes de
manejo, entre otros componentes, que en sí mismos, como bien señala Toledo, sólo han significado
la destrucción, la contaminación y la administración mercantil de la naturaleza, además de volverse
para algunas/os sus centros de investigación personal, pero todas ellas iniciativas muy útiles para
lavar la imagen de empresas y corporaciones, siendo estas las principales impulsoras del
Modelo Extractivo Depredador, ese mismo que se traduce en saqueo y desplazamiento forzado
de las comunidades.
Desde la creación de la Semarnat, se han diseñado y utilizado diversas estrategias para desplazar,
condicionar o convenir con las comunidades la entrega de su territorio y sus bienes naturales, pero
siempre hay un común denominador que le da “transversalidad” a la política verde mexicana: la
implementación de un componente de corte desarrollista que supuestamente llevará el
“progreso” a las comunidades indígenas y campesinas como son; El Plan Puebla Panamá, El
Protocolo de Nagoya, Los Corredores Biológicos, Las Reservas de la Biosfera y las ANP ́s, El
Acuerdo de Escazú, Las Energías Renovables o Verdes, el Ecoturismo, Los Biocombustibles, el Oro
Blanco, el Tren Maya, el Tren Transístmico, etc.
No podemos no estar de acuerdo con los precisos señalamientos que ha realizado el Secretario
Toledo contra sus antecesores, quienes, por supuesto, no podrán responder con ética ni tendrán
fundamento alguno contra las puntualizaciones que les han hecho, porque sin duda alguna el
desastre ambiental actual empezó y continuó con ellas y ellos en México y con otros grupos similares
a nivel Mundial. Pocas veces hemos tenido la oportunidad de atestiguar abiertamente este tipo de
señalamientos entre políticos y ex políticos, porque se expone tal cual la causa estructural y el
fondo del problema ambiental de México y el Mundo.
Y, sin embargo, en aras de la congruencia, hoy tan ausente, y de manera directa y clara le
preguntamos: ¿Cuál es su plan, señor Toledo?
El nuestro es continuar defendiendo el territorio, los bienes naturales y las diversas
expresiones de comunalidad que en el mismo se expresan, y, por lo tanto, es nuestra intención
que la actividad minera se acabe en el país, por una simple razón que usted ya expuso: las grandes
corporaciones biotecnológicas, agroindustriales y mineras -no solamente estas, pero
principalmente-, están acabando con la vida. Y en aras de la congruencia, de no menor importancia,
es necesario señalar que la misma estructura de intereses, la misma mercantilización de la diversidad
biocultural, la misma mentalidad desarrollista y colonial y la misma imposición de megaproyectos
mediante parodias de consulta, subyace en iniciativas como el Tren Anti Maya, el Canal Seco
Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos. De ahí la pregunta.
TERRITORIOS LIBRES DE MINERÍA
RED MEXICANA DE AFECTADAS/OS POR LA MINERÍA