Las plataformas “No a la mina en la Sierra de Ávila”, “No a la Mina en la Sierra de Yemas” y “No a la mina en el Valle del Corneja” consideran que la nueva Estrategia de Recursos Minerales para el periodo 2017-2020, aprobada por la Junta de Castilla y León en plena época estival, teniendo como único fin el fomento y promoción de la minería. ( España).
Estas plataformas también consideran que se produce el agravante que para ello utiliza recursos públicos que podrían dedicarse a servicios sociales que mejoren la calidad de vida de nuestros pueblos. Sin embargo, destacan que pueda ser apropiada para otras provincias, atendiendo a la diversidad de cada territorio y sus necesidades particulares como Palencia, Burgos o León, esta última aquejada por una fuerte reconversión minera.
En la misma no se han tenido en cuenta las propuestas de las plataformas, a las que la Junta no ha dado respuesta, lo que para ellas denota una administración para la que priman los intereses de empresas y promotores mineros frente a los intereses generales.
Imposibilidad de fijar población en el entorno rural y desempleo
Según indican las plataformas, el único fin de esta estrategia es considerar susceptible de explotación cualquier mineral que se encuentre sobre el territorio, independientemente de su impacto ambiental, lo cual supone una amenaza para los entornos rurales y naturales de la provincia y de la población que en ellos se asienta, despreciando las actividades económicas arraigadas en los municipios. Y es que si bien, en ella se habla sobre sostenibilidad, se confunde el concepto de sostenibilidad con el de viabilidad presente y futura de la minería. El concepto de sostenibilidad incluye, además del respeto al entorno medio ambiental, la viabilidad del resto de actividades en el presente y en el futuro. Una actividad no debe eliminar al resto de las existentes, algo que en el entorno rural supone la base de la fijación de la población.
Por su parte, la Consejera de Economía, Pilar del Olmo, resalta que la minería es un nicho de empleo y fija población en el medio rural, a pesar de que las plataformas en contra de las minas indican que pueden demostrar con estudios cómo pueblos, o entornos rurales afectados por la minería, desde hace años, han visto su población decrecer.
Otros datos que muestran es la a su entender la irrelevancia del sector minero, que solo supone el 0,4% de los ocupados en Castilla y León. Es más, en el caso de minerales industriales, entre los que se encuentran las arenas feldespáticas que pretenden extraerse, supone tan solo el 0,05%, habiéndose destruido más de 80 empleos en 8 años (de 2007 a 2014), el equivalente al 17% del total. Y todo ello, por no hablar de los municipios mineros que pierden población como Aldeavieja, por poner un ejemplo. En estos momentos existen 483 explotaciones mineras activas en Castilla y León, en las que trabajan más de 4000 personas, solo supone una media de 8,2 trabajadores por explotación minera.
En cuanto al apartado de recursos energéticos, que son los que más ratio de explotación tienen en nuestra comunidad, se especifica el auge de las labores a cielo abierto frente al proceso de abandono definitivo de la minería de interior. El problema estriba en que los trabajos de extracción en la minería a cielo abierto se desarrollan, actualmente, principalmente con explosiones de material explosivo y manejo de materiales con maquinaria pesada, lo que indica una muy baja necesidad de personal en la explotación y con una alta cualificación y formación. Formación con la que no cuenta nuestra población rural. Y si bien se especifica una media de 8 trabajadores por explotación minera, la misma descendería significativamente por la bajada del ratio de la minería energética.
Por otro lado, en esta estrategia no se tiene en consideración el impacto sobre las zonas afectadas por la actividad minera en el entorno, (aunque sí se muestra preocupación por los problemas y aspiraciones de la minería). Un impacto que derivaría en una gran contaminación acústica, atmosférica e hídrica que afectaría muy negativamente a la ganadería, fauna y condiciones sanitarias e higiénicas de los habitantes de los pueblos próximos. Y, teniendo en cuenta que la población actual basa sus actividades en la ganadería, la agricultura, actividades cinegéticas y turísticas, la actividad minera a cielo abierto dará la puntilla a un entorno rural que, en el mejor de los casos, fijará a menos de una decena de familias por explotación minera pero desterrará a las actualmente existentes en el entorno, debido a la ruina de sus actuales medios de vida.
Fuente:http://www.gredos.info/1650-las-plataformas-en-contra-de-las-minas-consideran-un-desproposito-la-estrategia-minera-de-la-junta.html