Como sucede en diversos puntos del país, las comunidades campesinas y organizaciones del distrito de Challhuahuacho, en la región de Apurímac, se mantienen a la expectativa de lo que pueda ocurrir con Minmetals, empresa estatal de capitales chinos que lidera el consorcio al frente del megaproyecto minero Las Bambas.
El malestar que se vive en esta parte de la sierra central se origina en el incumplimiento de los acuerdos tomados con la anterior operadora, Xstrata, compañía suiza que el año pasado se fusionó con Glencore y posteriormente vendió a Minmetals.
Según explica Henry Vásquez, responsable de la oficina de CooperAcción en Cotabambas, los compromisos establecidos con las comunidades incluían la ejecución de proyectos y el ofrecimiento de puestos de trabajo, entre otros.
Vásquez señaló que la empresa china que tomó el control del proyecto desconoce varios de esos acuerdos.
Ante la apatía mostrada por la empresa, el viernes 6 de febrero alrededor de dos mil comuneros salieron a las calles en una jornada que afortunadamente no acabó con víctimas fatales que lamentar.
Las protestas culminaron el domingo, con la participación de un número menor de comuneros y reducida presencia policial en la zona.
Según lo anunciado, hoy vence el plazo para la instalación de una mesa de diálogo con las principales autoridades de Apurímac y la Presidencia del Consejo de Ministros.
El proyecto
El proyecto Las Bambas se ubica en las provincias apurimeñas de Cotabambas y Grau. Su construcción total se encuentra ya casi lista y se espera que entre a operar el próximo año.
La mina producirá concentrado de cobre, oro y plata y concentrado de molibdeno, para lo cual consumirá 800 litros de agua por segundo del río Challhuahuacho y el reservorio Chuspiri, con capacidad para 4,2 millones de metros cúbicos, construido como respaldo para la temporada seca.
De acuerdo al Ministerio de Energía y Minas, Las Bambas permitirá duplicar la producción nacional de cobre, que alcanzará las 2.8 millones de toneladas anuales.
Hace un año el proyecto fue vendido en US$5,850 millones a un conglomerado chino compuesto por las empresas MMG (filial del gigante Minmetals Corp.), Guoxin Invesment International y CITIC.
Lo que preocupa a la población
A raíz de la compra que se concretó el año pasado, se habló de algunas modificaciones a su Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Según explica Vásquez, esta modificación contempla, entre otras cosas, los planes concernientes a la construcción de un mineroducto, plantas de tratamiento y de relaves.
Si bien en sus inicios el proyecto contemplaba la construcción de un mineroducto hasta Espinar, en Cusco, la realidad ahora es que dicha construcción ya no se hará. En nuevo plan preve una planta de tratamiento de minerales para su procesamiento en el lugar, explicó Vásquez.
Esto ha motivado una serie de temores en la población, que ve en esta nueva planta un peligro latente de contaminación.
“Todos estos cambios y las nuevas políticas de la empresa china hace que se mantengan en el limbo los compromisos con las comunidades, con las organizaciones (…), la empresa no ha sabido informar”, agrega al respecto el representante de CooperAcción en Cotabambas.
Otra demanda de la población es el pago del 10 por ciento de las utilidades que obtendrá la empresa Minmetals por la explotación del mineral.
Más empleo
El tema laboral también es de vital importancia para los comuneros debido a la drástica caída en la cantidad de puestos de trabajo, lo que ha llevado a un importante descenso en las actividades económicas de la zona.
Para Marco Zeisser, ingeniero agrónomo y analista del Programa de Derechos Colectivos e Industrias Extractivas de CooperAcción, esto se debe a que Las Bambas está concluyendo su etapa de construcción y se apresta a pasar a la etapa de explotación.
“La construcción de la mina supone la mayor demanda de trabajadores no calificados, servicios y movimiento del comercio local. El bajón económico ya comienza a sentirse, sobre todo en Chalhuahuacho. Las comunidades cercanas ven aumentar los despidos mientras la actividad disminuye”, explica.
“El proyecto ya no emplea la misma cantidad de personal sin calificación”, agrega.
Cabe destacar que los cambios en el distrito de Challhuahuacho ya se vienen sintiendo. Según el Ministerio de Energía y Minas, la cantidad de trabajadores alcanzó los 8 mil, mientras que hoy la cantidad de trabajadores es mucho menor.
El desordenado crecimiento del distrito y el impacto en el ambiente son vistos como una mala señal.
“A la fecha todavía la empresa no entra a operar y ya se siente que el río Challhuahuacho -en cuya cabecera se ubica el proyecto- ya es un río muerto”, explica Henry Vásquez.
Al respecto señala que en torno el proyecto se generó gran expectativa por parte de la población, expectativa de crecimiento que no ha ido a la par de mejoras concretas. Entre otras dificultades, el colapso del sistema de saneamiento ha perjudicado al río.
Por lo pronto, la Defensoría del Pueblo ha exhortado a que se establezca el diálogo entre pobladores y representantes de proyecto Las Bambas a fin de que arriben a soluciones pacíficas que satisfagan a todas las partes en conflicto.
La Defensoría pidió además que el Estado asuma el liderazgo del proceso.
En caso de no instalarse la mesa, espacio que ya existía y que fue desactivado a mediados del año pasado, mañana viernes 13 se iniciará un nuevo paro en contra del proyecto, así de claro fueron los representantes de las comunidades del distrito.