24 de abril de 2012
En el marco del Día Internacional de la Tierra, celebrado cada 22 de abril, surge el Movimiento Mesoamericano Contra la Minería Metálica (M4), integrado por numerosas organizaciones sociales provenientes de distintas latitudes desde Canadá hasta Panamá.
“La forma en cómo se utilizan los recursos y se disponen de los desechos está alterando y generando tanta presión, que está ocasionando una serie de problemas a nivel planetario como el Cambio Climático, la erosión de la biodiversidad, entre otros”, recordó Ricardo Navarro, de CESTA-AT, durante el lanzamiento oficial del M4 en El Salvador, el 23 de abril.
Francisco Pineda, del Comité Ambiental de Cabañas (CAC), explicó que el nuevo movimiento tiene el propósito de convertirse en un frente regional de resistencia contra la explotación minera metálica, debido sus impactos negativos en la población y en los ecosistemas locales.
“(Les decimos) a las empresas mineras que cada día va creciendo la organización y la resistencia a estos proyectos”, expresó, y aprovechó la ocasión para rechazar la reciente resolución judicial, sobre el caso de los asesinatos de ambientalistas del CAC.
Pineda consideró que el Juzgado de Sentencia redujo los crímenes a simples “rencías personales” e ignoró el argumento de las organizaciones que evidenciaba la vinculación de las ejecuciones con las intenciones de explotación minera de la empresa Pacific Rim.
En tanto, Rina Navarrete, Coordinadora de la Asociación Amigos de San Isidro, del departamento de Cabañas, se refirió al Movimiento Mesoamericano como un espacio donde las organizaciones ambientalistas pueden unificar sus esfuerzos.
“Es algo grande, no es una cosa pequeña, somos muchas organizaciones que nos pronunciamos en contra de éste tipo de industria, que sabemos que no es beneficiosa”, recalcó.
El Salvador y la lucha contra la minería
La lucha contra la minería en El Salvador tuvo su punto de inflexión en 2009, con los asesinatos de Gustavo Marcelo Rivera, Ramiro Rivera Gómez y Dora Alicia Recinos, quienes lideraban la oposición de la explotación minera metálica en sus comunidades, en el departamento de Cabañas, al norte del país.
Desde entonces se abrieron investigaciones “insuficientes”, a partir de la presión de movimientos sociales locales e internacionales, derivando en la captura de “autores materiales” bajo la causa de “rencías personales”.
En El Salvador “no es viable la actividad minera metálica, debido a su alta densidad poblacional, en un área tan pequeña, con los recursos naturales hipotecados”, concluye Katia Henríquez en su investigación “Perspectiva de la industria minera de Oro en El Salvador”, publicada en el 2009.
El Presidente de la República, Mauricio Funes, descartó en enero de 2010 que su gobierno tenga previsto autorizar proyectos de exploración y explotación minera en el país; sin embargo, se opone a promover y aprobar un decreto que prohíba la explotación minera metálica en el país.
El movimiento social de El Salvador posee una amplia experiencia de resistencia a proyectos mineros, una realidad que comparten con otros países, tal es el caso de sus vecinos en Guatemala y Honduras. En este sentido, el Movimiento Mesoamericano contra la Minería Metálica busca servir de plataforma regional para unificar los esfuerzos y la solidaridad de los pueblos.