Si la minería es buena o mala es un tema que no tiene discusión. No hay avance tecnológico ni crecimiento económico en el mundo moderno, sin actividad extractiva de minerales. Sin embargo la discusión es otra, entre ello cómo se explota, qué se obtiene, qué deja, cuáles son los controles y cómo se persuade a la gente para lograr su instalación; y la verdad que se revela posteriormente, dista mucho de aquellas promesas derramadas en los textos “informativos” que distribuyen las mineras, las conferencias de prensas previas, los “debates” y “charlas informativas” que sistemáticamente vienen sostenidas con el acompañamiento de las autoridades del pueblo, la provincia y la nación.
El título que coloqué en esta nota resume una reflexión que me quedó dando vueltas por allí, cuando salí de Perito Moreno donde aquella tarde asistimos con el equipo de Fm News para transmitir con el equipo satelital.
La gente del pueblo, entre apática y resignada nos confió una sinnúmero de problemas que los aquejan, cuestiones que van desde la falta de energía eléctrica, problemas sanitarios, gas, agua deficiente, grandes inconvenientes en salud, precios exorbitantes en los alimentos, aislamiento con las comunicaciones y una saga de cuestiones que ponen a sus pobladores en un virtual estado de aislacionismo y enorme pauperización de las condiciones de vida.
Sin embargo allí nomás, a pocos kilómetros diría, la minería escarba las entrañas de la tierra para proveer a grandes empresas multinacionales de riquezas inconmensurables que silenciosamente van desapareciendo del patrimonio no renovable de la provincia, a valores irrisorios y casi en calidad de donación a las multinacionales que saben lo que tienen que hacer y se apuran y esmeran en hacerlo bien.
Nos recordaba un parroquiano que previo a la instalación de San José-Huevos Verdes el pueblo vivió un estado de euforia muy particular, debido a las enormes perspectivas que se avecinaban a través de la explotación minera en la zona y los enormes beneficios que la propaganda empresarial, avalada y en complicidad con el gobierno municipal, provincial y nacional, auguraba para todos los morenenses.
“El principal caballito de batalla fue el gran desarrollo que traería para Perito la existencia de la mina”, nos decía Juan que se dedica al reparto domiciliario. “Nos entusiasmaban las promesas de la mano de obra. Claro, acá se hablaba de unos 500 puestos de trabajo genuinos para la gente del pueblo y eso venía a resolver uno de los mayores problemas que tenemos por estos lados”, señaló, refiriéndose a la desocupación o a la falta de ocupación de los jóvenes que dejan sus estudios o no pueden emigrar para seguir una carrera fuera de esa ciudad.
Hoy se sabe que Minera Santa Cruz ocupa solo entre el 8 y 10% de mano de obra de la zona, es decir no solo de Perito Moreno sino de los pueblos aledaños, cifra que está muy lejos de las promesas iniciales promulgada por la empresa y convalidada por el Estado provincial. Es decir, que el principal argumento que emplean las empresas mineras que quieren persuadir a la población, hoy queda perfectamente demostrado en la práctica que es falaz. Los “puestos de trabajo” se transforman con el tiempo en escasos contratos para actividades primarias y en su mayoría las mineras optan por traer personal de Chile o el norte de Argentina, con experiencia en túneles, para el laboreo principal y ni hablar de los puestos técnicos específicos que son ocupados por profesionales que provienen de distintos lugares del país.
El otro argumento donde se apoyó la actividad propagandística previa, para lograr la aceptabilidad del emprendimiento por parte de los habitantes de Perito Moreno, fue las regalías que la actividad dejaría a la provincia. Ahora los pobladores de esa hermosa localidad cordillerana se desayunan que solo 6 millones de los casi 400 que factura la empresa van a parar a manos del Estado y lo que es peor, han comprendido que al municipio no lo ha favorecido en absoluto la renta minera y por el contrario, el pueblo ha recibido un flujo migratorio que precarizó los servicios, elevó los alquileres y ha generado un movimiento económico, que si bien favorece a ciertos sectores comerciales vinculados con la actividad extractiva, no se traduce en un bienestar generalizado para la población.
“Estamos como siempre, seguimos incomunicados, no tenemos ni siquiera Internet ya que para chequear un correo tenemos que esperar hasta las 12 de la noche y aún así es dificultoso conectarse y los celulares se cortan permanentemente”, nos dijeron en el pueblo. Cuando preguntamos qué mejoras advertían que se han hecho en beneficio de la gente, aludieron al interconectado e inmediatamente señalaron que el tendido de energía ha sido una prioridad de la minera por el alto consumo que tiene de electricidad, “a nosotros nos toca de rebote, pero de ninguna manera Minera Santa Cruz, ni el gobierno de la provincia ha pensado en la necesidad que tenemos los habitantes de Perito. Claro, así la venden. Aprovechan la excusa para hacernos creer que los hacen por nosotros, pero está claro que es para favorecer al yacimiento”, expresó otro parroquiano.
Otra de las cuestiones que preocupan a las poblaciones que han permitido la actividad minera en base a las promesas de desarrollo, es la durabilidad del proyecto. Durante la campaña de persuasión Minera Santa Cruz jamás habló del proceso finito que tenía el emprendimiento que teniendo en cuenta la magnitud de la riqueza que se extrae es notablemente corto, pues el propio Gerente de la minera no tuvo empacho en reconocer que a lo sumo puede durar unos 8 años y luego se encontrará como hoy Cerro Vanguardia en el final de su vida útil.
Ahora, tarde, muy tarde, parece que llega la verdad. El propio Intendente de Perito reconoció al aire, en el programa Estudio Abierto, que la captación de trabajadores de la zona no llega al 10%, que a los obreros de esta zona “no les gusta trabajar en interior de mina” (argumento par traer la mayoría de los empleados mineros del norte del país y de Chile), que la empresa ha hecho contratos leoninos con Nación y que no existe relación entre los que se llevan y lo que dejan en el pueblo y así podríamos seguir enumerando los reconocimientos que hizo el Sr Bilardo frente al micrófono, precedido de las propias palabras del Gerente de Recursos del Yacimiento Edgardo Volpi con quien parecieran haberse puesto de acuerdo para revelar estos datos que son un verdadero sincericidio ante la población de Perito Moreno a quienes en algún momento previo a la instalación de la minera no le dijeron o se lo contaron mal o distorsionado.