Ambientalistas de todo el país llegan a la provincia de San Juan para llevar a cabo, los días 24–26 de noviembre, el XIX Encuentro Nacional de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) con el firme objetivo de «fortalecer la lucha regional contra el modelo extractivo”
(véase Asambleas ciudadanas sesionan en Mendoza)
Entrevista con Débora Gómez (22), miembro de la Asamblea Sanjuanina Contra la Contaminación y el Saqueo
P.—¿Cómo se le hace frente al modelo extractivo a la vista de la importancia crucial que tiene la minería para la economía de la provincia? Un trabajo emanado de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), aparecido en septiembre, señala que un único yacimiento de oro y plata operado por Barrick desde septiembre de 2005 —Veladero— generó en el período 2010–2011 el 34% del Producto Interno Bruto (PIB) sanjuanino.
R.—El crecimiento que uno ve es el del clientelismo de las empresas. En Pocito pusieron una planta secadora de tomates; a los pocos meses, los productores ya no tenían tomates para secar y la planta se terminó cerrando. Es mentira que los sanjuaninos están trabajando en Veladero: la mayoría son personas de otras nacionalidades, tercerizados, indocumentados, canadienses, chilenos, bolivianos, peruanos. En distintos centros hospitalarios nos dicen que hay gente que llega enferma y les piden que no den información, por eso si hay fallecimientos no nos enteramos. Todo se maneja así.
P.—El mismo estudio estima que en el año 2011 el monto aportado por la mina —ubicada a unos 350 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Juan— en concepto de impuestos provinciales fue equivalente al 32% del gasto realizado en viviendas y salud, o al 15% de lo destinado a educación.
R.—Lo que dejan no es nada en comparación a lo que se llevan. La declaración jurada no coincide con las cosas que se están llevando. En donde están extrayendo también hay mercurio y un montón de cosas, y ellos informan solo el oro y la plata. En Jáchal hay varias personas que están teniendo cáncer de tiroides, que por lo general se genera por la radiación. Algunos decían que era la minería y otros decían: «¿cómo va a ser la minería si solo se llevan oro y plata?”. La gente del mismo lugar informa que están llevándose más que eso, como el mercurio por ejemplo.
P.—El 1 de octubre Barrick lanzó su primera campaña de comunicación en la Argentina. Según la insistente propaganda, hasta el momento se llevaron a cabo once monitoreos participativos —en los cuales la población elige donde se analizará el agua— entre los años 2006–2012: hasta la fecha, en todas las muestras tomadas se habrían obtenido resultados satisfactorios.
R.—Es muy difícil entrar hasta donde ellos están, por el tema de la seguridad: es como que todo es propiedad privada, y ellos vigilan muy bien quién entra y quién sale. Desde Tudcum, donde empiezan a subir los camiones, nosotros ya no podemos estar cerca de ellos. Es normal que se defiendan tanto. Acá hay propagandas tratando de mentirosos a los que estamos en contra de la megaminería: carteles enormes dicen que el río San Juan no tiene ni una gota contaminada. Uno va a desconfiar más de este tipo de empresas cuando cuesta tanto llegar hasta allá; cuando hacen las visitas guiadas, hay una parte de la mina a la cual uno no puede entrar. Los monitoreos los realizan personas contratadas por ellos. Sí, también tenemos gente que los ha hecho y nos ha dicho, justamente, que no es tan así como dicen.
P.—Si una imagen condiciona la percepción popular es la de Barrick «cortando” un glaciar para construir el acceso a una mina. El 5 de octubre, la empresa publicó el texto que se cita a continuación: «Desconocemos el origen de la fotografía que circula en Internet y que supuestamente corresponde a alguna de nuestras operaciones. Lo que es cierto es que el camino minero a Veladero fue efectuado considerando la posición del glaciar Almirante Brown de manera de no afectarlo”.
R.—La realidad es que el camino está hecho sobre el glaciar. La misma empresa, en sus informes de impacto ambiental, dice que se van a ubicar cerca de tal o cual glaciar. Son informes de 2005 o 2006. Lamentablemente, a los trabajadores les es bastante difícil venir acá abajo y decir qué es lo que pasa: en realidad, la mayoría no dice nada. La gente que va dejando de trabajar, por diversos motivos, a veces baja fotos de lo que es realmente la mina. Obviamente, todo es anónimo porque pueden llegar a tener grandes problemas con la empresa.
P.—Contrariamente a lo que pudiera creerse, expresaron que «para cambiar algo es necesario cambiar todo”. Las implicaciones de esta posición, prima facie, no están muy claras, pero es una evidente señal de cambio político.
R.—Es cambiar la mentalidad, lo que uno consume, porque acá las propagandas ya son demasiado. Con la minería vas a estar quince días arriba y quince días abajo: podés tener graves problemas de salud, porque es lógico al estar a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, pero te van a pagar bien. Es como que la gente dice: «Y bueno, entre no tener nada y trabajar de eso, trabajemos de eso”. No ven lo que hay detrás. En Tudcum, por ejemplo, cuando hay viento Zonda, baja una nube de polvo gigante desde la explotación. Es el polvo en suspensión que queda allá arriba, y que con el viento baja directamente al valle. Cuando nosotros hacemos una marcha no sale nada en la televisión, pero cuando ellos hacen una sale hasta lo que no debería salir. No estamos en contra de los trabajadores, porque nadie puede estar en contra de que alguien tenga trabajo, sino de la forma en la que son tratados.
P.—En este marco, en una carta fechada el 10 de octubre la Comisión Organizadora se dirigió a los miembros de la UAC con estas palabras: «Consideramos fundamental unir el esfuerzo de las organizaciones del país para generar una acción que sirva para legitimar socialmente nuestra lucha”. ¿Qué razones los motivan a pensar que la legitimidad de sus reivindicaciones se encuentra desacreditada ante la opinión pública?
R.—Es una realidad: todos nos sentamos los domingos a ver la tele. Hay distintas publicidades que están yendo un poco más allá, bien adentro de la cabeza de la gente. Xstrata ya está trabajando en San Juan sobre lo necesaria que es la minería para hacer un alimento: hablan de cómo se hace el dulce de membrillo con ollas de cobre. Nuestra opinión es, básicamente, la de un loco en contra del progreso de la provincia. La gente empieza hablando con miedo, pero luego termina diciendo: «Yo también estoy en contra, pero ¿qué voy a hacer? Es lo que hay”. Hasta que aparecen casos como el de Famatina (véase Campaña de invierno en Famatina) y la gente piensa: «¿Por qué tanta gente en contra y nosotros acá tan contentos?” Pero es un bum del momento. Durará un mes y se irán olvidando, por un montón de cosas que vive la gente todos los días.