Ecoloxistas en Acción lleva a la empresa que explota la mina gallega de San Finx ante la ONU por “denuncias abusivas e infundadas” mientras la Cámara Minera anuncia acciones legales contra la organización tras una protesta pacífica en su sede.
Acción de Ecoloxistas en Acción en la mina de San Finx. ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Javier H. Rodríguez
@javierhrguez
12/09/2023
“Asalto violento con intimidación”. Esas son las palabras que ha decidido utilizar la patronal gallega de las empresas mineras, la Cámara Oficial Mineira de Galicia (COMG), para referirse a una acción pacífica con la que Ecoloxistas en Acción trataba de poner sobre la mesa los peligros de los vertidos contaminantes de las minas coruñesas de San Finx y Touro. Tras pedir permiso para entrar las oficinas del organismo ubicadas en un edificio público de la Xunta en Expocoruña, varios activistas quisieron hacer entrega de unas botellas de agua recogida en los vertidos de ambas minas para invitar, simbólicamente, a la cúpula de la patronal a beberla. “El personal de la Cámara rechazó la invitación”, bromea Cristóbal López, portavoz de la organización. Sin embargo, la directiva de la Cámara Mineira ha anunciado “medidas legales” contra los activistas que, gracias a haber grabado todo el proceso pacífico, probablemente se sumen a la cada vez más larga lista de sobreseimientos de lo que parece ser una suerte de estrategia de lawfare desordenado que está por ver si acabará cuajando. Por ahora, entre las personas que conforman la organización no tienen duda de que es otro caso más de pleitos estratégicos contra la participación pública (SLAPP, por sus siglas en inglés).
Es probable que en las oficinas de este organismo financiado por la Xunta de Galicia no hayan pasado inadvertidos los últimos análisis de la propia Consellería de Medio Ambiente sobre las aguas fluviales del entorno de San Finx que han constatado niveles de cadmio hasta 78 veces por encima de lo permitido por ley. No solo de cadmio. Los análisis de los técnicos de Augas de Galicia también encontraron niveles preocupantes de otros metales pesados como cobre o zinc y que superan 48 veces y 8 veces respectivamente los valores máximos permitidos. “Y a pesar de estos datos totalmente objetivos pretenden intimidarnos con acciones judiciales que es evidente que no van a ir a ningún lugar”, despacha la polémica López.
san finx patronal minera
Activistas de Ecoloxistas en Acción durante la acción que la patronal minera tachó de «violenta» e «intimidatoria».
Pero lo que parecía una acción para pretender infundir miedo entre activistas se ha convertido en un motivo más de acción social. Esta misma semana, Ecoloxistas ha puesto en conocimiento de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de las personas defensoras de derechos humanos, Mary Lawlor, lo que consideran un “uso sistemático de denuncias abusivas e infundadas” también por parte de la empresa minera que explota San Finx, Tungsten Sano Finx SL. “Son denuncias con afán intimidatorio contra las organizaciones ecologistas y sociales que venimos denunciando la situación ilegal de la explotación y los daños ambientales que causan sus vertidos”, señalan. Lo hacen a tan sólo siete quilómetros de la ría de Muros e Noia, donde se encuentra el mayor banco de berberechos de Galicia y donde la población local vive fundamentalmente del mar.
De hecho, hace apenas unas semanas que que la empresa minera se querelló contra la organización por la realización de un acto simbólico de protesta del pasado 5 de julio en el que bloquearon brevemente la tubería por la que la empresa realiza “vertidos ilegales”. Precisamente, a raíz de esta protesta y de las cartas enviadas a la Consellería de Medio Ambiente por ese grupo y la plataforma regional contra los vertidos, se ha iniciado un procedimiento sancionador que podría imponer una multa de hasta 300.000 euros a la empresa, una vez comprobados los alarmantes niveles de metales contaminantes en las inmediaciones de San Finx.
Es la segunda vez en menos de un año que esta minera presenta una denuncia contra Ecoloxistas con un pretexto similar
Es la segunda vez en menos de un año que el grupo australiano que es propietario de San Finx presenta una “denuncia falsa” contra Ecoloxistas en Acción, que ya había sido denunciada en 2022 ante el juzgado de Negreira con un pretexto similar, meses antes de que la Xunta declarara la caducidad de las concesiones mineras y que se iniciara un procedimiento sancionatorio por vertidos ilegales en contra de la mina Santa Comba. En ese momento, el tribunal archivó de inmediato la demanda por falta de fundamento. Aunque la organización ecologista confía en que el resultado esta vez será idéntico, han decidido denunciar el caso ante la relator especial de la ONU porque se trata de “un uso sistemático del acoso judicial intentando criminalizar y frenar a los movimientos sociales para que no denuncien las ilegalidades cometidas por las empresas”, denuncia el portavoz de Ecoloxistas en Acción.
Un acoso judicial que viene de largo
La minera de San Finx es conocida entre el ecologismo gallego por utilizar este tipo de estrategias de ataque judicial. Ya en 2017 había denunciado ante los juzgados de Noia a otras dos organizaciones ecologistas con pretextos similares. Verdegaia había sido denunciada por fotografiar “obras ilegales”, lo que dio lugar a un procedimiento sancionador en Augas de Galicia en el que la empresa fue multada con varios miles de euros y obligada a derribar todo lo construido. En el caso de la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega), el grupo ambientalista fue denunciado por tomar muestras de agua que, tras ser analizadas, arrojaron grado de contaminación preocupantes con metales pesados. En ambos casos, la Fiscalía solicitó el archivo de las acciones por tratarse de denuncias infundadas.
La minera de San Finx es conocida entre el ecologismo gallego por utilizar este tipo de estrategias de ataque judicial. Tanto Adega como Verdegaia han sufrido intentos similares
Peligros para el medio ambiente y la salud
Pero el problema que subyace va mucho más allá de las acciones judiciales contra Ecoloxistas, Verdegaia o Adega. Los vertidos de sustancias tóxicas como el cadmio, el cobre y el zinc se han convertido en una creciente preocupación medioambiental en todo el mundo. Estos metales, que se encuentran en numerosas actividades industriales y mineras, representan una seria amenaza para los ecosistemas acuáticos y terrestres, fundamentales en la economía del litoral gallego, así como para la salud humana. A medida que la demanda de productos manufacturados aumenta, también lo hace la producción y liberación de estos contaminantes en los Estados donde se explotan.
La acumulación de cadmio, el vertido más preocupante en San Finx, en el cuerpo humano a lo largo de los años puede llevar a enfermedades crónicas graves como enfermedades renales y óseas
El cadmio se acumula en los suelos y cuerpos de agua, contaminando los cultivos y afectando a la fauna acuática, donde son especialmente sensibles los bancos marisqueros. Además, es bioacumulativo, es decir, que se concentra a medida que avanza en la cadena alimentaria, pudiendo alcanzar niveles peligrosos en los seres humanos que consumen alimentos contaminados. Junto a él, el cobre, cuando se deposita en ríos y océanos, puede interferir en la reproducción de peces y otros organismos acuáticos y afectar gravemente los ecosistemas acuáticos. Además, el cobre es tóxico para muchas formas de vida microscópica, lo que desencadena desequilibrios en las cadenas alimentarias y perjudica a la biodiversidad.
La exposición continua a estos metales pesados a lo largo del tiempo puede tener efectos devastadores en la salud humana. La literatura científica al respecto ha demostrado que la acumulación de cadmio en el cuerpo humano a lo largo de los años puede llevar a enfermedades crónicas graves como enfermedades renales y óseas. Además, la exposición a largo plazo al zinc y el cobre en niveles elevados puede contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
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