La mitad del departamento del Quindío podría convertirse en una desértica mina. John James Fernández, director de la Corporación Regional del Quindío, CRQ, lanzó la advertencia. Aunque la naturaleza hoy predomina en el llamado ‘Corazón Verde de Colombia’, en las oficinas de la Agencia Nacional Minera, ANM, cuya sede central está en Bogotá, se cuece lo que podría convertirse en un ‘apocalipsis’ ambiental para la región.
Esta ha entregado 78 títulos mineros, que posibilitan la explotación de 45.000 hectáreas de las 193.000 que tiene el departamento, es decir el 24 % de su territorio.
Pero ahí no termina todo. En las mismas oficinas comienzan a ser patinadas por sus funcionarios otras 54 solicitudes y 4 más están en proceso de legalización.
Si estas 58 más se llegaran a aprobar, a las 45.000 hectáreas se sumarían otras 25.000, para un total de 70.000 hectáreas en evidente peligro. El Quindío está a la expectativa.
Fernández ha dicho que la CRQ se opone a este fenómeno y que librará las batallas que sean necesarias para que no se concreten este tipo de proyectos, así como los de megaminería o minería a cielos abiertos.
“Dichos títulos están en fase exploratoria. La corporación actúa una vez se hayan solicitado las licencias ambientales, pero es importante decir que al día de hoy no hay radicada ninguna solicitud de licencia para efectos de continuar con el proceso exploratorio”, informó.