El científico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Luis Somoza ha manifestado que la minería submarina en aguas internacionales todavía no se ha iniciado pero «está en puertas», dado que los fondos marinos son fuentes de elementos usados para los móviles y la tecnología verde. También ha destacado que los recursos minerales y energéticos en aguas internacionales deben ser considerados «recursos de la Humanidad» y ha opinado que España ha de «tener más peso» en las organizaciones internacionales del mar.
Somoza, jefe del Servicio de Recursos Geológicos Marinos del citado instituto, realizó estas declaraciones a varios periodistas antes de la charla «La exploración de los océanos: recursos y derecho marítimo internacional» que impartió el miércoles pasado en el Aula de la Ciencia y Tecnología de la Universidad de Alicante (UA).
Preguntado sobre si es posible una explotación sostenible de la minería submarina, este científico ha explicado que hasta el momento se ha realizado la exploración minera; es decir, investigar qué recursos pueden existir o hay en el fondo del mar.
«Lo que se está intentado hacer es una minería de alta tecnología que no tenga mucho impacto medioambiental», indicó, aclarando que la explotación minera submarina en aguas internacionales «no está regulada» de momento. «Pero es una de las cosas que los expertos, tanto españoles como del resto del mundo, tienen que regular y hacerla sostenible desde el punto de vista medioambiental; una decisión que atañe a las Naciones Unidas», ha señalado Somoza.
La ONU ya ha concedido parcelas de exploración en el Pacífico a Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia (entre otros países) por un periodo de diez años prorrogable a quince. Son autorizaciones que empiezan a darse también en el Atlántico, reconoce Somoza. España, por su parte, aún no ha solicitado ninguna. «Se está otorgando una parcela de exploración de 150.000 kilómetros cuadrados por 500.000 dólares», una extensión equivalente a Andalucía, concretó el jefe del Servicio de Recursos Geológicos Marinos del IGME. Somoza insistió en que «todavía no se han dado licencias de explotación, ni se ha hecho un reglamento de explotación».
Por ello, aún no se ha iniciado la minería submarina en aguas internacionales, «pero está en puertas», ya que «la tecnología verde» (fabricar paneles solares, molinos de viento o coches híbridos) «implica ir al mar a hacer minería submarina», lo que supone una contradicción «muy grande» y obligará a buscar un equilibrio en un futuro. «El ciudadano tiene que saber eso. Si quiere móviles, coches verdes, tecnología verde, se tiene que ir abajo, al fondo del mar», donde hay más cantidad de materiales para elaborarlos que en tierra, donde con el tiempo irán escaseando, destacó el experto.
Por ejemplo, en lo se refiere a los depósitos de telurio (un elemento estratégico para paneles solares), las concentraciones presentes en las costras de fondos marinos son 50.000 veces más que las existentes en tierra, con lo cual a una empresa le resulta más ventajoso extraerlo del mar.
La ONU ya ha concedido parcelas de exploración en el Pacífico a Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia (entre otros países) por un periodo de diez años prorrogable a quince. Son autorizaciones que empiezan a darse también en el Atlántico, reconoce Somoza. España, por su parte, aún no ha solicitado ninguna. «Se está otorgando una parcela de exploración de 150.000 kilómetros cuadrados por 500.000 dólares», una extensión equivalente a Andalucía, concretó el jefe del Servicio de Recursos Geológicos Marinos del IGME. Somoza insistió en que «todavía no se han dado licencias de explotación, ni se ha hecho un reglamento de explotación».
Por ello, aún no se ha iniciado la minería submarina en aguas internacionales, «pero está en puertas», ya que «la tecnología verde» (fabricar paneles solares, molinos de viento o coches híbridos) «implica ir al mar a hacer minería submarina», lo que supone una contradicción «muy grande» y obligará a buscar un equilibrio en un futuro. «El ciudadano tiene que saber eso. Si quiere móviles, coches verdes, tecnología verde, se tiene que ir abajo, al fondo del mar», donde hay más cantidad de materiales para elaborarlos que en tierra, donde con el tiempo irán escaseando, destacó el experto.
Por ejemplo, en lo se refiere a los depósitos de telurio (un elemento estratégico para paneles solares), las concentraciones presentes en las costras de fondos marinos son 50.000 veces más que las existentes en tierra, con lo cual a una empresa le resulta más ventajoso extraerlo del mar.
Ampliación de la Plataforma Continental
Según este científico, Japón comenzó en septiembre pasado la primera prueba piloto de minería submarina, pero en aguas de su jurisdicción.
En cuanto a los fondos marinos de España, se han descubierto en los montes submarinos canarios elementos estratégicos y raros en concentraciones superiores a las de muchos yacimientos de tierra firme en costras de ferromanganeso.
El telurio, aunque de importancia, no es el único elemento estratégico contenido en los montes submarinos canarios. También se encuentran otros, como las tierras raras y el cobalto, todos ellos empleados en nuevas tecnologías. Estos descubrimientos han sido fruto de las investigaciones que, desde 2011, se desarrollan para el proceso de ampliación de la Plataforma Continental de España.
El límite entre las aguas jurisdiccionales e internacionales más allá de las 200 millas marinas puede ser trazado por un estado basado en los datos científicos de su Plataforma Continental que ha de presentar ante una Comisión científica-técnica de la ONU en Nueva York. España ha presentado desde 2009 tres propuestas de ampliación de la Plataforma Continental en el mar Cantábrico, Galicia e Islas Canarias. Conforme a estas propuestas, España puede ampliar hasta 431.416 kilómetros cuadrados su soberanía sobre sus fondos marinos, lo que equivale a un 85% del territorio emergido español.
Conforme a este proceso, muchos de los reservorios de petróleo, gases convencionales y gases hidratados del subsuelo marino, así como de nódulos y costras polimetálicos, pueden pasar a soberanía de las jurisdicciones nacionales.
Dada la importancia económica de este proceso, en la última década se ha producido un aumento exponencial de los estudios científicos de los océanos de todo el mundo. Hasta el momento se han presentado más de 77 procesos de ampliación en todos los océanos del mundo. Especialmente problemáticos se prevén algunas de las propuestas que afectan las zonas circumpolares de los fondos marinos del océano Ártico y de la Antártida, según Somoza.