“Saludamos a las hermanas defensoras de la tierra y el territorio que, desde otros ríos, montañas,
bosques, identidades y culturas resistimos para un mundo sin minería y sin machismos”.
8 de marzo del 2020
Este 8 de marzo para las integrantes de la Red Mexicana de Afectadas y Afectados
por la Minería (REMA), mujeres defensoras de la tierra y el territorio, campesinas,
indígenas, mujeres rurales, maestras, educadoras, investigadoras, es importante denunciar
que el modelo extractivo minero es una de las caras más visibles y patriarcales del sistema
capitalista, el cual no duda en asesinarnos, desaparecernos o enfermarnos.
A partir de nuestra resistencia en los territorios y de hacer y ser parte de una red que
se conforma por organizaciones de base, colectivos y sociedad civil en diferentes lugares
del país, es como caminamos en la REMA y nos enfocamos en documentar y reflexionar
acerca de los impactos diferenciados que la actividad minera nos está causando, con
irreversibles y graves consecuencias a nuestra salud física, psicológica y emocional. Las
mujeres en los territorios que somos afectadas por la minería, nos sumamos a nuestras
hermanas para denunciar los agravios de este sistema patriarcal que se esconde en
empresarios, nacionales y transnacionales, y gobernantes a nivel federal, estatal, y
municipal, también en las instituciones financieras y los agentes de gobiernos extranjeros
quienes respaldan y sostienen este sistema que nos imponen y que estamos dispuestas a
derribar. Además, denunciamos la violencia que vivimos en nuestras casas y comunidades,
y con nuestros compañeros adentro de las resistencias cuando no nos respetan o valoran,
lo cual debilita nuestros procesos de lucha y construcción de la libre determinación para
poder enfrentar junt@s la falta de información, la injerencia de las empresas y los gobiernos,
la coacción, la violencia y las divisiones generadas, todo lo cual los poderes económicos y
políticos utilizan para imponer los proyectos extractivos que agravan de manera significativa
los de por sí daños que ya nos genera el machismo y el patriarcado.
¡LA MINERÍA NOS MATA, NOS CONTAMINA, ¡NOS DAÑA!
¡TAMPOCO CREEMOS EN LA MINERÍA SUSTENTABLE, NI RESPONSABLE, ¡NI
VERDE!
¡LAS MUJERES NO NEGOCIAMOS LA VIDA!
En ese contexto, nos hemos organizado en REMA/Mujeres para analizar las formas en
las cuales el patriarcado se expresa en contra de nosotras y que, en conjunto al modelo
extractivo pretenden desaparecer nuestras vidas y es por ello que, con el objetivo de
hermanarnos con otras expresiones y movimientos de mujeres en México, América Latina
y en el mundo, en estos momentos de esta lucha de todas nosotras, hoy exponemos
públicamente nuestras reflexiones dentro de este proceso,
¿POR QUÉ DECIMOS QUE LA MINERÍA ES FEMINICIDA?
El modelo extractivo salvaje se ha impuesto en los últimos años con una voracidad y
codicia sin precedentes en México, América Latina y en todo el mundo para saquear los
minerales. En México, el gobierno federal ha otorgado más de 25 mil concesiones a
empresas mineras privadas quienes -además de gozar de grandes privilegios, como la
impunidad por los crímenes y daños que se cometen con estos proyectos mineros-, afectan
de manera irreversible a nosotras las mujeres, porque rápidamente nos vemos despojadas
de nuestro territorio, de nuestros bienes naturales, de nuestra agua limpia, de nuestra salud,
de nuestras familias y de nuestra vida.
La minería que opera en las comunidades de México, ha venido a agravar e incrementar
aún más el sistema patriarcal y colonial existente, porque ese sistema de explotación de los
bienes naturales desaparece todo lo que para nosotras significa vida. El capitalismo, bajo
los artilugios del patriarcado, el colonialismo y el extractivismo, son la parte central de un
complejo sistema de control y dominación para nosotras las mujeres, las niñas, los niños y
nuestros territorios que nos pone en vulnerabilidad permanente sea en nuestra casa, la
calle, el campo, la lucha o en nuestros trabajos. POR ELLO;
¡TAJANTEMENTE GRITAMOS NO A LA MINERÍA!
La minera contamina y devasta los sistemas ambientales y los bienes naturales,
especialmente las fuentes de agua, sea por que las contamina con sustancias tóxicas como
plomo, cadmio y arsénico, entre muchos otros, o seca arroyos, ríos, manantiales y mantos
freáticos por su uso indiscriminado; afecta de manera directa e indirecta la salud de la
población, la cual, en porcentajes muy altos, sufre de diversas enfermedades, pero sobre
todo nos afecta de manera irreversible, particularmente a nosotras como mujeres que a
partir de estar expuestas a diversos neurotóxicos, nos provoca abortos y partos prematuros
muchos de ellos con malformaciones, retardo en el crecimiento, disminución cognitiva,
disminución en la capacidad perceptiva y motora, daños neurológicos y neuro-psíquicos
severos, cáncer, parálisis, deformaciones óseas, osteoporosis.
¡NOS ESTÁN MATANDO!! ¡¡ALTO A LA MINERÍA!!
Desde que la empresa minera hace presencia en la comunidad, aun cuando ni una sola
máquina ha entrado, ya comenzamos a sentir diferentes impactos; la corrupción, la compra
de conciencias, las intrigas y las campañas de desprestigio hacen que se comience a
erosionar el tejido social, donde las mujeres son las más afectadas, pues cuando las
familias se confrontan, somos nosotras quienes terminamos desafiándonos entre nuestras
hermanas, primas, tías, abuelas, madres, mientras los hombres dirimen nuestro destino por
dádivas y dinero fácil. Esta división termina con la solidaridad y protección comunitaria y,
en consecuencia, también destruye la vida entre nosotras como mujeres, a tal grado que,
cuando nosotras nos oponemos a algún proyecto minero, terminamos siendo
estigmatizadas, difamadas, violentadas, criminalizadas y, en ocasiones, asesinadas, como
nos ha sucedido con varias de nuestras hermanas, quienes hoy por supuesto también a
través de su espíritu de lucha están con nosotras.
AUMENTA LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES Y NIÑAS
El arribo de trabajadores mineros de otros lados, así como la permanente presencia de
militares, policías y crimen organizado en los territorios asediados por empresas mineras,
ha implicado el incremento del alcoholismo y drogas, al igual que la trata de personas en
todas sus “modalidades”, lo que nos pone en riesgo permanente al igual que a nuestras
hijas e hijos. También la violencia se incrementa y la desaparición forzada, los secuestros
las extorsiones, la violencia física y psicológica hacia nosotras, el permanente acoso sexual,
las violaciones sexuales y la restricción de la libertad, tanto en nuestro pueblo como dentro
de nuestros hogares, son parte de una realidad en donde el abandono del estado
literalmente elimina cualquier esperanza de ser protegidas, de encontrar alivio o de aspirar
a que por fin se termine la impunidad.
Gritamos que las violencias hacia las mujeres no son sólo consecuencias, porque
sabemos perfectamente que han sido utilizadas como una estrategia para el control del
territorio, es decir, hay una clara estrategia de someternos por parte de las empresas y del
estado, ambos empecinados en imponer un “progreso y desarrollo” que lo único que ha
demostrado es su fracaso para con la vida y hoy nos tienen al borde de la muerte, sin antes
pretender que nuestros cuerpos sean convertidos en trofeos y espacios del patriarcado, de
la colonización y de la explotación.
LA MINERÍA INCENTIVA LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA, FÍSICA, ECONÓMICA,
PATRIMONIAL E INSTITUCIONAL
Las mujeres somos naturalmente defensoras de nuestra tierra y de los derechos
colectivos que inician con nuestra familia, pero para el capitalismo y el patriarcado somos
sus opositoras más aguerridas y decididas, razones por las cuales crean condiciones para
que vivamos permanentemente en violencia, sea por parte de las empresas y sus
personeros armados o sea por parte del estado y sus instituciones represoras que abonan
a la creación de espacios de persecución, desacreditación, criminalización y judicialización.
Las formas de represión hacia nosotras son diferenciadas, silenciadas y excluidas, porque
las violaciones, las estigmatizaciones, ser invisibilizadas, amenazadas, aterrorizadas,
señaladas, violadas y asesinadas en este mundo patriarcal y machista, en donde pondera
la asimetría, nunca tendrán el mismo lugar o la misma valoración que las represiones hacia
los hombres.
POR LA DEFENSA DEL TERRITORIO
Las mujeres integrantes de la REMA nos identificamos con una defensa del territorio que
nos dignifique y no nos victimice, creemos en la colectividad como espacio de lucha y no
en los liderazgos individuales, creemos en la urgente y necesaria relación equitativa entre
mujeres y hombres para hacer un frente común contra el capitalismo voraz y rapaz que se
ha encargado de ponernos a pelear entre nosotros y nosotras con su discurso de odio para
dividirnos y aislarnos. Un capitalismo que nos despoja tanto a hombres como a nosotras
las mujeres, que atenta contra nuestro territorio y que pretende transformar y sustituir para
que olvidemos nuestro pasado y lo que somos, a partir de eliminar nuestra cultura, nuestra
cosmovisión, todo lo que hemos heredado de nuestras/os ancestros, para que seamos
seres deshumanizados, sin solidaridad, ternura y amor por la vida.
LA MINERÍA PROFUNDIZA DESIGUALDADES
Hemos vivido en nuestros cuerpos las desigualdades que se establecen a través del
patriarcado y sus proyectos extractivos, mismas que se profundizan cuando estos se
apropian de nuestro territorio, porque es de donde proviene nuestro principal sustento, la
falta de oportunidades que han sido cortadas históricamente por no reconocer y valorar
nuestro trabajo, es en el territorio en donde se encuentra la tierra que nos permite gozar de
una economía local para complementar la manutención de la familia y la comunidad, es el
territorio que nos proporciona libertad frente al control que los hombres (padres, hermanos,
esposos) pretenden tener sobre nosotras. Al ser despojadas del territorio y destruidas
nuestras tierras literalmente acaban con nuestra vida, afectan nuestra libertad y en
consecuencia nuestra determinación plena y libre y nuestra autonomía.
Por supuesto que nos indigna que la actividad minera asuma, bajo el pretexto de utilizar
el enfoque de género, una oportunidad para presentarse como una actividad igualitaria y
equitativa. Falso, la minería es una actividad capitalista, patriarcal y colonialista, que
en sí misma pretende destruir el territorio y, en consecuencia, asume como objetivo el
despojo y el desplazamiento forzado, razones por las cuales es incapaz de sostener una
política de género. Las mujeres no pedimos empleo, ni alternativas a nuestra economía
local, exigimos que nos dejen vivir con dignidad en nuestros territorios, y por eso decimos
NO A LA MINERÍA…
DENUNCIAMOS FALSAS SOLUCIONES
Para la Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería las directrices sobre equidad e
igualdad de género impulsadas por las empresas mineras y algunas organizaciones de la
sociedad civil, con apoyo de las instituciones financieras, como el Banco Mundial, implican
un peligro para las mujeres. Emprender un discurso sobre las desigualdades de los
estereotipos de género o a partir de la apertura de “oportunidades para mujeres dentro de
los negocios”, incluyéndonos como “la fuerza laboral de la minería” o por medio de
programas para incentivar el liderazgo individual de las mujeres, no sólo perpetua los
sistemas de control del patriarcado, colonialismo y capitalismo, sino que facilita la
justificación de estándares con los que las empresas extractivas ganan mayores canonjías
financieras y fiscales, así como de falsos auto-reconocimientos como el de la
Responsabilidad Social Corporativa.
Desde la Red Mexicana de Afectadas y Afectados por la Minería (REMA) y es espacial
desde REMA/Mujeres, nos sumamos a nuestras hermanas que de forma firme, decidida
e irreversible tomaremos las calles de forma masiva, para demostrar de forma rotunda un
YA BASTA.
Le decimos al gobierno federal que, si ellos no están dispuestos a acabar con el saqueo
y rapiña de las empresas extractivas y sus empresarios parásitos que operan en nuestro
país, LO HAREMOS CON LA FUERZA DE LAS MUJERES.
SI ESTE GOBIERNO NO ESTÁ DISPUESTO A ACABAR DE TAJO CON LA IMPUNIDAD
LO HAREMOS NOSOTRAS, PORQUE…
¡YA BASTA!
REMA/Mujeres