22 de Junio de 2012
El debate por la minería se coló en Río+20, que termina hoy en esta ciudad. En Aterro do Flamengo, en la Cumbre de los Pueblos, se disertó sobre el caso de la localidad neuquina de Loncopué, que acaba de rechazar la actividad
mediante un plebiscito, mientras sólo a 40 kilómetros, en Barra de Tijuca, donde se celebra el encuentro oficial, los 193 líderes mundiales aprobaban el documento final, que tiene dos párrafos dedicados exclusivamente a esta industria extractiva.
21/06/2012 «Las actividades que se realizaron estuvieron centradas en cómo el modelo extractivista se está imponiendo por la fuerza, a espaldas de la gente, sin licencia social y con criminalización de la protesta social», contó Enrique Viale, de la Asociación de Abogados Ambientalistas, que organizó estas actividades junto con el CELS, el Observatorio de Derechos de Chile y el Colectivo por la Igualdad de la Argentina. El último caso de rechazo popular a la megaminería en el país fue el de Loncopué, donde el 3 de este mes el 82% de los vecinos votó en contra de un proyecto.
A las ONG argentinas se sumaron cientos de grupos sociales de otros países que no asistieron a la reunión organizada por la ONU. Juntos participaron anteayer de una marcha multitudinaria por las calles de esta ciudad en la que reclamaban por la aprobación por parte de los gobiernos de la minería en sus países. «Estamos aquí para defender los recursos naturales y los territorios de nuestro pueblo, amenazados por la minería y las hidroeléctricas», dijo Benita Fuentes, una guatemalteca que llegó a la ciudad carioca a hacerse oír.
La discusión apunta al rechazo que genera entre las organizaciones sociales el texto final del acuerdo que los líderes mundiales firmarán hoy. «Reconocemos que los minerales y los metales hacen una importante contribución a la economía mundial y las sociedades modernas. Tomamos nota de que la minería es importante para todos los países con recursos minerales, en particular los países en vías de desarrollo. También tomamos nota de que la minería ofrece la oportunidad de catalizar un amplio desarrollo económico cuando la gestión es eficaz y adecuada. Reconocemos que los países tienen el derecho soberano de explotar sus recursos minerales de acuerdo con sus prioridades nacionales», dice uno de los párrafos que generan polémica.
El párrafo siguiente se ocupa de los controles y del impacto ambiental de la actividad: «Reconocemos la importancia de los fuertes y eficaces marcos legales y regulatorios, políticas y prácticas para el sector minero que ofrecen beneficios económicos y sociales, e incluyen salvaguardias efectivas que reduzcan los impactos sociales y ambientales, conservando la biodiversidad y los ecosistemas, incluso en la fase de cierre después de la minería. Hacemos un llamamiento a gobiernos y empresas para promover la mejora continua de la rendición de cuentas y transparencia, así como la eficacia de los mecanismos existentes para evitar los flujos financieros ilícitos de las actividades mineras».
Para las autoridades argentinas el acuerdo que se alcanzó en esta ciudad «es un éxito». Así lo aseguró a LA NACION Silvia Révora, subsecretaria de Planificación y Política Ambiental de la Nación: «El liderazgo de Brasil salió de la cumbre. Vamos por el camino correcto y haber logrado este paso nos enorgullece como latinoamericanos». Respecto de la minería, la funcionaria indicó: «La minería no es sustentable, como cualquier otra actividad extractivista. Debe haber una minería responsable. No todos los emprendimientos pueden desarrollarse, hay que estudiar bien los costos y los beneficios, como cualquier gran actividad que impacte en el ambiente, como una hidroeléctrica o un puerto. En la Argentina la discusión «minería sí o minería no» es inmadura. Todos dependemos de la minería. Volver a las cavernas no queremos. Tampoco es correcto pretender que en el país no haya minería pero en otros países sí, y nosotros podamos gozar de esos elementos de consumo que nos permite la minería», dijo la funcionaria después de presentar la posición oficial en un evento paralelo, junto a funcionarios chilenos y brasileños.
El presidente de Perú, Ollanta Humala, se refirió en su discurso a la actividad que también genera polémica en su país: «Tenemos que tener una nueva relación con las actividades extractivas, en especial con la minería», dijo.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, fue un poco más allá. En el discurso que brindó ayer en el plenario de la Asamblea, anunció una moratoria para la minería en la Amazonia de ese país. El presidente sostuvo que decretó la protección de 17,6 millones de hectáreas en una zona rica en biodiversidad. «Lo que se predica en el campo internacional debe traducirse en acciones concretas en nuestros países», destacó Santos. La influencia de la minería en esta región era un tema que generaba grandes preocupaciones entre los ambientalistas. Se trata de dos ecosistemas muy valiosos: la selva amazónica y lo que se conoce como el Chocó biogeográfico.