El 2020 será crucial para el proyecto minero Buriticá, ubicado en el Occidente de Antioquia, pues se espera que en el primer trimestre arranque la operación comercial y que Zijin Mining Group de China cierre el contrato por medio del cual adquirirá a Continental Gold, dueña de la mina.
La negociación tasada en 1.400 millones de dólares canadienses (3,7 billones de pesos a una tasa de cambio de esa divisa de 2.647 pesos) fue anunciada ayer por Luis Germán Meneses, gerente en Colombia de Continental Gold, quien precisó que la meta es que Zijin concluya la transacción en unos cuatro meses.
“En la medida en que la junta directiva de Continental le está recomendando a los accionistas votar a favor del negocio es porque, tanto la junta como la gerencia, consideran que este es un pacto favorable para todos los interesados en este proyecto”, expresó el empresario, quien agregó que Zijin tiene actividades en China y otros nueve países (ver Paréntesis).
Igualmente, aseguró que tanto las autoridades como la comunidad de Buriticá deben estar tranquilas porque Zijin está comprometida con seguir desarrollando el proyecto bajo altos estándares operativos, medioambientales y de manejo de la fuerza laboral.
La movida
Desde la presidencia de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Juan Camilo Nariño, resaltó la realización de este negocio, explicando que este tipo de contratos son frecuentes entre las compañías que hacen el trabajo de exploración, licenciamiento y cuando están a punto de iniciar la explotación lo venden a otras.
“En este caso, el anuncio demuestra que las empresas y los proyectos mineros colombianos son atractivos para la inversión extranjera. Buriticá es una iniciativa exitosa en la parte exploratoria, en la gestión de recursos y en lo gerencial y por eso el apetito de los inversores chinos”, dijo.
En el mismo sentido se expresó Eduardo Chaparro, experto y asesor en minería, quien comentó que Zijin es una de las compañías más grandes del mundo en minerales metálicos. “Esa en una operación muy común en este sector productivo, así que con frecuencia una empresa vende sus activos para invertir en otra parte”.
También indicó que es recurrente que en la fase final del proyecto, la compañía que lo desarrolló se queda sin músculo financiero para completarlo así que prefiere enajenar. “La operación es normal, y no debe causar alarma. Esto lo que significa es que hay inversionistas que tienen confianza en que las cosas se están haciendo bien”.
El alcalde de Buriticá, Humberto Antonio Castaño, se declaró sorprendido tras conocer la negociación, pero confió en que el cambio en la propiedad accionaria del complejo minero conserve y garantice los compromisos y los beneficios asumidos inicialmente por Continental para su localidad y para los municipios del área de influencia de la mina.
Este diario intentó conocer la opinión de la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, sobre este negocio, pero desde su despacho se indicó que por ahora no hará comentarios.
Más intereses
En un comunicado difundido por Continental se informó que Chen Jinghe, presidente de la junta directiva de Zijin, resaltó como el proyecto Buriticá es uno de los más grandes en el mundo y representará un gran complemento para el portafolio de activos internacionales de la compañía china.
Se espera que la mina produzca, en promedio, aproximadamente 250.000 onzas troy de oro anuales (7,7 toneladas) durante una vida de la mina de 14 años.
“Creemos que el importante volumen de recursos plantea excelentes oportunidades para expandir la producción y extender la vida de la mina. Continental ha avanzado exitosamente y minimizado los riesgos del proyecto, con producción comercial ya claramente a la vista y el primer vaciado de oro planeado para el primer semestre de 2020”, manifestó Jinghe.
Por su parte, Rafael Roldán, presidente de la Asociación de Profesionales del Sector Minero de Colombia (AIMC), planteó su inquietud por la llegada de la inversión china.
“Que el proyecto Buriticá pase de una multinacional a otra no debería generar cambios, pero tratándose de la inversión de un país poderoso como China, con ambiciones imperialistas y con la posibilidad de influir en las políticas de otras naciones, pensaría que es un negocio nefasto, y daría lugar para que muchas organizaciones que han estado en contra de la minería tengan otro argumento para renegar de la minería”, concluyó .