Recientes indicadores económicos muestran un retroceso en comparación con 2012 en cifras como la participación de esta actividad en el PIB, la inversión extranjera y el empleo.
Mientras en el primer semestre de 2012 el sector minero representó el 2,3% del PIB total colombiano, este año solo fue de 2,0%. El carbón fue el que más jaló a la baja a esta industria, pues su PIB cayó 29%. Los del oro y el níquel, decrecieron 12% y 23%, respectivamente, al comparar ambos periodos.
La caída de este y otros indicadores económicos que ha sufrido la minería en lo corrido de este año, requiere medidas urgentes de mediano y largo plazo. Así lo considera Claudia Jiménez, directora del Sector de Minería a Gran Escala (SMGE), quien señaló al medio local Portafolio que esta industria “está estancada y necesita un timonazo grande”.
La inversión extranjera directa también se redujo ostensiblemente. En los primeros tres meses de 2012, la intención de inversión era US$15.500 millones, mientras que este año fue de US$7.500 millones, es decir un 42% menos en los planes empresariales.
“¿Qué deben hacer el país y las empresas? Cuidar como leones la inversión extranjera, para no perder competitividad a nivel internacional como destino de inversión”, apunta Jiménez.
En empleo y regalías las caídas de este año son del 15% y 26%, respectivamente.
En cuanto a la producción de carbón, inicialmente el Gobierno tenía proyectado para este año 110 millones de toneladas, cifra que fue revisada a la baja y se ubicó en 94 millones de toneladas. Sin embargo, las cuentas del SMGE se mueven en un rango entre 88 y 91 millones de toneladas.
Las justificaciones para que los indicadores no marchen este año están en el contexto internacional y en el interno.
Primero, en los mercados internacionales el auge de buenos precios llegó a su fin. Oro, carbón y níquel, desde que tuvieron su pico de mayor precio (el oro en 2011, y el carbón y el níquel en 2008), han caído respectivamente, 31%, 66% y 73%.
“El ‘boom’ de precios terminó, y eso va a repercutir, no mañana ni pasado, porque este es un negocio de ciclos largos. En seis, doce meses y dos años se notará. Estamos perdiendo una oportunidad de desarrollo importante”, afirma Jiménez.
Mientras tanto, en el entorno interno, las huelgas de más de un mes en Cerrejón y Drummond, los principales productores de carbón y otros conflictos sociales, le han costado al país dejar de producir unos siete millones de toneladas, aproximadamente.