Ayer hubo una fuerte y masiva presencia que supo contener la prepotencia de un grupúsculo de provocadores de las corporaciones mineras, enviados por el gobernador autócrata de la provincia de San Juan. La lucha continúa.
El mal tiempo, la llovizna, no impidió que los numerosos activistas y ciudadanos involucrados participaran de una concentración frente al Congreso acompañando a músicos que intercalaban entre cada tema exhortaciones de compromiso y la voz de militantes contra la mega minería.
No cabe duda que este es un triunfo del pueblo que lucha por imponer dignamente y con pasión el camino hacia un mundo mejor, hacia un hábitat que permita sostener en el tiempo el porvenir de generaciones futuras. Este peldaño ganado es fruto del esfuerzo mancomunado de compañeros que venían actuando en distintas esferas donde los hechos y confrontaciones de poder se suceden diariamente, en los pasillos del Congreso Nacional, en las oficinas de diputados y senadores, en las calles y en los medios de prensa, en las ciudades más alejadas con pobladores que enfrentan persecuciones y judicializaciones, con la vigencia de leyes que habrá que seguir combatiendo, como la ley antiterrorista.
Vamos por más. Esta ley se halla sola y desamparada. Debemos protegerla con nuestros colectivos en acción de permanente militancia, al mismo tiempo que intentaremos destruir el aparato de entrega y de saqueo demandando una legislación minera que reemplace a la vigente y obligue a la expulsión de las transnacionales. El asambleísmo de los pueblos cordilleranos habrá de llevar esta ley de protección de glaciares y ambiente periglacial, con el puño levantando, para que nadie se olvide de aplicarla correctamente.
Sabemos y no olvidamos que la autorización de aplicación de las leyes, en los territorios donde operan las transnacionales mineras, es hegemonizada por gobernantes socios de las corporaciones del sector. La lucha continuará tan firme como hasta ahora porque habrá que defender lo que supimos conseguir e ir en pos de un país deseado, de una nación para todos a través de un camino duro y difícil, pero no imposible.