Ana Saggioro Garcia
Doctora en Relaciones Internacionales, PUC-Rio. Investigadora del Centro de Estudos e Pesquisa BRICS y del Instituto Políticas Alternativas para o Cone Sul (PACS)
Las empresas multinacionales son uno de los principales motores del desarrollo económico en el capitalismo. Tienen un papel central en la explotación de recursos, transferencia de las riquezas, en innovaciones tecnológicas para sus ganancias -pero presentadas como innovaciones para toda la sociedad- y en la transformación de países en potencias hegemónicas a lo largo de la historia del capitalismo. Por detrás de una gran empresa hay siempre un Estado fuerte, que la financia y estructura el campo jurídico y político para que ella actúe. Y por detrás de un Estado hegemónico hay siempre empresas multinacionales que actúan dentro y fuera del país, llevando su marca y creando su imagen junto a la imagen del país potencia. En algunos casos, la relación entre empresas y Estado se explicita con la penetración de agentes de las empresas en el aparato estatal, influenciando políticas públicas directamente. Esa relación dinámica entre capital y Estado es característica de la hegemonía capitalista, en la que los intereses de las clases dominantes son presentados como intereses universales.
A pesar de no ser un fenómeno nuevo, el debate sobre multinacionales de «países emergentes» todavía es reciente en las reflexiones de las Relaciones Internacionales, y está íntimamente ligado a la discusión sobre la ascensión de esos países en el orden mundial como centros de poder económico y político. La novedad ahora consiste en la magnitud y rapidez de crecimiento de ese fenómeno en las últimas décadas (SAUVANT 2008). Brasil está atrás de China y de India en los rankings de las principales «multinacionales emergentes»(1). Entre las brasileñas están Petrobrás, Vale y las grandes constructoras Odebrecht, Camargo Corrêa y Andrade Gutierrez. Ellas toman importancia en el escenario internacional y regional, siendo presentadas como «motores” del desarrollo económico del país (BARRETO & RICUPERO 2007), influyendo en la política externa brasileña. Tenemos, así, una relación dinámica entre capital y Estado en la actuación internacional de Brasil. La comprensión sobre la actuación de empresas multinacionales brasileñas y el creciente protagonismo de Brasil en el orden mundial se vuelve todavía más compleja al fijarnos en casos de conflicto e impactos sociales generados por ellas en distintos territorios.
En este ensayo, presentaremos, de un lado, los debates sobre ventajas de ese proceso de internacionalización, verificando los elementos de formación de un consenso en torno a la necesidad de políticas públicas direccionadas al apoyo a la expansión internacional de empresas con sede en Brasil, objetivando un aumento de la competencia del país en el escenario internacional. Esa expansión está relacionada a la búsqueda por la diversificación de relaciones político-comerciales de Brasil con otros países y regiones del Sur, que forman, a su vez, las bases a partir de las cuales el país busca tener participación mayor e incidencia en las instituciones y foros multilaterales. De otro lado, verificaremos que los aspectos sociales, ambientales y laborales vienen siendo sistemáticamente excluidos de los principales análisis y reflexiones sobre el papel del Estado en el apoyo a la internacionalización de empresas brasileñas. Impactos negativos sobre comunidades locales, trabajadores y el medio ambiente enseñan que la ascensión internacional de esas empresas no es solamente consenso, sino también conflicto dentro y fuera de Brasil. Casos emblemáticos serán ejemplificados en conflictos involucrando la Petrobras, la Vale y empresas constructoras.
Nota:
(1) O Brasil tem 14 grupos na lista de multis emergentes. Estado de São Paulo, 29 de janeiro de 2009.