En fecha reciente trascendió que la Secretaría de Medioambiente de Chile decretó la suspensión de la extracción de agua de pozo del humedal Valle Ancho, para su utilización en la Mina Maricunga, mega-explotación a cielo abierto de donde se extrae oro y otros metales, perteneciente a Kinross Gold Corporation, ubicada en el norte de Chile, a la altura de la puna catamarqueña y muy próximo al límite con Argentina.
La medida se dispuso luego de que el organismo constatara que fueron desecadas 70 hectáreas de ese humedal y otras 73 están camino a serlo, tipificando el hecho como “daño ambiental irreparable”.
Además de esta suspensión, se le aplicó una multa de 8,5 millones de dólares. Este monto resulta a todas luces irrisorio para el negocio multimillonario que manejan estas corporaciones, un monto equivalente a la que la justicia de San Juan aplicó a Barrick Gold por el derrame de agua con cianuro a los Ríos de San Juan, que provocó en la Mina Veladero, el cual, a pesar de que podría resultar elevadísimo para el comun de la clase trabajadora, representa apenas al que estas empresas ganan con unos pocos días de producción de oro en estas gigantezcas explotaciones.
Según se informa, el cierre de los pozos obligaría a la corporación a cerrar la Mina Maricunga, debido a que no cuenta con otra fuente de agua cercana en la zona para abastecerse. Esperamos con mucha expectativa este cierre definitivo y la obligada remediación, tanto del sitio de la mina como del sector del humedal dañado que aún puede ser recuperado.
La corporación depredadora
La empresa dueña de la Mina Maricunga es Kinross Gold Corporation, una “senior” canadiense que manifiesta poseer reservas por 67,3 millones de onzas de oro, entre medidas, estimadas e inferidas, las cuales representan, a la cotización actual del oro, un negocio de 82.000 millones de dólares (la multa del Gobierno de Chile sería el 0,01% o sea una diezmilésima parte del mismo). Posee explotaciones activas en Estados Unidos, Brasil, Chile, Mauritania, Ghana y Rusia. Desde ya, también tiene intereses en Argentina.
La filial local de esta corporación es Minera Kinross Argentina S.A., la cual tiene domicilio en Mendoza y opera allí desde el año 2004. La apoderada de la franquicia argentina es ni más ni menos que la abogada minera mendocina Patricia Inzirillo, conocida en el ambiente local por ser representante legal de innumerables firmas de este rubro y por ser uno de los patrocinadores de las causas judiciales que llevaron a cabo empresas y/o lobbystas de la megaminería, en la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, contra la ley provincial 7722, que finalmente perdieron.
Por esta razón es que denunciamos públicamente a estos representantes locales del poder corporativo megaminero mundial, poniendo en conocimiento los planes que tienen estos pulpos capitalistas que ya vienen depredando otros lugares del mundo, para ingresar en territorio mendocino, cuestión que obviamente, seguiremos impidiendo mediente todos los medios disponibles.