Colombia

“La contaminación de la minería es un genocidio”

Francia Márquez, premio Goldman a la defensa del medio ambiente, lidera la movilización de las comunidades afrodescendientes de Colombia que rechazan el extractivismo minero

Habla Francia Márquez (36 años), la mujer que ha puesto en jaque laminería ilegal de Colombia, y es como si lo hiciera un personaje deLas venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Esta joven afrocolombiana, descendiente de personas esclavizadas, es la ganadora del premio Goldman 2018, prestigioso galardón que reconoce a los defensores de la Naturaleza. En un encuentro con periodistas, denuncia el asedio a las comunidades del suroeste de Colombia que se resisten a la presión minera. Resumimos sus palabras.

¿Qué está pasando con la minería de oro en Colombia?

Desde el 2008, ha irrumpido la minería a gran escala. Se han otorgado títulos de explotación minera en nuestro territorio, lo que ha hecho que comunidades como La Toma, que es la mía, haya estado en riesgo de desplazamientos forzados por la concesión de estos títulos mineros.

¿Y qué han hecho?

Pedimos amparo administrativo para evitar ese desalojo en el 2009. Nos hemos organizado para evitar ser desplazados, pero hemos tenido una presencia exagerada de actores armados en el departamento de Cauca, habitada por indígenas y afrodescendientes. El conflicto armado nos ha afectado de manera enorme. Ocurre no sólo en Cauca, sino en toda la región del Pacífico.

¿Cómo empezó el conflicto?

se ha promovido la idea de que Colombia es un país para la minería; eso ha generado un conflicto socioambiental. La minería ilegal se ha disparado. En el 2014, hicimos una marcha hasta Bogotá para denunciar que la minería ilegal que la minería había llegado a nuestro territorio; pero nadie había parado las retroexcavadoras. En ese momento, en nuestro departamento había 2.000 excavadoras trabajando en la minería.

¿Qué consecuencias ambientales se han ocasionado?

El mercurio contamina el agua que bebe la gente. La población está consumiendo agua que tiene entre 50 y 1.000 partículas de mercurio por millón, y esto es un genocidio. Este es el departamento donde nacen la mayoría de ríos del país. En nuestro país 80 ríos están envenenados con altos niveles de mercurio. Se ha desarrollado un movimiento muy fuerte en favor de la defensa del territorio y del medio ambiente y para reivindicar los derechos básicos en una región muy olvidada.

¿Cómo ha influido este conflicto en su comunidad?

La comunidad se ve amenazada por la contaminación del agua y por el desplazamiento forzado debido a los conflictos armados por las disputas territoriales de recursos y de recursos en el hábitat propio de ecosistemas que compartimos quienes vivimos en esas zonas. En ellas, la presencia del Estado no llega con suficiente contundencia para los pobladores de las regiones más apartadas, donde el desplazamiento forzado se produce por esa contienda.

Usted fue la dirigente de esa movilización…

Las mujeres del norte del Cauca hicimos la movilización para evidenciar los conflictos sociales y ambientales de la minería. Mucha gente estaba muriendo en la mina, sepultados por los aludes de tierra que se caían. Además, alrededor de las minas se estaba promoviendo prostitución, a veces con menores de edad. Por eso, decidimos salir a defensa de la vida y del territorio. Tras un mes llegamos a Bogotá. Entramos en el Ministerio de Interior, nos dijeron que éramos una amenaza para la seguridad nacional. Les dijimos que pagamos impuestos y que veníamos a que nos cuidaran.

¿Qué está pasando ahora?

Hay una gran resistencia en las comunidades. Pero los conflictos han acabado con el asesinato masivo de líderes y lideresas los últimos años. Se estigmatiza a las comunidades vinculándolas a la guerrilla, con lo que hay gente que acaba siendo asesinada; se justifican así el asesinato.

¿La ley reconoce los derechos de su comunidad?

Nuestros ancestros fueron traídos en condiciones de esclavitud en 1636. Pero sufrimos un racismo estructural. La Constitución reconoce que este es un país con una diversidad étnica y cultural; pero la ley de 1993 (que reconoce la comunidad afrocolombiana) no ha sido plenamente implementada. No obstante, la Corte ha reconocido el derecho a ser consultados de manera previa; por eso, ordenó suspender varios títulos mineros que se habían entregado a empresas multinacionales

¿Y qué dice el Gobierno?

Hay convenios internacionales de comercio y, al ser suspendidos los títulos mineros, las empresas demandan al país. Pero son convenios hechos sin consultar a los pueblos. Eso para nosotros es un amenaza. Quieren suspender el derecho fundamental a la consulta previa.

Se nos acusa de oponernos al desarrollo.Queremos vivir donde siempre hemos vivido. Pensamos en el buen vivir, en preservar el medio ambiente para las futuras generaciones del país.

¿Puede moverse con seguridad, teme por su vida?

Tengo un esquema de seguridad de dos personas. Soy madre cabeza de familia, tengo dos hijos, y no ha sido fácil para mi familia asumir parte de esta lucha. Me tocó irme a la ciudad hace tres años y, aunque he vuelto alguna vez, no me puedo quedar a vivir allí. Soy una mujer afrocolombiana y eso implica que nos ha tocado luchar. Pero todo esto empezó desde que mis ancestros fueron esclavizados. Quisiera que a la próxima generación no le toque luchar, sino disfrutar de la vida.

Fuente:https://www.lavanguardia.com/vida/natural/20181002/452133996802/francia-marquez-premio-goldman-2018-contaminacion-mineria-colombia.html