A muchos les sería difícil localizar Gaborone en un mapa. Pero, la capital de Botsuana está empezando a ser un destino habitual para comerciantes de diamantes en todo el mundo.
La polvorienta urbe de casas bajas se está transformando a medida que se construyen edificios de apartamentos y hoteles, y los empresarios apuestan a que eso significará un impulso para ellos.
Empresas relacionadas con el negocio de los diamantes están instalando fábricas anticipando la reubicación de las oficinas de ventas de la gigante minera mundial De Beers de Londres a Gaborone.
Pronto, será el lugar en el que se llevará a cabo el comercio de US$6.000 millones en diamantes, lo que atraerá a compradores de todo el mundo.
«Tiene sentido»
Una empresa local ya realizó las primeras subastas. Un nuevo complejo comercial de diamantes se construyó para albergar empresas filiales.
Una de ellas -una sucursal de una compañía india llamada Shrenu – abrió recientemente y está haciendo joyería utilizando diamantes de Botsuana.
Decenas de personas, en su mayoría mujeres jóvenes, trabajan diariamente, inclinadas sobre las pequeñas estaciones de trabajo, mirando a través de lentes de aumento mientras le dan forma, suavizan y esculpen varios trozos de metal y piedra en una joya brillante.
«Podemos obtener diamantes en bruto en Botsuana», le explica el gerente Kim Lenni a la BBC. «Tiene mucho sentido abrir una fábrica de joyas. Somos capaces de abastecer el mercado local y el de Estados Unidos desde Botsuana».
Diversificar
Otras compañías que no tienen relación alguna con los diamantes dicen que también están viendo un aumento en sus negocios.
En la estación principal de autobuses de Gaborone, los pasajeros meten sus bolsas y maletas en los viejos autobuses mientras los vendedores ambulantes les venden bebidas y aperitivos.
Desde este caótico y bullicioso lugar, los autobuses viajan hasta el otro lado del país árido y más allá.
Abel Monnakgotla, quien dirige la empresa de transporte local AT&T cuenta con 50 autobuses que realizan rutas a la vecina Sudáfrica y Namibia.
Ahora está invirtiendo en nuevos minibuses y dice que está ganando dinero del transporte de los comerciantes de diamantes en la zona.
«Nos hemos diversificado. Tenemos también alquiler de coches y traslados al aeropuerto», dice.
«La mayor parte de los beneficios antes se veían a nivel macro, en infraestructura o carreteras. Pero como empresarios no habíamos tenido un beneficio directo. Ahora sí».
Distinto a Londres
Pero no para todo el mundo está siendo tan fácil.
A un mundo de distancia de la estación de autobuses, a las afueras de Gaborone, se encuentra el verde y tranquilo campo de golf Phakalane.
Es quizá el tipo de lugar invitador para un comerciante de diamantes que reposar unas horas.
Pero mientras espera que su negocio empiece a prosperar, el director gerente Lesang Mahang está teniendo algunos problemas.
«El mundo quiere servicios del mismo estándar que el de Londres, donde se solía localizar el centro del comercio de diamantes», dice.
No obstante, en Botsuana, es difícil encontrar, por ejemplo, a un chef kosher que pueda preparar alimentos de la forma en que algunas personas –como los que visitan el centro de diamantes de Tel Aviv- demandan.
Los cortes de energía
Pero hay preocupaciones más serias respecto a la capacidad del país para recibir a tantos visitantes del mundo de los diamantes.
No hay vuelos directos a Gaborone desde Europa o Estados Unidos, es decir, que los viajes al país tienen que pasar por otra ciudad africana, por lo general Johannesburgo.
Además, un programa permanente de cortes de energía regulares significa que los huéspedes del hotel pueden verse obligados a ducharse en la oscuridad y que los cafés no pueden hervir el agua.
El entretenimiento nocturno puede ser limitado: los restaurantes suelen cerrar a las 22:00 hrs., no hay muchos bares y hay pocos taxis para moverse por la calle.
¿Está preparado el país?
Alex Monchusi de la Cámara de Comercio de Botsuana dijo que muchas empresas aún no están listas para aprovechar el nuevo comercio con diamantes.
«La primera vez que se anunció, le dije al gobierno que estábamos sin duda muy emocionados… [pero] nos pareció que había mucho trabajo por hacer y muy poco tiempo para hacerlo», le dice a la BBC.
«Es muy similar a que un país gane el derecho a organizar los Juegos Olímpicos: tiene la gran oportunidad de ser el anfitrión con los estándares mundiales, pero hay pocos recursos y tiempo para hacerlo».
El gobierno, sin embargo, está convencido de que cualquier problema se resolverá y eso hará una gran diferencia.
Eric Molale, el secretario del gabinete, dice que el asunto de los diamantes es «una oportunidad única en la vida» para Botsuana.
«El objetivo final del gobierno es crear un proceso de comercio del diamante que agregue valor a la nación».
Tras décadas de limitarse a explotar diamantes en bruto, el lema ahora es: extraer, cortar, pulir y vender.