9 de junio 2012
El grupo indio Jindal Steel and Power confirmó el sábado su «intención de terminar» el contrato para desarrollar el primer
proyecto siderúrgico de Bolivia, en el mega yacimiento El Mutún, en un duro golpe para los esfuerzos del presidente Evo
Morales por atraer inversiones extranjeras.
La filial local de Jindal dijo en un comunicado que el viernes envió una carta a varias oficinas gubernamentales en la que expuso que su decisión de abandonar el proyecto de riesgo compartido contratado hace casi cinco años por 2.100 millones de dólares se debía a una cadena de incumplimientos del Estado.
El presidente de la corporación minera estatal Comibol, Héctor Córdova, dijo a Reuters que el Gobierno recibió la nota y que
preparaba «para las próximas horas» una respuesta a los argumentos en los cuales la empresa india basó su decisión de retirarse del proyecto.
El primer anuncio de la decisión de Jindal, que debe ser aceptada o rechazada por el Gobierno en hasta 30 días, fue divulgado en la medianoche del viernes por el ministro de Minería, Mario Virreira, en un programa de televisión.
La ruptura sobrevino en medio de un intercambio de denuncias y choques legales y cuando transcurría el segundo de tres meses de plazo adicional que el Gobierno había dado al gigante indio para que demuestre que había cumplido la inversión programada de 600 millones de dólares hasta abril pasado.
Jindal denunció como «una situación de inseguridad jurídica para el inversor» el no haber recibido todas las tierras comprometidas ni garantías de provisión suficiente de gas natural para el proyecto y rechazó una investigación judicial a sus ejecutivos por supuesto incumplimiento de contrato.
«Todo lo anterior nos ha llevado a tomar la decisión de comunicar al Estado Plurinacional de Bolivia nuestra intención de terminación de contrato», agregó el comunicado.
HABRA RESPUESTA PUNTUAL
El presidente de la Comibol dijo que el Gobierno «responderá a todos los argumentos de Jindal y tomará una decisión en función del más alto interés del pueblo boliviano».
El ministro Virreira, dando aparentemente por irreversible la partida de Jindal, dijo a la cadena de televisión PAT que el Gobierno estaba listo para licitar nuevamente el proyecto y que preveía recibir en seis meses ofertas de firmas de Gran Bretaña, Brasil y Australia que ya habrían expresado su interés.
No precisó si el Gobierno izquierdista firmaría otro contrato de riesgo compartido o si aplicaría en el Mutún un nuevo régimen de contratos de asociación, todavía en estudio, que deja la mayoría accionaria y el control de los proyectos mineros en manos del Estado.
Anticipándose a una nueva ley minera, la Comibol ya renegocia contratos mineros con firmas extranjeras como la suiza Glencore y la estadounidense Coeur D’Alene.
Por el contrato de riesgo compartido firmado en el 2007, Jindal había ganado el derecho a explotar la mitad de El Mutún, uno de los yacimientos más grandes del mundo con una reserva estimada en 40.000 millones de toneladas de hierro y 10.000 millones de toneladas de manganeso.
El plan de Jindal era producir 1,5 millones de toneladas de acero a partir del 2014, además de hierro esponja y concentrados de hierro.
El supuesto incumplimiento de las inversiones programadas llevó al Gobierno a cobrar en su favor garantías bancarias que sumaban 36 millones de dólares.
(Reporte de Carlos A. Quiroga. Editado por Marion Giraldo y Patricio Abusleme)