En su Ipom, el Banco Central incorporó un análisis más detallado acerca de las variables que afectan a la economía. Su propia realidad no exenta del balance.
En este Informe de Política Monetaria (Ipom) el Banco Central incluyó anexos particulares acerca de temas que se desprenden del análisis del escenario económico.
En ese contexto, tres resultan destacables: el que apunta a la madurez que habría alcanzado la inversión en la minería y las consecuencias que acarrea aquello para el Producto Interno Bruto (PIB) y el escenario fiscal; sobre la indexación de la inflación en los salarios; y el último, que hace una mirada más bien hacia el propio BC acerca de su situación patrimonial.
MADUREZ DEL CICLO DE INVERSIONES MINERAS
Chile es un país minero y, por lo tanto, lo que suceda con este sector tiene implicancias sistémicas. Es por eso que el anexo que incluyó el BC describe el momento del sector en Chile -en particular en inversión- en un contexto de baja de precios a nivel internacional, en gran medida por la desaceleración de la economía China.
“Se han registrado correcciones a la baja en las proyecciones de consenso para la inversión, tanto para 2013 como para 2014. Estas son especialmente marcadas para países exportadores de materias primas como Australia y Perú. Chile no ha sido la excepción, aunque los ajustes han sido de menor magnitud”, comenta el Central.
Lo anterior se puede asociar a a que el ciclo de inversión en minería impulsado por la persistencia de elevados precios de materias primas y condiciones financieras internacionales muy favorables, “está próximo a su madurez”.
En esa línea, el instituto emisor señala que el ciclo positivo de inversiones implicó que la tasa de inversión real sobre el PIB pasara de 23,3% en 2010 hasta 27%, generando efectos indirectos sobre otros sectores que ahora comenzarán a normalizarse.
Ello se evidenciará en una “moderación de la demanda interna, las presiones sobre los recursos internos y el mercado laboral, y sobre las importaciones de bienes de capital”. Todo lo anterior, en conjunto con la depreciación del peso observada hasta el momento, “redundarán en una disminución del déficit de la cuenta corriente”, concluye el BC.
SALARIOS E INDEXACIÓN
Según el BC, durante el último año los salarios reales han tenido tasas de crecimiento anual elevadas en un contexto de baja inflación y un mercado laboral estrecho.
De esta manera, el cambio que prevé el instituto emisor de un paulatino incremento de la inflación hacia la meta y tasas de crecimiento de la actividad algo por debajo de su tendencia “debiese implicar una moderación del ritmo de expansión de los salarios reales”.
De acuerdo al análisis que realiza el Central, desde la instauración de la actual meta para la inflación “la indexación salarial es menos de la mitad que la prevaleciente en los años noventa”.
En ese sentido, plantea que la adopción de la meta de inflación de 3% “se introdujo una variable que ha contribuido a guiar las expectativas y ha condicionado los reajustes salariales”.
El BC agrega que la evolución agregada de los salarios “estaría más determinada por los movimiento de trabajadores entre empresas y sectores que por la evolución de sus salarios a lo largo de su vida laboral en una misma empresa. Ello es coherente con la estrechez que se ha observado en el mercado laboral durante los últimos años”.
MIRANDO LA CASA
Según el Central entre el 31 de diciembre de 2012 y el 30 de junio de 2013, el tamaño del balance del instituto emisor disminuyó en $239,5 miles de millones, pasando de 17,7 a 17,1% del PIB entre ambas fechas.
Pese a ello, “la situación patrimonial del Banco mejoró respecto del cierre del año anterior. De acuerdo con la contabilidad, el patrimonio pasó de -$4.479 mil millones el 31 de diciembre de 2012 (-3,4% del PIB) a -$4.338 mil millones el 30 de junio de 2013 (-3,2% del PIB). Esto se debió principalmente a ganancias provenientes de las reservas internacionales, asociadas con la depreciación del peso respecto a las divisas por $513 mil millones, y pérdidas por tasas de interés e inflación pagadas por la deuda por $319 mil millones, pérdidas por tasas de las inversiones internacionales, por $18 mil millones y gastos de administración más costos de emisión y distribución de billetes y monedas por $33 mil millones”.
Para fines de 2013, agrega “se prevé un tamaño del balance de 17,2% del PIB. Para 2014, se proyecta que el tamaño del balance se reducirá a 16,8% del PIB. A su vez, el patrimonio alcanzará un déficit de 3,1% del PIB el 2013 y de 3,0% del PIB el 2014.