A la decisión de aplazar en un año la fase de explotación – a 2014 – se sumó el trascendido sobre eventuales cambios en las firmas que se encargarían de finalizar las obras en la alta cordillera, acarreando posibles modificaciones en el cuerpo de trabajadores.
La empresa admitió que está en conversaciones con el sindicato de trabajadores de Pascua Lama, pero aseguró que no es «oportuno hacer mayores comentarios sobre la o las materias que están siendo tratadas en esas conversaciones».
No está tranquilo el ambiente que rodea al millonario proyecto minero binacional Pascua Lama, de la canadiense Barrick Gold.
A fines de agosto, trascendió que Mike Luciano, director desde 2011 de esta ambiciosa iniciativa, dejaría su cargo debido a que los máximos ejecutivos de Barrick optaron por prescindir de sus servicios. Un año antes, otro ejecutivo, Ron Ketles, corrió la misma suerte.
Estos movimientos generaron inquietud al otro lado de la cordillera: una crónica del Diario de Cuyo – San Juan, Argentina – con fecha del 9 de septiembre señaló que «los proveedores -la mayoría de esta provincia- quieren que la empresa liquide sus deudas y ven que les siguen cambiando de interlocutor, lo que les da de lleno en sus finanzas y la confianza».
A esto se suma el cambio en la fecha de inicio de la etapa de explotación. En su último reporte trimestral, la firma dijo que «debido a una detallada revisión tanto del calendario del proyecto Pascua-Lama como de las estimaciones en materia de costos. Así, la fecha de inicio de producción para el proyecto se estima ahora para mediados del año 2014».
A este cuadro se agrega ahora la inquietud existente en el sindicato de trabajadores de Pascua Lama, quienes estiman que los cambios gerenciales y el retraso la explotación puede amenazar sus fuentes laborales.
Cabe recordar que actualmente más de dos mil trabajadores construyen las instalaciones donde funcionará el complejo minero, que incluye el área del rajo, el campamento y la zona de planta de procesos, todo ello ubicado en plena frontera chileno-argentina.
En un comunicado enviado a la redacción de Semanario Tiempo, generado a partir de informaciones emitidas por el Sindicato de Trabajadores de Pascua Lama, se señala que «debido a la mala gestión de las gerencias de la compañía para el proyecto, se han generado una serie de retrasos en la etapa de construcción desembocando en un excesivo gasto, y poniendo en serias dudas las continuidad de la faena.
Para revertir esta situación, los inversionistas han decidido realizar cambios de fondo en las gerencias nacionales y, según lo que se ha informado, esto acarrearía una cadena de despidos masivos en las diferentes áreas del proyecto; se espera el posible despido de más del 80% de los trabajadores directos y con ello también la salida de un importante grupo de empresas contratistas», sostiene el comunicado.
La misma fuente aseguró que los dirigentes Alexis Spencer y Luís Tabilo están en conversaciones con ejecutivos de Barrick en Santiago, a la espera de definir qué sucederá con los más de 680 trabajadores sindicalizados y el resto perteneciente a empresa colaboradoras. Se comunicó además que «a partir del sábado 22 del presente se le informara a los trabajadores de los acuerdos logrados con la compañía».
Los altos costos del retraso
El retraso en las obras de construcción de Pascua Lama elevó el gasto estimado desde los 5.000 millones de dólares iniciales a un total de casi 9.000 millones, según el último reporte difundido por Barrick.
Esto provocó que la firma canadiense sondeara a Fluor, Bechtel y Techint, todas ellas empresas líderes mundiales en ingeniería y que, se prospecta, terminarían las faenas pendientes en el lado argentino.
¿Y en Chile? La reacción de los trabajadores podría obedecer las informaciones difusas provenientes de Argentina. Pero fuentes del sindicato señalan que la preocupación es «real y con fundamento».
Cabe señalar que las instalaciones de este proyecto en Chile son el campamento, chancador primario del mineral, talleres de mantención de la mina, un depósito de estériles y cerca del 75% del rajo de explotación y camino de acceso (Punta Colorada).