Las reinas de la Vendimia suelen ser enternecedoras. La de Godoy Cruz, por ejemplo, no ha dudado en lanzarle al gobernador Francisco Pérez un reclamo singular: “Deles bola a los niños de la calle”.
Agostina Díaz –de ella se trata– ha dicho además que sus mujeres más admiradas son Juana de Arco y Catherine Fulop. Si eso no es ductilidad y frescura a la hora de opinar, ¿qué es?
Maldito título
No es la única mujer que por estos días le hizo sugerencias a Pérez.
En un acto en el hospitalito de CONIN, que conduce Abel Albino y que atiende a niños desnutridos, una periodista recibió comentarios por parte del gobernador acerca de lo que había que privilegiar cuando le pusiera un título a esa información.
La cronista le contestó que ella no le decía cómo gobernar y que consideraba, por tanto, que él no debía decirle qué privilegiar en un título periodístico.
Lástima. Hace una semana habíamos dicho en esta misma columna que el gobernador venía actuando bien en eso de evitar ir al choque con los periodistas cuando una pregunta no le gustaba, algo que, en cambio, había sido uno de los puntos flacos de Celso Jaque.
Una cosa es una cosa
El gobernador quería que se destacara que lo importante no era la deuda que la Provincia arrastra con CONIN –entidad civil que funciona como una cooperadora– desde hace varios años, sino que él había ido a poner la cara.
El Gobierno envía a CONIN los casos extremos de chicos desnutridos. Y, por supuesto, debe solventar esos gastos.
Ahí es donde aparece el atraso de pagos oficiales, que en la actualidad asciende a 600.000 dólares –o sea, unos dos millones y medio de pesos– y que, claro, no fue generado por Paco, que recién llega.
No toda muñeca es Barbie
Pérez está en su derecho de pedirles a los periodistas que valoren que él no ha tenido temor en presentarse en CONIN para conocer de primera agua cómo se trabaja y, de paso, tirar las primeras líneas para ver cómo se puede arreglar la deuda del Estado con esa entidad.
Pero los periodistas también están en su derecho –fijado por la Constitución– de ejercer la libertad de expresión y de preguntar aquellas cosas que pueden ser inconvenientes para el Gobierno.
Ahí es donde tiene que tallar la habilidad política del funcionario. Enfrentar las preguntas molestas debe ser tomado como una formidable oportunidad para foguearse, para aceitar la muñeca, para hacer trabajar las neuronas y para ejercitar la tolerancia.
Echale sal
Otra mujer ha tenido movilizado a Pérez. Y lo ha puesto de parabienes.
Es que se supo que Cristina Fernández irá a mediados de febrero a Malargüe para visitar el megaemprendimiento de sales de potasio que se desarrolla en el mismo departamento donde YPF ha hallado nuevos pozos de petróleo.
Esto se traducirá en un reverdecer minero e hidrocarburífero para la comuna más austral de los mendocinos, esa donde algunos dicen que el mendocinismo comienza a confundirse con el espíritu patagónico.
Money, money
La inversión que la firma brasileña Vale ha anunciado para el yacimiento Potasio Río Colorado es de 6.000 millones de dólares –es decir, 24.000 millones de pesos–, con la posibilidad de generar unos 2.000 empleos.
Por favor, lector, permítame que lo detenga y le pida que vuelva al párrafo anterior.
¿Se da cuenta de la monstruosa cifra? Es un monto que supera ampliamente todo el Presupuesto 2012 de Mendoza, que es de 16.200 millones de pesos.
¿Estamos en condiciones de decirle que no los mendocinos a esta inversión? Estamos, en cambio, en la obligación, sí, de exigir que esa inversión respete todas y cada una de las normas ambientales.
Si te oyera el general
Mendoza está ante la formidable oportunidad de dejar sentada una especie de tercera posición en materia de proyectos mineros.
No una que le diga que sí a cualquier cosa que venga con tal de que traiga plata.
Ni tampoco una que le diga que no a cualquier proyecto en nombre de un fundamentalismo ambiental extremo.
¿Te suena?
Mendoza debe erigirse en ejemplo de una modernidad ambiental que estudie cada propuesta y que sea exigente, muy exigente, con los controles, como ocurre en los países serios, sobre todo en Escandinavia, donde naciones como Noruega han logrado congeniar de manera virtuosa el desarrollo minero con el respeto ambiental y están hoy entre los pueblos más ricos.
¿Tenés este relato?
Lo que está pasando en San Rafael con Vale, y que seguramente se repetirá en otros puntos de la provincia cuando les toque el turno de inscripción, es, simbólicamente, una movilización pro minería.
Esa gente que pobló en estos días las colas ante la oficina de empleo de San Rafael son personas que anhelan vivir mejor. Y que quieren que sus esfuerzos laborales se compensen con sueldos mejores.
El negocio minero está en segundo lugar entre las actividades que pagan mejores haberes, detrás de los petroleros.
En una provincia donde en algunos sectores ha prendido muy fuerte la militancia antiminería, sobre todo en el Valle de Uco y Uspallata, hay que reconocer que la masividad para postularse en este rubro ha venido a poner en Mendoza un contrapeso que es digno de tomar en cuenta.
Esos pibes
Si tomamos el rumbo “noruego” en ésta y otras actividades, quizás dentro de unos años las reinas vendimiales ya no tengan tanta chance de decirle a un gobernador que se ocupe de los niños de la calle.