A través del discurso oficial, nos venden el sofisma de que el problema de la minería radica en su entorno de legalidad. Para nosotros no existe relación entre los impactos de la actividad minera y la legalidad, pues los impactos son producto de la actividad. La legalidad está relacionada al control territorial y la voluntad de aplicar la ley.
La actividad minera es de alto impacto ambiental y socioeconómico. Luego, nuestra postura crítica se dirige a la minería, actividad desarrollada con respecto a una mina, entendiendo por mina un depósito natural de materiales con valor social o comercial.
Toda intervención minera inevitablemente va a producir un impacto sobre el medio que circunda el sitio de la explotación, tanto ambiental como socioeconómicamente.
La minería ha producido, produce y producirá impactos muy grandes, sin importar su tamaño. La minería a gran escala puede destruir ecosistemas como el páramo de Santurbán, por ejemplo.
Sostenemos por tanto, que la minería de extracción de metales puros o aglomerados de concentrados, es una actividad devastadora del ambiente. La minería impacta el paisaje, el suelo, la estructura geológica del área, las aguas superficiales y subterráneas, el aire, la sociedad en general. La megaminería habla de toneladas, requiere por lo tanto de toneladas de material inerte, de mineral, de dinamita, de agua, de aire, de materiales y recursos, que una vez usados, nos los devuelven contaminados, de manera irreversible. Tal vez con grandes esfuerzos y costos se pueda mitigar parte del daño, pero jamás vamos a tener el equilibrio perdido. ¿Quién cubre los costos que genera la contaminación a gran escala, cuando la mina se cierre?
Usemos el análisis de impactos, para evaluar y verificar los riegos, para tomar la decisión que más le convenga a la comunidad. Con las decisiones de hoy, estamos construyendo el mañana.
Fuente:http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/movimiento-civico-conciencia-ciudadana/396688-impactos-de-la-megamineria