Por Norberto Costa
11/12/10
Nuestra presidente acaba de anunciar el “Acuerdo Nacional de Promoción del Diálogo Social en la Industria Minera”.
Nombre difícil e incoherente, como el discurso de Cristina al anunciar el engendro.
Ahora resulta que el gobierno nacional, en su “actitud de fuerte defensa del medio ambiente” quiere promover el “diálogo social” en la “industria minera”, algo que hace tiempo vienen haciendo algunas ONGs –sin éxito – y que ya denunciamos reiteradamente.
Según la presidente, para tener un “país serio” no hay que “hablar por hablar” y por eso nos da el ejemplo.
La presidente no “habla por hablar”: habla en nombre de las Corporaciones Transnacionales.
El inicio del “plan”:
Las corporaciones mineras iniciaron el saqueo en silencio. Pagaron a nuestros ministros y a diputados y senadores corruptos para que impulsaran y sancionaran leyes mineras favoreciéndolas escandalosamente.
Esto sucedió en más de cuarenta países en forma casi simultánea, demostrando que todas las empresas mineras están muy unidas, representando una vez más, la consolidación del poder de las corporaciones transnacionales en el gobierno del mundo.
Hasta pergeñaron, en una estrategia inédita, la creación un tercer país virtual entre Chile y Argentina, avasallando la soberanía nacional, para desaparecer las fronteras y llevar adelante el proyecto minero Pascua-Lama.
El agua y la energía:
La megaminería utiliza enormes cantidades de agua y muchísima energía eléctrica. Mientras a muchas poblaciones les falta agua y no tienen provisión de energía eléctrica, las mineras las tienen gratis o subsidiadas.
En el marco del Plan IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), los gobiernos encaran –endeudando al pueblo- faraónicas obras para proveer de más energía a las mineras y mejorar las rutas del saqueo.
El gobierno nacional, a través de la CNEA, impulsa su “plan nuclear” para producir energía núcleo-eléctrica para cubrir el creciente consumo minero, entrando al perverso juego de impulsar la terriblemente contaminante minería del uranio, para alimentar a las centrales nucleares, para luego dar esa energía a las mineras.
La resistencia:
Cuando las comunidades, vecinos y asambleas, muchas pertenecientes a la UAC, comenzaron a romper el cerco informativo y pusieron sobre el tapete las verdades sobre la contaminación y el saqueo minero, las empresas mineras que primero los ignoraron, los trataron de ignorantes.
Las mineras salieron a comprar espacios publicitarios en casi todos los medios para difundir sus mentiras en busca de licencia social. Armaron páginas web y blogs corporativos de diálogo minero.
Compraron periodistas y comentaristas para responder a esos bárbaros ignorantes y retrógrados que osaban oponerse al “desarrollo minero sustentable”. Hasta “produjeron” sus propios programas televisivos de escasísima audiencia como el lamentable “Naturaleza mineral”.
Las empresas mineras, al advertir que ejercer su “propia defensa” no les resultaba demasiado bien, decidieron que sus “gerentes funcionarios” como los Gioja y otros, salieran públicamente a respaldar sus negocios con toda la fuerza y a enfrentar a los “talibanes ambientalistas”.
Las leyes provinciales:
Con enormes esfuerzos y denodadas luchas, y a pesar del gran poder económico de las corporaciones mineras, las asambleas consiguieron impulsar leyes de prohibición de la megaminería química a cielo abierto en siete provincias argentinas.
¿Y el gobierno K?
El ejecutivo nacional, pretendiendo todavía un “perfil bajo” sobre la cuestión minera, dejó en manos de los “transversales” -alojados temporalmente en la cancillería- los intentos de cooptación y desintegración de las asambleas populares que se organizaban a nivel nacional en oposición al saqueo minero y la destrucción de los territorios.
Las ONGs
En paralelo algunas ONGs como FARN y FCD saltaron al ruedo con un arsenal de “talleres” y “cursos” intentando promover la creación de “plataformas de diálogo para un desarrollo minero sustentable” pagando salones, pasajes, estadías y suculentas comidas a los invitados. La sociedad no les creyó, las asambleas los rechazaron y las acciones de resistencia se multiplicaron en todo el país. Anteriormente la Fundación “Los Algarrobos” intercambiaba mails con Rooney pidiéndole más fondos para cooptar “referentes” y promover la “minería sustentable”.
Ahora les toca a los funcionarios
Las corporaciones mineras exigieron a sus “empleados funcionarios” de mayor rango que se jugaran más a fondo en la defensa de sus intereses (¡vamos, che, muévanse, que para algo les pagamos!).
Entonces sobrevino el veto presidencial a la Ley de Protección de Glaciares (el “veto Barrick” del 2008) y la foto de Cristina y Peter Munk dándose la mano al cerrar el trato en la Casa Rosada.
La ley de Glaciares
Gracias a la lucha de vecinos y asambleas, y a los diputados y senadores que supieron hacerse cargo del reclamo de las comunidades se consiguió nuevamente la Ley de protección de Glaciares.
Ahora la estrategia minera pasa por la “justicia federal” consiguiendo en 20 horas una medida cautelar para frenar la ley en San Juan, el feudo de Gioja y que es zona liberada para las mineras.
Represión y criminalización:
El gobierno no reprime las protestas sociales. Así lo aseguró el multiuso Aníbal Fernández. También aseguró en conferencia de prensa que combatiría las protestas con el código penal en la mano, y así lo hace. No aclaró si una de las leyes que aplicaría es la Ley Antiterrorista que impulsó cuando era senadora la actual presidente Cristina.
Hasta ahora la represión a las asambleas estuvo a cargo de las policías locales de los feudos pro-mineros. La judicialización de los compañeros quedó a cargo de la justicia servil a los gobiernos provinciales y al nacional.
La misma “Justicia” que demora años para decidir si procesa o no por contaminación comprobada al vicepresidente de La Alumbrera, abre los juzgados los domingos para librar órdenes de detención a militantes de las asambleas.
La criminalización de la pobreza, la judicialización de la protesta social y ahora la tercerización de la represión, son las herramientas de este gobierno “progre”.
Hacerle el juego a la derecha:
Esta es una de las nuevas adquisiciones dialécticas del gobierno K, que prolijamente asumieron como discurso propio algunas organizaciones del campo popular.
Criticar o denunciar al ejecutivo nacional por su política de entrega al saqueo de las transnacionales mineras, ya sean canadienses, yanquis o chinas, es hacerle el juego a la derecha.
Si queremos defender nuestro derecho una vida sana en un ambiente sano, somos funcionales al grupo Clarín.
Si reclamamos nuestros derechos a decidir cómo queremos vivir y qué tipo de actividades productivas queremos en nuestros territorios nos hace parecer “agentes de la mesa de enlace”.
Cállense, no son serios, hablan por hablar: se hará lo que yo digo y lo que las mineras quieren.
Éste es el mensaje que nos da la presidente. En sintonía el embajador en Chile, Ginés García dice sobre la minería “es lo que queda por explotar”, significando: es lo que quedaba por entregar al saqueo transnacional.
Cristina no sólo quiere hacer callar a las asambleas agrupadas en la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas). También está diciendo que los miles y miles de manifestantes de Cancún pertenecientes a organizaciones sociales y a la Vía Campesina que denuncian a las corporaciones transnacionales del agronegocio, a las mineras, y a la energía núcleo-eléctrica, entre otras, también hablan por hablar.
Por la responsabilidad que le cabe al ejercer el cargo de Presidente de la Nación, Cristina Fernández no puede ignorar el cóctel de saqueo, destrucción y contaminación del modelo de explotación de la megaminería transnacional.
Por eso, decir que está actuando a favor y en complicidad con las invasiones mineras transnacionales, no es HABLAR POR HABLAR.
Y tampoco es hacerle el juego a la derecha….