A pesar que una resolución del juez Dante Almonte prohibió las actividades de exploración minera en el Valle de San Juan a la empresa Gold Quest, ésta multinacional insiste en una profusa campaña de desinformación con sus “comunicadores pagados”, presentando la minería subterránea como una panacea. Gran embuste.
La sociedad debe saber que la minería subterránea produce tanto daño como la minería a “cielo abierto”. Esta puede provocar variaciones importantes en el régimen hídrico freático, es decir, en las aguas localizadas en el subsuelo.
De ejecutarse el Proyecto El Romero, las aguas subterráneas van a sufrir un estropicio en su flujo en la Cordillera Central, y también, por su proximidad al Río San Juan, puede producirse la variación del perfil y trazado de su corriente, debido a las excavaciones. Esto representaría un serio daño hidrológico, de infinitas consecuencias.
Otro efecto de esta pretendida minería subterránea es la pérdida física de suelo por extracción, por el levantamiento de infraestructura interior del yacimiento y por el relleno de hormigón o cualquier otro material en las áreas intervenidas, donde se desplazan aguas y que es imprescindible tapar. Esos rellenos pueden provocar un cambio en el patrón de ruta de las aguas subterráneas.
Igualmente, los suelos del Valle de San Juan se expondrían a una pérdida de propiedades químicas, debido a la contaminación de metales pesados, metaloides y sales o sulfatos, de imprescindible uso y aplicación en la faena minera.
La incorporación de partículas sólidas en la corriente del Río San Juan, debido a la explotación del yacimiento de El Romero por parte de la Gold Quest, va a provocar un aumento de la sedimentación “aguas debajo” de la Presa de Sabaneta, del canal José Joaquín Puello y en toda la cuenca del Río San Juan.
En el Río San Juan, la Presa de Sabaneta, el Contra-embalse de Sabaneta (que se proyecta construir en la sección Punta Caña) y en la Presa de Monte Grande en Barahona, en fase de construcción, que será alimentada por el Río Yaque del Sur, del cual el Río San Juan es afluente, se puede producir una acidificación por la infiltración y/o retención de sulfuros que va a emanar la pretendida explotación minera de los canadienses-suizos, cobijados en la multinacional GoldQuest.
Los procesos de metalurgia se realizan generalmente por lixiviación y cianuración, el primero es, desde el punto de vista de la Química, tratar una sustancia compleja, como un mineral, con un disolvente adecuado para separar las partes solubles de las insolubles, y el segundo, es la aplicación de cianuro (sal del ácido cianhídrico),
Toda minería, aún subterránea, produce deforestación. Una zona importante de la Cordillera Central sería arrasada para la instalación de los escenarios de trabajo de los mineros. Deforestar en esa zona es un contrasentido, porque el gobierno estaría invirtiendo cinco mil millones de pesos en labores de reforestación precisamente en la cuenca alta del Río San Juan.
Otro aspecto negativo es que la actividad minera produce drenaje ácido, el cual afecta el Ph de las aguas, es decir, daña la calidad y potabilidad del preciado líquido. Imaginemos qué sería del Valle de San Juan sin agua para el consumo humano y/o animal y para la producción agrícola, fuente económica de esa llanura, la mayor productora de granos del país.
Convertir la provincia de San Juan en un distrito minero, tal y como lo promueve el Ministerio que encabeza el neoliberal Antonio Isa Conde, es el peor regalo que haría a su pueblo natal el Presidente Danilo Medina.
¿Acaso se pretende con la explotación minera del Proyecto El Romero producir un genocidio en el Valle de San Juan?
Fuente:http://almomento.net/gold-quest-y-la-mentira-de-la-mineria-subterranea-en-san-juan/