elPeriód
ico, 3 de junio de 2010El presidente Álvaro Colom dice que ante la Corte Interamericana, el Estado de Guatemala sostendrá que la denuncia de violaciones no tiene fundamento.
Claudia Palma
No hay contaminación en la mina Marlin. Esa fue la conclusión a la cual los ministros de Medio Ambiente, Energía y Minas, y Salud llegaron para emitir el informe que presentarán a la Procuraduría General de la Nación (PGN), el cual será posteriormente conocido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El presidente Álvaro Colom dijo que no ordenará la suspensión de los trabajos de la mina. “No hay fundamento”, dijo. Aseveró que la sustentación de la denuncia que se envió está basada en informes de 2005. “Ahí hay de todo, la persecución de líderes cuestionados; estoy pidiendo el listado exacto de los perseguidos, pero no ordenaré que se suspenda”, agregó.
“No hayamos ningún tipo de contaminación derivado de la mina. Ya conocíamos los informes técnicos, así que hoy (ayer) nos reunimos con los asesores legales para unificar criterios”, informó el viceministro de energía y minas, Alfredo Pokus.
La mina Marlin se encuentra situada en San Miguel Ixtahuacán, San Marcos. Extrae oro y plata. La razón por la que la CIDH solicitó esos informes es porque se debe comprobar si hay niveles de contaminación en las aguas, suelos, subsuelo y aire. Pero también pide revisar las aprehensiones en contra de opositores al proyecto minero.
La comisión de análisis de la situación de la mina está a cargo del vicepresidente Rafael Espada.
Según el abogado y ambientalista, Yuri Melini, es lamentable “el grado de irrespeto del Presidente en materia de cumplimiento de los acuerdos internacionales en materia de Derechos Humanos. Es obligatorio para el Estado. Esas resoluciones se acatan”.
Melini sostiene que el Estado no tiene una evidencia científica contundente. El Ministerio de Medio Ambiente, según el abogado, fundamenta sus informes en lo que la propia compañía minera sostiene. Un estudio de la Universidad de Michigan reveló que halló presencia de plomo en la sangre y mercurio, arsénico y zinc en la orina de los pobladores de las vecindades de la mina.