El director de Cuencas y Recursos Hídricos del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Óscar Céspedes, calificó de magnitud la contaminación que se registra en el río Pilcomayo, por lo que reconoció que la población del sábalo decrece y el pueblo indígena Weenhayek es uno de los principales afectados por esta situación.
Céspedes explicó que la situación empeoró hace diez años atrás debido al mal manejo de los suelos y la actividad minera en la parte alta del Pilcomayo, en los departamentos de Potosí, Chuquisaca y una parte de Oruro.
“Los problemas (de contaminación) son de magnitud, que se origina desde la parte alta de la cuenca del río Pilcomayo, pues las nacientes están en los departamentos de Chuquisaca, Potosí y Oruro (…) (la minería) es otro elemento importante para que la población del sábalo cada vez más va decreciendo”, declaró la autoridad a la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol.
En esos sectores la tierra se erosiona debido a la lluvia y se vuelve sedimento que a través de más de 100 subcuencas se va depositando en la parte media del Pilcomayo; donde se encuentra el pueblo Weenhayek, entre los municipio de Villa Montes y Yacuiba de Tarija, y obstruye el flujo del sábalo, dijo Céspedes. Lo mismo ocurre con la actividad minera.
“Por un lado la sedimentación es un problema bastante fuerte por las mismas características que tenemos a nivel de nuestras cuencas, en las cabeceras mismas del Pilcomayo; por otro lado también tenemos la contaminación de los efectos de la minería de diferentes niveles (…) son lavados que se arrastra por el flujo del agua y es depositada en la parte media de la cuenca Pilcomayo”, puntualizó.
Weenjayek buscan dejar la pesca
El presidente de la Organización de Capitanías Weenhayek y Tapieté de Tarija (ORCAWETA), Moisés Zapiranda, demandó del gobierno apoyo para que los indígenas se beneficien con proyectos agrícolas y créditos que les permita iniciarse en esa actividad, pues dijo que es una alternativa de trabajo ante la escasez del sábalo por la contaminación del río Pilcomayo.
“A orillas del río Pilcomayo tenemos bastante tierra. Hablamos con las autoridades para que nos puedan ayudar con maquinaria para poder ser agricultores y ya no ser pescadores porque vemos que la pesca es complicada”, señaló a la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol.
Anunció que las cinco mil familias, entre weenhayek y tapieté, que se encuentran asentadas en los municipios de Yacuiba y Villamontes de la provincia Gran Chaco llegarán a iniciarse en la agricultura recién en 2013, pero sólo con el apoyo de autoridades regionales que los inserten en sus políticas de desarrollo.