El traspaso del 29,5% de Anglo American Sur a Codelco y Mitsui fue el sexto mayor trato minero del año pasado.
En 2011 la minería pasó por un proceso de fusiones, adquisiciones y alianzas enfocado a aprovechar el ciclo alcista en los precios de las materias primas que se preveía que continuaría.
Pero la recuperación de los grandes mercados, los riesgos políticos y las alzas de los impuestos hicieron que muchas de las operaciones firmadas en 2011 fracasaran. Y que los ejecutivos mineros responsables fueran removidos.
Por eso es que en 2012 el sector minero registró sólo 823 ofertas de compra, fusión o alianza, el menor volumen en cuatro años.
Según un informe de Ernst & Young, este tipo de ofertas sumó poco más de US$ 100 mil millones en 2012, una baja de 36% en relación con el año anterior y su primer retroceso desde 2009.
Sin embargo, esta caída no es pareja en todo el mundo, pues en Latinoamérica, por ejemplo, este tipo de transacción aumentó en 133%, aunque en Norteamérica la misma medida disminuyó en 65%.
El país que agrupó la mayor cantidad de transacciones fue Australia, que concentró cuatro de los 15 mayores tratos de 2012, con una operación que superó los US$ 9.400 millones
La mayor operación del 2012 fue la compra que realizó Nippon Steel, que pagó US$ 9.432 millones por Sumitomo Metal Industries, que opera acero.
La mayor cantidad de tratos del 2012 estuvo vinculada a operaciones de oro, carbón, cobre y hierro.
Rompiendo la tendencia general, en el cobre el número de ofertas subió el año pasado lo que, dice Ernst & Young, tiene que ver con que, a diferencia de otros commodities , los fundamentos de largo plazo del metal rojo siguen siendo positivos, pues los mercados emergentes continúan con una demanda que debería sostenerse en el tiempo, aunque con un crecimiento más débil.
Además, destaca en el informe, la segunda mayor operación del 2012 en el metal rojo fue la que llevo a Codelco junto a Mitsui a obtener el 29,5% de Anglo American Sur, un negocio que llegó a los US$ 2.900 millones. El trato ocupó el sexto lugar general.
El nuevo inversionista
En 2012 la aversión al riesgo cambió, lo que llevó al surgimiento de lo que Ernst & Young denomina como un «nuevo inversionista».
Mientras en el ejecicio 2011 sólo el 22% de las inversiones en minería iban a activos de riesgo medio, esta cifra subió a 53% el año pasado.
Agrega que los inversionistas que han financiado a la minería durante la crisis, tras el cierre del «grifo» bancario a las operaciones mineras, deberían dejar el sector para pasar a otras áreas de rentabilidad más rápida y que requieren inversiones menos cuantiosas.
Pero en 2012 las mineras también cambiaron tras el descenso global de la cotización de los commodities. Las empresas comenzaron a centrarse en el crecimiento orgánico y reducción de costos, antes que realizar inversiones que podrían complicar sus resultados y, de pasada, dificultar la gestión de sus ejecutivos.
Por eso es que en 2013 las perspectivas están puestas en mineras más enfocadas en el rendimiento que hasta hace un año. «Veremos el continuo aumento de compradores estratégicos y financieros en el sector a lo largo de este año, motivado por la necesidad de asegurar a largo plazo las fuentes de suministro de minerales, pero también de asegurar las ganancias rápidas», dijo a EFE Lee Downham, de Ernst & Young.
Cuatro de las 15 mayores operaciones del 2012 fueron en Australia. Tres incluyeron activos de acero.