Grace Kelly Chi
Líderes indígenas aseguran que están dispuestos a encarar a sus autoridades comarcales defendiendo la posibilidad del desarrollo de una minería responsable que saque a los Ngäbe-Buglé de la pobreza actual.
El yacimiento de cobre está cotizado en B/ 152 mil millones.
En las entrañas de Cerro Colorado, en un poblado llamado Hato Chamin, en la provincia de Chiriquí, se está fortaleciendo una asociación de indígenas Ngöbe-Buglé solidarizados con el desarrollo de la minería responsable.
En este sitio reposa un yacimiento de cobre valorado en aproximadamente B/ 152 mil millones.
La asociación denominada Jadran Nigue Nirien Ngöbe, vocablo inspirado en el desarrollo del pueblo de Ngöbe-Buglé, es liderizada por una mujer de esa etnia, Adriana Sandoya.
“Nosotros vamos a estar de acuerdo con la minería cuando el Gobierno entregue el 50% a nosotros y mientras que tengamos la posibilidad de trabajar”, describió Sandoya, de 26 años.
Sandoya, en compañía del tesorero de su agrupación, Eufemio Marquínez, dijo que el 50% del valor de la concesión que reclaman al Gobierno debe ser distribuido a través de ellos, en proyectos de vivienda, salud, educación, y conservación de su cultura.
“Nosotros sabemos las necesidades que existen en la comarca, entonces a través de la Asociación buscaremos un medio de cómo hacer que este 50% llegue a todos”, describió.
Sandoya se mueve fuertemente resguardada por varios miembros de su grupo, y asegura que de los 1,000 integrantes de su agrupación, un 60% son mujeres.
Gobierno.En la ciudad de Panamá, Jadran Nigue Nirien Ngöbe logró reunirse con el ministro de Comercio de Industrias, Roberto Henríquez, para expresarle que de darse la explotación de Cerro Colorado, reclaman para los de su etnia un 50% del valor de concesión en la que reposan, 38 mil millones de libras de cobre.
“Me complació ver que ellos tienen este planteamiento y me pareció muy interesante, se les recibió con toda la cortesía que se merecen”, describió Henríquez.
La Nögbe dice actuar en beneficio de los cientos de miles de indígenas que habitan la comarca y está consciente de que varios caciques de su etnia se oponen al desarrollo de Cerro Colorado.
“Nosotros no dependemos de ellos, sino del pueblo, hemos tratado de hablar con ellos, pero solamente tienen intereses personales nada más”, expresó Sandoya.
Acerca de la posibilidad de otorgar la mitad de la concesión al grupo indígena, el ministro Henríquez comentó que “está convencido de que las comunidades deben recibir mucho más ingresos que lo que reciben por costumbre, que es muy poco”.
Sin embargo, aclaró el funcionario que “no estaba en momento de hacer ninguna negociación porque todavía no se sabe qué va a pasar con Cerro Colorado” y añadió que “el cambio al Código Minero no tiene relación con este yacimiento, que incluso podría desarrollarse con la ley actual”.
Del lado ambientalista, Alida Spadafora, directora Ejecutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, reiteró que como ambientalista, respeta la petición del grupo indígena al Gobierno.
Sin embargo, dijo que “se debe pensar primero en la disponibilidad del agua del país, en las posibilidades de que los ríos chiricanos sean contaminados a raíz del desarrollo de Cerro Colorado, en una minería a cielo abierto”.
Mientras se decide el futuro del yacimiento, los indígenas de -Jadran Nigue Nirien Ngöbe seguirán sumando adeptos, convencidos de que el único medio de aceptar la minería es si ellos reciben y sus hermanos en general, más ingresos por el cobre existente.