Chile

Felipe Barros, el abogado a cargo de reordenar Enami

Hermano de Fernando Barros, en 45 días a cargo de la estatal eliminó dos gerencias.

El Presidente Sebastián Piñera lo llamó varias veces. Dudó. Pero después de dos rechazos, finalmente el 2 julio de 2010 dejó su propio bufete, Barros & Cía; su empresa de telecomunicaciones Netland y sus negocios agrícolas, para formar parte del Gobierno como Fiscal de la Empresa Nacional de Minería (Enami). Vio pasar dos vicepresidentes ejecutivos -William Díaz y Eugenio Cantuarias, ambos de la UDI- antes de ser designado por el Mandatario como máximo ejecutivo de la minera. Felipe Barros Tocornal -abogado de la U. de Chile, hermano del también jurista Fernando Barros- destaca de Enami que sea «una empresa enorme, con un rol muy grande en fomento y en producción y donde un abogado corporativo tiene mucho que aportar».

Aunque es el tercer vicepresidente ejecutivo en tres años y el sexto en cinco, califica su labor de «continuidad». «Hay un respaldo muy grande del directorio», explica.

Enami es la octava mayor exportadora de cobre de Chile, muy similar en términos de números a Spence (BHP Billiton) y Candelaria (Freeport McMoran). Opera desde Arica a Rancagua con 17 lugares donde adquiere el mineral de pequeños y medianos mineros para luego procesarlo en 5 plantas y refinarlo en su fundición de Paipote. Entre 2010 y 2012, Enami le ha pagado a los mineros nada menos que US$ 4.332 millones.

Agrega que en Enami ha trabajado duro. «En los 53 años que tenía Enami, nunca se había hecho un inventario del stock de cobre existente; lo hicimos» y «hoy los estados financieros de Enami son 100% confiables». Antes de 2010, dice, había mucha «activación», es decir, se ponía en activos ítemes que debería estar en gastos. «Prácticas contables que no son muy felices», dice.

Reforma al estilo Codelco

En estos escasos 45 días a cargo de la minera estatal, hizo un cambio organizacional importante. Eliminó la gerencia general y la gerencia comercial, que sustituyó por una gerencia de operaciones, y creó una subgerencia a cargo de la modernización de la fundición, a raíz de la nueva norma de emisiones.

Barros insiste en que debiera haber una reforma más profunda del gobierno corporativo, al estilo de Codelco. «No puede ser que el directorio y el vicepresidente ejecutivo cambie cada cuatro años, esta empresa necesita continuidad y planes de largo plazo», enfatiza.

Actualmente está en análisis cómo materializar una de las mayores inversiones de la historia de Enami: US$ 350 millones como parte de la nueva norma de control de emisiones. «Tenemos un viaje a China, a Donying Fanyuan Nonferrus Metal Group, para conocer la experiencia de una refinería amigable con el medioambiente», cuenta.

Legado: ganancias y orden

¿Cómo quiere dejar Enami? «Con utilidades. Trabajamos para tener utilidades por US$ 25 millones este año», dice. Pero más allá de esto, destaca como un objetivo que se está logrando el acabar con la informalidad de los pequeños mineros. Habla de empadronarlos (que tengan los permisos y un mínimo método para trabajar). En 2010, sólo el 25% de los mineros estaba «empadronado» y hoy es un 90%.

También trabaja en las licitaciones de 18 potenciales yacimientos. Y está inviertiendo US$ 95 millones en cuatro plantas de proceso.

Enami tiene en sí misma dos roles, de fomento y de producción, que a juicio de Felipe Barros son indivisibles. Por ejemplo, licita yacimientos a privados (medianos y pequeños) que lo exploran y si tienen éxito, lo explotan. Enami recibe por eso una cantidad y luego un 2% cuando producen. «¡Imagínese si sale otra Escondida!», dice el vicepresidente, en referencia al yacimiento con mayor ley encontrado en Chile, hoy de BHP Billiton.

La minera estatal adquiere cobre a pequeños y medianos productores y lo procesa y refina. La mayor parte de esas compras -78%- tienen como contraparte a mineros que producen menos de 200 toneladas mensuales. «Son pequeños, son empresas en las que no trabajan más de seis personas, normalmente, familiares: el padre, los hijos, el yerno. Son tecnologizados, con camionetas, generadores de electricidad, máquinas para perforar», describe.

El timonel de Enami dice que las pequeñas y medianas mineras son clave en el ciclo productivo del cobre, porque «con pala y picota» descubren yacimientos. Pucobre y Lomas Verdes, por ejemplo, provienen de yacimientos que eran de pequeña y mediana minería.

Pero Enami también juega en grandes ligas. La empresa aún tiene participaciones minoritarias en las mineras Quebrada Blanca y Carmen de Andacollo que le permiten elegir a un director y no diluirse y por ello califican como «acción de oro». ( golden share ).

Barros cuenta con el apoyo de la mesa directiva, la misma que le pidió la renuncia a Eugenio Cantuarias y este ignoró. «Este es un cargo de confianza política y si te llaman a renunciar y no lo haces… Bueno. Por eso al final el Ejecutivo tuvo que recurrir al decreto de vacancia», explica.

¿William Díaz? «El directorio quiso poner mayor énfasis en gestión», cuenta. «Quizás él tenía una visión más economicista, más político, en el sentido amplio de la palabra, pero se quería más gestión», dice sobre el vicepresidente entre 2010 y noviembre de 2011.