Autoridades del gobierno nacional y de Jujuy anunciaron la firma de un memo de entendimiento con Ganfeng Lithium para la instalación de una fábrica de baterías de litio en la provincia norteña. El capital chino ejerce un rol dominante en el negocio global del litio y pisa fuerte en el país.
Gastón Remy
16/05/2021
El viernes el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, el gobernador Gerardo Morales y autoridades de la secretaría de minería anunciaron junto a directivos de la compañía, Ganfeng Lithium, la firma de un memorándum de entendimiento con la intención de instalar una fábrica de baterías de litio en la provincia de Jujuy.
No es la primera vez que la provincia accede a este tipo de “entendimientos” en materia de fabricación de baterías de litio. En 2017 el gobierno de Morales firmó un acuerdo a través de JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) con la empresa SERI de Italia. Hasta el momento no hubo novedades al respecto. ¿Sucederá lo mismo con la china Ganfeng Lithium?
Por lo pronto, el Chairman y presidente de Ganfeng Lithium Co. Ltd, Li Liangbing, afirmó: “Estamos trabajando en Argentina en varios proyectos. Queremos apoyar el desarrollo industrial de Argentina para que sea uno de los países productores de litio más importantes del mundo. Nos comprometemos a trabajar comprometidos en el cuidado ambiental. Deseamos una exitosa cooperación entre Argentina y China”.
Ganfeng Lithium es socia de la canadiense Lithium Americas en la minera Exar que se prepara para extraer litio en 2022 en el Salar de Olaroz. A su vez, es parte de las empresas que fabrican baterías en China para uso interno y abastecer a distintos puntos del mundo. Resulta que el “capitalismo asiático con vistas al litio… es la zona principal de consumo del recurso pero también la que se ocupa de reelaborarlo en bienes industriales y tecnológicamente de punta” sostienen los autores del libro “Litio en Sudamérica” (2019, Ed. El Colectivo) en una comparación con el lugar que ocupan Estados Unidos y la Comunidad Europea que se ubican en un segundo y tercer lugar –respectivamente- en cuanto a la demanda del litio como a la exportación de productos de alta tecnología que incluyen a este metal entre sus componentes. China además lidera la producción de automóviles eléctricos y apuesta a su autosuficiencia en materia de baterías de litio.
A su vez, recordemos que el 75% del mercado mundial del litio está en manos de cuatro multinacionales: las estadounidenses Albemarle/Rockwood y FMC, la chilena SQM y la australiana Talison (propiedad de Albemarle y la china Tianqi).
Jujuy no escapa a que en su territorio se desplieguen estas características del negocio mundial del litio: concentración y dominio de multinacionales extranjeras. Incluso todo este panorama se ha profundizado. Con la llegada de la multinacional australiana, Galaxi asociada a Orocobre en el emprendimiento Sales de Jujuy, crearon la quinta empresa de extracción de litio más grande del mundo. Entre sus 20 principales accionistas se encuentran los barones de las finanzas mundiales, el BNP Paribas, el HSBC, Citicorp, JP Morgan, entre otros. Detrás de las mineras o directamente en calidad de socios están las automotrices como Toyota (socia de Orocobre). Dentro de este esquema de grandes multinacionales aparece el Estado provincial como socio de las mineras a través de JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) con un 8,5% de las acciones, aunque hay que aclarar lo hace sin capital propio, más bien es un socio de tipo testimonial. El Estado de Jujuy nunca ha informado sobre los resultados contables de su participación en Sales de Jujuy, por ejemplo. Los autores de «Litio en Sudamérica» sostienen que la sociedad se hizo sin capital y el Estado provincial quedó como deudor de la multinacional australiana.
¿Ganamos todos?
En materia fiscal el aporte de las mineras es cuanto menos muy limitado. Según un Informe de la Secretaría de política minera de la Nación (2019) las mineras de litio apenas tributan en la provincia el equivalente al 6% de la recaudación provincial de impuestos -que solo llega al 12% de la recaudación total-, o sea, el aporte es de 0,72% del total de los ingresos impositivos del fisco provincial.
Respecto a la urgencia de conseguir dólares para pagar la deuda que esboza el gobierno nacional ante los acreedores, ¿se podrá lograr un saldo de divisas a favor por medio de la fabricación de baterías? Esta más bien es una incógnita dado el esquema de acumulación de los excedentes en dólares de las multinacionales transfiriendo sus utilidades/dividendos a sus países de origen.
En materia tecnológica ninguna de las autoridades de gobierno mencionaron el rol del Conicet o del Instituto del Litio con instalaciones en Palpalá-Jujuy, ¿jugarán algún papel en el desarrollo tecnológico autónomo o la tecnología de fabricación de baterías será exclusiva de Ganfeng Lithium?
Por último, las autoridades se refieren a un proyecto de Ley de electromovilidad que estimularía la producción de baterías de litio con destino al transporte automotor. Otro interrogante que surge es, ¿se repetirá o no la experiencia de Brasil donde las políticas públicas fueron más bien un incentivo a la rentabilidad de las automotrices con nulo impacto en modificar la ubicación del país como proveedor del mineral? De darse un resultado similar al de Brasil se reproducirían las históricas relaciones de dependencia respecto a los países productores de bienes de mayor valor agregado tal como señalan los autores de “Litio en Sudamérica» que estudiaron el caso del gigante carioca.
Al momento de responder a estos (y otros interrogantes que seguramente se haga el lector/a) se debería poder conocer la «letra chica» del memoradum. Sin embargo, por ahora, habrá que esperar.
https://www.laizquierdadiario.com/Fabrica-de-baterias-de-litio-ganamos-todos-como-dicen-Morales-Kulfas