El 2017 la provincia cusqueña de Espinar celebró cien años de creación política, un centenario con mucho derroche de fiestas y eventos públicos para la población local. El centenario pudo haber sido la oportunidad para hacer una revisión histórica sobre los avances y nuevos desafíos que tiene la provincia a nivel de acceso a derechos en salud, educación, desarrollo económico, entre otros. Sin embargo se dejó pasar esta oportunidad y no se dieron grandes discusiones, ni reformas, ni planteamientos sobre el tema minero y las implicancias de ello para el desarrollo de Espinar.
En ese marco, y siendo el tema minero ambiental una problemática recurrente en Espinar, nos preguntamos. ¿Cuánto se ha avanzado realmente en materia de salud ambiental?, ¿Es prioritario para las autoridades locales el tema del agua y la salud ambiental?
Estas preguntas sin duda tienen que ser respondidas por las nuevas autoridades electas. Ante este contexto, queremos señalar aquellas problemáticas que deben ser atendidas de inmediato por ser situaciones de vulneración y afectación a la población espinarense.
Espinar dentro de las ciudades más sucias del Perú
En marzo del 2013, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) – Cusco y el Ministerio Público, constataban en una inspección inopinada realizada en los botaderos de residuos sólidos en 108 distritos de la región Cusco, el 50% operaba inadecuadamente, y que las zonas que se encontraban en riesgo sanitario muy alto se ubicaban en Calca (Pisaq, Coya y Yanatile), Espinar y Canchis[1]. Para el 2018, la situación no había cambiado para Espinar, pues el Ministerio del Ambiente (MINAM) identificó a 92 distritos a nivel nacional que requieren de acciones inmediatas para mejorar el manejo de residuos sólidos[2], en esta lista nuevamente encontrábamos a la provincia de Espinar, evidenciando que es una de las zonas más sucias y con mayor contaminación de todo el Perú.
Calidad de sus fuentes de agua: Cañipia y Salado
Es de conocimiento público que la problemática del agua en Espinar no solo es para la zona urbana, sino tambien para las comunidades del entorno minero. Ha sido el mismo Estado quien ha realizado estudios que señalan que el agua no es apta para consumo humano, pero no se conoce el origen y/o las fuentes de la contaminación hasta el momento. Además, están pendientes los resultados del estudio de causalidad que estuvo a cargo del Instituto Peruano de Energia Nuclear (IPEN), en ese marco cabe resaltar que Derechos Humanos sin Fronteras (DHSF) ha evidenciado durante el 2018, a través de un informe de Análisis de monitoreos[3], que la cuenca del río Cañipia presenta puntos de monitoreo recurrentes cercanos a Antapaccay y la relavera de Huinipampa con presencia de Manganeso, Sodio, Mercurio, Fosfato, Sulfato, y Molibdeno que superan los Estándares de Calidad Ambiental (ECA’s). Así mismo, en el caso de la cuenca del río Salado los puntos recurrentes cercanos a la unidad minera Tintaya y la relavera Ccamacmayo, se encontró: Arsénico, Manganeso, Sulfato, Selenio, Sodio, Hierro, Aluminio, Boro, Cadmio y Cobre.
Agua con metales toxicos en la ciudad de Espinar:
A finales del 2018 hemos sido testigos de la reciente indignación “urbana” por un informe de la DIRESA en el que afirma la presencia de 4 metales (Aluminio, Arsénico, Hierro y Manganeso) en la planta de tratamiento de agua potable “Virgen de Chapi”. Frente a ello, como DHSF, hemos elaborado un informe[4] el cual fue compartido con la autoridad edil de Espinar para que pueda ser usado como un instrumento de apoyo en la elaboración de un Plan de Acción para responder la demanda de la población. Lo cierto es que los pobladores de la zona urbana también están siendo afectados por la presencia de metales tóxicos presentes en su agua y que tienen un efecto bioacumulativo[5], por ello se ha conformado hace unos días el Comité de Lucha por el agua y la salud de Espinar, el cual deberia ayudar a canalizar esta preocupacion y angustia ciudadana por el agua que se consume en Espinar y el impacto para sus vidas.
Finalmente, no deberíamos ver la toxicidad en los pobladores como un simple resfriado, pues los efectos a largo plazo mostrarán la magnitud de un problema que pudo haberse evitado y que ya es visible en muchas comunidades, personas con signos y síntomas de enfermedades que pueden estar asociadas a la ingesta de metales tóxicos, tal como lo indican las guías de diagnóstico clínico que deben ser revisadas constantemente por los profesionales de salud que laboran en la zona.
Que Espinar encuentre las maneras de sobreponerse a estas situaciones, no solo es responsabilidad de sus autoridades locales y regionales, sino también de sus representantes sociales, sus comunidades, ciudadanas y ciudadanos que se atrevan a salir de ese desarrollismo economicista que está absorbiéndolos y atrapándolos en el individualismo sistemático.
*Bióloga, – Área Derechos Colectivos y Medio Ambiente – Derechos Humanos Sin Fronteras.
Fuente:http://derechosinfronteras.pe/espinar-poblacion-convive-con-una-crisis-de-salud-ambiental/?fbclid=IwAR2gIiKqBWICi53SHCSWek-kLCTDID9m-6ZU6XEOMXu2EEhogzA1Pmb1QhY