La apertura de minas de oro y plata en el centro ceremonial de Wirikuta, en San Luis Potosí –a cargo de la empresa canadiense First Majestic Silver–, pondría en grave riesgo la subsistencia de los pueblos indígenas de la localidad, debido a la destrucción de sus sitios sagrados y la devastación de los recursos ambientales de la zona.
Así lo denunciaron en entrevista con La Jornada representantes del pueblo wixárika, quienes preparan una serie de acciones para rechazar las actividades de la compañía minera. El pasado jueves ya realizaron una visita al Senado para externar su inconformidad.
Santos de la Cruz Carrillo, integrante del comisariado del pueblo Banco de San Hipólito, en el municipio duranguense de Mezquital, afirmó: nosotros seguimos preservando nuestra identidad cultural, y los soportes de la vida son nuestros sitios sagrados, los que sostienen al mundo, por lo que un ataque en contra de ellos tiene implicaciones muy graves, y no sólo a nivel simbólico.
Desde hace alrededor de cinco años, la Unión Wixárika ha emprendido una batalla contra las autoridades locales y las empresas interesadas en explotar las riquezas mineras de la zona, con el objetivo de que sean verdaderamente respetados los decretos gubernamentales que en teoría protegen sus territorios.
Las 22 concesiones que recibió First Majestic Silver, explicó el activista, fueron otorgadas por la Secretaría de Economía sin que las comunidades indígenas fueran consultadas, y a pesar de que la zona de Wirikuta es un área natural de más de 140 mil hectáreas protegida desde 1994 e incluso con un plan de manejo desde junio de 2008.
A nosotros nos preocupa mucho, y sobre todo nos duele, porque no se están violentando solamente los requisitos legales, sino que está atentando contra nuestra vida. En el cerro del Quemado tenemos nuestra planta sagrada, que es el híkuri (peyote). Esos sitios están vivos, tienen corazón y estamos preocupados porque van a destrozar sus venas, alertó.
En las más de seis mil hectáreas en donde la empresa minera busca instalarse, en siete municipios potosinos, uno de los elementos que corren mayor peligro es el agua, ya que los manantiales de la región pueden resultar contaminados por los químicos que se utilizan normalmente en la industria extractiva, entre ellos el cianuro (La Jornada, 1 y 2 de marzo de 2010).
Una de las estrategias de la compañía de origen canadiense, señaló De la Cruz, es dividir a las comunidades al ofrecer empleos supuestamente benéficos para la población –en un área donde el desempleo y la marginación son muy altos– y, al mismo tiempo, descalificar a quienes se oponen al proyecto, al decir que ni siquiera son habitantes del lugar.
Al permitir el avance del proyecto minero, señaló por su parte Jaime Carrillo, del consejo de vigilancia de la Unión Wixárika, las autoridades mexicanas no sólo están violando diversos tratados internacionales en materia de protección ambiental, sino también el Pacto de Hauxa Manaka’a, firmado por el presidente Felipe Calderón el 28 de abril de 2008.
Ese día, tanto el mandatario federal como los gobernadores de Jalisco, Nayarit, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí se comprometieron a preservar los lugares sagrados del pueblo huichol, particularmente Wirikuta, recordó.
Estamos muy atrancados porque no nos han soltado los documentos para reconocer nuestros territorios protegidos. Queremos que el compromiso de Calderón se cumpla y se respeten los acuerdos, sostuvo.
Para los wixárika, subrayó Santos de la Cruz, la zona ceremonial de Wirikuta es tan sagrada e importante como lo es La Villa para los fieles guadalupanos.
Es como si quisieran instalar una gasolinera en (los sitios religiosos históricos de) Roma. No tiene precio (la zona ceremonial), y el gobierno mexicano no le tiene ningún respeto. El corazón de Wirikuta nos está llamando, y debemos unirnos para contrarrestar esa imposición. Nos estamos aliando también con pueblos indígenas de Estados Unidos y Canadá para bajar la fuerza de la empresa, aseveró.
Por todo ello, las comunidades de la región han comenzado a movilizarse para exigir la revocación inmediata de las concesiones otorgadas a First Majestic Silver, y el cumplimiento de los tratados que protegen los mencionados sitios ancestrales indígenas.
Para llamar la atención sobre este conflicto, hoy a las 16 horas en el Multiforo Ollin Kan (avenida San Fernando, esquina Juárez, centro de Tlalpan) se realizará el Concierto por Wirikuta, con la participación de músicos tradicionales wixárika, además de los grupos Son de Madera y Los Vegas. Entrada: 120 pesos.