La Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso presentado en contra de la sentencia.
Una indemnización de $350 millones tendrá que pagar la empresa Pizarreño a Manuel Elgueta Ariztía, quien desarrolló una grave enfermedad producto del contacto con las asbesto que tuvo entre los años 1964 y 1983. En esa época, el hombre vivía en la población que lleva el mismo nombre que la empresa, y desarrolló una mesotelioma epitelial anaplásico de pulmón.
El fallo dice que «si bien se adoptaron algunas medidas paliativas para evitar el daño, éstas sólo se enmarcaron al interior de la empresa» y destaca que no existen pruebas «que permita inferir que estas actividades de prevención se hayan extendido también para las familias que vivían en el entorno de la fábrica».