Desde 2015 está operativa la planta piloto «El Cabrito» del proyecto minero Biolantánidos de extracción de Tierras Raras en los cerros aledaños a la ciudad de Penco. La planta es presentada como la primera fase de un proyecto minero que podría cambiar drásticamente los ecosistemas, así como la vida de los y las habitantes de la comuna. Posteriormente el proyecto pretende la instalación de una faena minera a rajo abierto que utilizaría, según la empresa, 35.000 litros de agua por hora del Estero Penco y el Estero El Cabrito. También tendría la capacidad para procesar hasta 240 toneladas por hora de mineral. Los minerales que se pretenden extraer de forma masiva son las denominadas Tierras Raras, elementos indispensables para las innovaciones tecnológicas y que se caracterizan por el peligro de contaminación química y radioactiva asociada a su explotación. En su sitio web la empresa asegura que las tierras que explotarán «se encuentran alejadas de las comunidades”. Sin embargo, Resumen constató en terreno la alarmante situación de que la planta piloto y el proyecto de rajo abierto que busca aprobarse se encuentran a menos de 3 kilómetros de los y las habitantes de la ciudad de Penco.
A tan solo 15 minutos en vehículo de la plaza de Penco en pleno centro de la ciudad, se encuentra funcionando una planta minera piloto en el fundo “El Cabrito” en dirección a la autopista del Itata por la ruta 0-390. Mediante fotos satelitales e imágenes aéreas se puede apreciar la cercanía con los y las habitantes de Penco. Según las herramientas de medición de distancias de Google Earth, la planta estaría a 2,8 kilómetros del centro de la ciudad.
Por otro lado, imágenes aéreas demuestran gráficamente lo cercano de la planta con la ciudad. Todo lo anterior se contradice con la información que la empresa entrega públicamente en su pagina web en donde asegura estar alejada de las comunidades.
Lo que los empresarios mineros están buscando en Penco y la cordillera de la costa de la región del Biobío son Tierras Raras. Un grupo de minerales que se han vuelto sumamente codiciadas por las empresas y los Estados más industrializados del mundo. Estos elementos se consideran indispensables para el desarrollo de nuevas tecnologías marcadas por aplicaciones cibernéticas, desarrollo creciente de la inteligencia artificial, nuevos materiales para dispositivos bélicos por parte del complejo militar-industrial y de programas espaciales de las potencias imperialistas, tales como aleaciones para fuselaje de aeronaves y vehículos espaciales, o sistemas de guías de misiles y aviones no tripulados (drones). Algunas aplicaciones civiles incluyen el desarrollo de microprocesadores, dispositivos de almacenamiento eléctrico e información digital, el desarrollo de energías eólica, solar, vehículos, medicina alópata, smartphones, cámaras digitales, televisores LED, baterías recargables, entre otras. De esta forma las Tierras Raras se constituyen como unos elementos altamente estratégicos en el campo de la geopolítica mundial.
Sin embargo, las tierras raras también se han hecho conocidas por los altos impactos socioambientales asociados a su extracción. Por ejemplo China, el país que produce cerca del 95% de estos minerales en el mundo ha presentado graves contaminaciones químicas y radioactivas en zonas de Mongolia Interior. Un caso emblemático es lo que ocurre en la ciudad de Baotou la llamada capital de las Tierras Raras descrito como uno de los lugares mas contaminados del mundo. Para refinar estos materiales hay que triturar la tierra agregando ácido sulfúrico, nítrico y clorhídrico, generando aguas residuales sumamente toxicas y desechos radioactivos. La población de Baotou está altamente afectada por esta contaminación. Antes de que China fuera el primer productor mundial, lo era Estados Unidos. En los yacimientos de Mountain Pass en el país norteamericano surgieron diferentes episodios de contaminación, incluyendo uno ocurrido en 1998 en donde 1000 millones de litros de aguas residuales radiactivas y químicamente contaminadas fluyeron de un contenedor con fugas contaminando una reserva natural.
Las comunidades de Penco y Tomé se han visto alarmadas por esta situación por lo que se han generado conversatorios y foros informativos en ambas comunas. En uno de ellos realizado recientemente en Tomé expositores de la Coordinadora Penco-Lirquén plantearon que la empresa “usaría 35.000 litros de agua por hora del Estero Penco, sin embargo solicitó derechos de agua por 176.000 litros por hora”. Hay que considerar que el Estero Penco pasa por la zona urbana, incluso a un costado de su plaza principal, lo cual amenaza con modificar sustancialmente este curso de agua que según la Dirección General de Agua tiene una “calidad excepcional” y es apta para el consumo humano.
En la misma actividad se hizo énfasis en la situación de especies nativas en la zona en peligro de ser intervenida, como es el caso de Queule (Gomortega keule). Este es un árbol en peligro de extinción presente en tan solo 3 regiones del país (Maule, Ñuble y Biobío), fue declarado por este motivo como Monumento Natural en el año 1995. De ejecutarse las faenas mineras con rajo abierto en la zona estos árboles desaparecerían y el delicado estado de conservación de esta especie podría verse aún más presionado. Esto no solamente en Penco sino también Tomé, en donde el proyecto minero pueda probablemente expandirse.
Por su parte el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Medioambientales (OLCA) planteó que cerca del 41% del territorio nacional según SERNAGEOMIN se encuentra bajo el concepto de Concesión Minera con datos de 2013. El expositor planteó una serie de puntos entre los que se cuenta la estrecha relación entre la expansión de la minería, el crecimiento de la demanda energética y la crisis hídrica en los territorios. Por otro lado, existe una sobrevaloración en torno al aporte económico de la minería para la población del país, mientras que existen grandes perjuicios para las comunidades y ecosistemas en torno a estas empresas.
El proyecto minero que busca intervenir la zona ingresó un Estudio de Impacto Ambiental a fines de 2018, causando preocupación en parte de la población, quienes alegaban sobre la poca información entregada por autoridades y también la escasa capacidad de incidencia de las comunidades en procesos que podrían dañar irreversiblemente su salud y su ambiente.
Por otra parte, el alcalde de Penco Víctor Hugo Figueroa (DC) señaló a Diario y Radio Uchile que “se está inventando una modalidad distinta, por lo tanto, cualquier persona que se va a oponer yo lo invito a que conozca el modelo chilensis de extracción de este mineral. Cualquier crítica sin conocer el modelo es una crítica que no tiene fundamento. Yo la aceptaría de alguien que haya conocido la planta, que haya conocido el mecanismo y que emita un informe respecto del daño ambiental”.
Según lo señalado por la empresa ubicada en los cerros de Penco BioLantánidos “es un Proyecto sostenible”. La empresa plantea para esto un proceso “patentado de extracción, denominado Proceso de Desorción Continuo y Cerrado (CCLP), un método respetuoso con el medio ambiente que optimiza la obtención de Lantánidos a través de la recirculación de agua y aditivos, obteniendo metales de alta pureza con un bajo uso de recursos”.
Sin embargo la empresa no ha mostrado verdaderamente en qué consiste este nuevo proceso (CCLP) a la comunidad, ya que no quieren dar a conocer un conocimiento que aducen es su propiedad intelectual, sin embargo podría trastornar gravemente la zona. A vecinas y vecinos de la comuna les cuesta creer que este método sea “sostenible” cuando a nivel mundial la extracción de tierras raras ha causado gran daño ambiental. El proyecto minero además queda a menos de 10 kilómetros de zonas pobladas de Concepción, lo cual también abre la incertidumbre sobre posibles contaminación al resto de la conurbación.
El proyecto es propiedad del grupo financiero Larraín Vial, involucrado en el escandaloso «Caso Cascadas» en donde también estuvo involucrado Julio Ponce Lerou, yerno del dictador Pinochet. El grupo controla el proyecto a través de la empresa Minería Activa. Su representante legal Arturo Albornoz Wegertseder en representación de la empresa Rare Earth Extraction UNO o (REE UNO por sus siglas en inglés).
Frente a este supuesto «proyecto sostenible» que plantea la minera cabe preguntarse ¿Cómo creerle a una empresa que miente descaradamente diciendo que se encuentra lejos de las comunidades, cuando está a menos de 3 kilómetros de la ciudad de Penco? Una pregunta lógica para las comunidades afectadas y para la institucionalidad de evaluación ambiental del Estado que en estos momentos se encontrarían evaluando la aprobación o rechazo de este polémico proyecto.
Imagen principal: Planta piloto «El Cabrito» en los cerros junto a Penco y la Bahía de Concepción
Fuente:https://resumen.cl/articulos/empresa-minera-en-penco-miente-descaradamente-al-decir-que-esta-lejos-de-comunidades?fbclid=IwAR3oL4aDKHFlQRMvQGV0dnlzq4fWdpFsdadwOtcucJbKk4Jufolw_yqYAQw