Salió de la embajada de Estados Unidos a los cuarteles locales de la minera no metálica en el país. Desde ese puesto, su misión número uno es seguir haciendo diplomacia y conversar con empresarios, gremios y autoridades para despejar cualquier duda que pueda haber sobre la permanencia y compromiso de la empresa con las inversiones en el país.
Un nuevo trato con las autoridades. Esa es la misión con la que Ellen Lenny-Pessagno llegó para hacerse cargo -como su nueva country manager, desde el 1 de octubre- de la operación de Albemarle en el país, la firma estadounidense que es una de las tres mayores productoras de litio en el mundo.
Claro que este aterrizaje viene precedido de una trayectoria en el terreno diplomático también en Chile, pues hasta septiembre Lenny-Pessagno fue consejera de asuntos comerciales de la embajada de Estados Unidos en el país.
Su debut en Albemarle no ha sido fácil. La primera semana de octubre se supo que la Comisión Chilena de Energía Nuclear (Cchen) rechazó aumentar la cuota de producción de Albemarle (ex Rockwood) en el salar de Atacama por faltar información sobre el proceso de eficiencia que prometieron para aumentar su producción sin estresar más el salar.
Luego, el 18 de octubre, Corfo anunció que recurrirá a un arbitraje internacional por estimar que se está incumpliendo por parte de Albemarle el contrato que tiene con la estatal en orden a vender a precio preferente a la industria local el 25% de la producción (ver recuadro).
Y la semana pasada, el CEO mundial de la firma, Luke Kissam, informó en la entrega de resultados que suspendían las expansiones de carbonato de litio en Chile para enfocarse, por ahora, en la extracción de hidróxido de litio en Australia. La guinda de la torta ocurrió este martes, cuando el Servicio de Evaluación Ambiental rechazó la Declaración de Impacto Ambiental de su Planta Mejillones, con la que pretendían producir 42.500 toneladas de carbonato de litio al año, a través de una inversión de US$ 583 millones. Estos últimos dos hechos -que el CEO global anunciara frenar la inversión en Chile y que la autoridad rechazara la expansión-, aunque pareciera que estuvieran sincronizados, no lo están.
Canales abiertos con la Casa Blanca
La carrera de Lenny-Pessagno, licenciada en Administración de Empresas de la Universidad de Wake Forest, con una maestría en Comercio Internacional y Políticas de la Universidad George Mason y un programa de dirección ejecutiva en la Universidad de los Andes, siempre ha estado ligada al relacionamiento entre las empresas y el gobierno de Estados Unidos. Hasta septiembre fue consejera de Asuntos Comerciales de la embajada en Chile, pero anteriormente trabajó en posiciones similares en Argentina, México, España y Colombia, por lo que su español es perfecto y se ha preocupado de entender la idiosincrasia de los empresarios chilenos para poder relacionarse con ellos de tú a tú. Asimismo, Ellen tiene el apoyo directo de la casa matriz de Albemarle, tiene excelentes relaciones con la embajada de Estados Unidos en Santiago y mantiene los canales abiertos con la Casa Blanca
“Es dialogante, es muy cálida como persona, es de aquellas que se nota que te está escuchando”, dice alguien que se ha relacionado con ella en estas semanas. Lenny-Pessagno (53 años) está casada con Alejandro Pessagno, comisionado de Comercio e Inversión para América Latina del estado de Queensland, Australia, con quien tiene dos hijos que estudiaron en colegios chilenos y ahora siguen sus estudios en Estados Unidos. Es profesora de kundalini yoga, practica la meditación y está en pleno proceso de instalación en Chile.
Al interior de la empresa quiso dar una señal de continuidad y hasta el momento no ha movido ningún cargo clave de la administración. Asimismo, su foco hoy es Chile y no la región y sus exploraciones de nuevos negocios.
Mayor protagonismo en la industria y con el Gobierno
Una de las misiones que personalmente se impuso en su estadía en el país es tener, como representante empresarial, un mayor protagonismo dentro de la industria. Para ello se juntó con la Asociación de Industriales de Antofagasta y se comprometió a trabajar en conjunto, incluso evalúa sumarse a su directorio. Su experiencia gremial partió siendo directora honoraria de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham) cuando estaba en la embajada de Estados Unidos.
Cuando arribó en octubre a la empresa de capitales estadounidenses, lo primero que hizo fue ir a Charlotte, en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde están los cuarteles centrales de Albemarle. Allí tuvo un intenso proceso de inducción a la compañía, para alinearse con el mensaje y los objetivos de la firma a nivel global.
Luego se dedicó a conocer a las personas que trabajan en Santiago, así como en la planta La Negra en Antofagasta y en las operaciones en el salar de Atacama. En ese mismo viaje se reunió con autoridades regionales, tales como los seremis de Minería, Energía, Economía y Medio Ambiente.
Pero su cruzada política comenzará además por estos días cuando se reúna con los ministros de Desarrollo Social, Alfredo Moreno; de Minería, Baldo Prokurica, y con Juan José Obach, jefe de la oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía.
Sobre todo con este último encuentro, quiere dejarle en claro al Gobierno que Albemarle está y seguirá invirtiendo en el país, más allá de cualquier contingencia que tengan con otro organismo del Estado, como Corfo. Además, quiere explicar que el anuncio de suspender las expansiones de carbonato de litio en Chile tiene que ver únicamente con el momento del mercado y la demanda por el hidróxido de litio de Australia, y no con una revancha por el arbitraje anunciado por la Corfo.
Y es que si hay algo que Ellen y todos los directivos de Albemarle entienden es que el litio para Chile, como para prácticamente todos los países productores, es un tema de Estado, y como tal, quiere abrir todas las redes políticas posibles.
Pero al mismo tiempo, uno de los cometidos que tiene la exdiplomática es dar un toque de realidad al gobierno: el bautizado como “oro blanco” no va a reemplazar al cobre en importancia en la economía chilena, ni tampoco va a ser el motor principal del sistema productivo del país. Asimismo, aunque sí se puede industrializar una parte de la producción nacional del litio -y ella está convencida de que es una buena idea-, en ningún caso eso, por sí solo, va a hacer que Chile supere a otros países líderes en el desarrollo de baterías, como Corea, Estados Unidos o China. “El litio no va a ser para Chile como el petróleo de Arabia Saudita”, dice un analista que sigue la acción de Albemarle en Nueva York.
Ellen quiere ampliar el diálogo, sacarlo del foco del contrato con Corfo y hacer ver las cosas en perspectiva, mostrar los aportes en investigación y desarrollo que realizan en el país y la colaboración histórica que entregan a las comunidades locales en sus operaciones, así como las buenas relaciones que mantienen. “Quiere posicionar la marca Albemarle en Chile y contar toda la historia que ha tenido la empresa con el país”, agrega un colaborador.
Lo que Ellen Lenny-Pessagno quiere es que cuando se hable de litio en Chile, se piense en Albemarle. Y lo hará con pura diplomacia.
Fuente:http://www.latinomineria.com/2018/11/19/ellen-lenny-pessagno-la-ceo-enfrenta-las-complejas-semanas-albemarle-chile/