Tanto así que los Ejecutivos de El Salvador y Guatemala crearon una Comisión Binacional para estudiar los impactos de la extracción de metales que realizaría en el referido municipio guatemalteco, cercano al Lago de Güija.
Los Ministerios del Medioambiente de ambas Naciones estudiarán el impacto generado sólo por la exploración minera en Asunción Mita, en los ríos Lempa y Ostúa, ya que en Guatemala las comunidades afectadas serían 39 y, en El Salvador, tres millones de personas.
Antes que los vicepresidentes de ambos países firmaran el acuerdo que da vida a la Comisión Binacional, en Apaneca, Ahuachapán, las organizaciones sociales guatemaltecas y salvadoreñas se concentraron afuera del hotel donde se reunían los funcionarios.
Pacíficamente portaban pancartas y prepararon una carta para entregárselas a los vicemandatarios y hacerles conciencia del impacto de conceder el permiso de explotación.
David Pereira, uno de los coordinadores del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM), dijo que en la carta señalan que la mina Cerro Blanco se ubica en la zona del Plan Trifinio, un lugar calificado como “unidad ecológica”. “Estamos haciendo una petición para que se hagan las gestiones, a fin de cerrar la mina”, expresó Pereira.
El proyecto minero Cerro Blanco está a 14 kilómetros del Lago de Güija y contaminaría el agua de los ríos Ostúa de Guatemala, que desemboca en el mencionado lago; y, Lempa, de El Salvador.
Afectaría en un principio a las comunidades campesinas e indígenas de Asunción Mita, Jutiapa, Guatemala; y, a las ubicadas en el municipio de Metapán, El Salvador.
Según Pereira, la compañía que está detrás de esta explotación es la COMERCE Group, de capital canadiense y pretende extraer un millón 200 mil onzas de oro. Para ello se utilizará seis mil toneladas diarias de cianuro, el cual, es un tóxico que impide al oxígeno llegar a los demás organismos del cuerpo humano.
La resistencia guatemalteca antiminería la lidera el Fray Armado González Villatoro. Sólo en este año ha organizado tres marchas pacíficas para exigirle al gobierno de su país detener los proyectos mineros, especialmente el de Cerro Blanco.
El religioso aseguró que la ciudadanía ejerce presión para que la extracción de metales en Asunción Mita no se realice, ya que afectaría tanto a guatemaltecos como a salvadoreños.
“Este proyecto tiene que ser cancelado porque le haría mucho daño a nuestros hermanos de El Salvador”, aseguró Fray Armando.
Una comitiva de representantes de ambos países entró al salón donde se reunían el Vicepresidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y, su homólogo de Guatemala, Rafel Espada. Luego de entregar la carta, Sánchez Cerén aseguró que no se contaminarán las aguas y que el gobierno trabajará para tener un vital líquido limpio.
“Se van a analizar estos proyectos de cara a una visión sustentable”, indicó el Vicemandatario salvadoreño. El proyecto Cerro Blanco sólo cuenta con el permiso de exploración y funciona desde 2006, y según el Vicepresidente de Guatemala, el gobierno “está siendo muy estricto” en este tema.
Espada dijo que si el proyecto de Cerro Blanco no cumple con los “parámetros estrictos de medioambiente” se le quitaría el permiso de exploración minera.
La Comisión Binacional que estudiará este problema estará liderada por las vicecancillerías de ambos países y, en El Salvador, quien la tendrá a cargo es el Viceministro de Integración y Promoción Económica, Carlos Castañeda