Por: Paola Circa Yarce
Comunicadora Social
Esta historia empieza con 14 personas que viajaban desde diferentes sitios del departamento de Cundinamarca hasta la vereda Caño Bonito, la cual limita entre los municipios de Vélez y Landázuri del departamento de Santander. Su objetivo, ayudar y apoyar a una comunidad que padece de la indiferencia de la sociedad, el silencio del Estado y el abandono de los medios de comunicación nacional.
En medio del nublado amanecer sonaba de fondo uno de los buenos clásicos que tiene Jorge Velosa, “El rey pobre” ““En mi tierra yo me siento como un rey, un rey pobre pero al fin y al cabo rey, mi castillo es un ranchito de embarrar y mi reino todo lo que alcanzo a ver, por corona tengo la cara de el sol y por capa una ruana sin carbar, es mi cetro el cabo de mi azadón es mi trono una piedra de amolar” el cual se mezclaba con miradas y sensaciones al observar, paulatinamente, las ricas y envidiables tierras santandereanas, entremezclados con fragmentos de intervención antropogénica que causaban un impacto a la vista del paisaje y sugerían el por qué los campesinos deben luchar por su territorio.
Estábamos expectantes, admirando la magnificencia de los paisajes que tiene nuestro territorio. Para algunos, la naturaleza del país significa paz, trabajo, vida, inspiración, lucha y, para otros, dinero; fruto de las ganancias exageradas de la minería y de la explotación de las fuentes hídricas.
En el transcurso del viaje, pasábamos por diferentes caseríos y veredas, algunos de estos lugares están comenzando, desde este año, con la explotación minera. La comunidad, por falta de conocimiento sobre las afectaciones que traerán estos proyectos, no se ha organizado para luchar por sus tierras. El discurso que enmarca estos megaproyectos, en muchos lugares del territorio colombiano, es desarrollo municipal, trabajo y estabilidad económica a través de la regalías, pero el desarrollo, en algunos lugares del país, no lo ven las comunidades.
La minería, la locomotora que nos podría sacar del subdesarrollo o que puede enriquecer a unos pocos, a costa del sacrificio de nuestro medio ambiente.
Actualmente, existe una controversia por la ejecución de las regalías. El informe de la Contraloría, publicado por El Tiempo, advierte que el Sistema General de Regalías –SGR- ha ejecutado tan solo 2,5% “Según las cuentas de la Contraloría, el presupuesto bienal 2012-2014 (con corte al I trimestre del 2014) suma 20,7 billones de pesos, incluyendo 1,5 billones provenientes de un mayor recaudo, por una producción minero-petrolera más alta de la esperada. Hay que anotar que estos 1,5 billones aún no se han distribuido, porque deben contar con la venia del Congreso, donde todavía no se le ha dado debate al tema”.
En medio del viaje, Luis Orduz, un activista social y político y abogado de la Corporación Podion, nos explicó como en Colombia se obtienen las concesiones mineras “para alcanzar un título minero debe estar registrado en Catastro minero, a partir de ahí se obtiene el título por tres años que pueden ser prorrogables a dos. Después, la empresa tiene dos años para la etapa de montaje de la planta, la cual se puede extender por un año más. A partir de allí, se contará 22 años que le quedaría al título minero para la fase de explotación, que también, puede extenderse a 30 años más y luego por otros 30”.
Colombia es un país de carreteras destapadas y la vía a Caño Bonito no es la excepción, para llegar a ese lugar fueron ocho horas de viaje en el cual, tuvimos que realizar un transbordo en Cimitarra, un municipio localizado al sur-occidente de Santander, allí, tomamos una chiva, única capaz de subir las ondulaciones cordilleranas y sobrepasar las vías destapadas.
A nuestra llegada encontramos a más de 200 campesinos entre hombres, mujeres, ancianos, niños, niñas, adolescentes reunidos en el sitio conocido como Rio Blanco, entre Vélez y Landázuri, impidiendo la entrada de la empresa minera, la cual hará una explotación de carbón a cielo abierto y socavón.
Frente a esto, un comunicado de presa realizado por la Corporación Podion manifiesta que “El antiguo Ingeominas, actualmente Agencia Nacional de Minería, otorgó un contrato de concesión minera a favor de Inversiones Martínez Leroy cuyo representante legal es el Sr. Cristian Gregorio Rodríguez Martínez. Adicional, la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) aprobó licencia ambiental general para el dicho proyecto, desconociendo las riquezas hídricas, el potencial agrario y las poblaciones campesinas que habitan las 4.932 hectáreas que abarca el proyecto de extracción de carbón a cielo abierto”.
Desde el pasado martes 3 de junio hasta el día de hoy, las y los campesinos están realizando un plantón en el puente del Rio Blanco para defender su territorio e impedir el avance del proyecto minero en la zona. A través de consignas y carteles la comunidad también resiste, visibilizando a los transeúntes que pasan diariamente por el puente, la razón de su lucha; “lechería SI carbón NO” “nuestra región es rica en ganadería, agricultura, fauna, flora y piscicultura, por eso protestamos, no a la minería”, “ganadería, lechería, cacao, caucho, aguacate, limón, naranja, plátano, caña, yuca, mandarina es la riqueza de Rio Blanco. No a la minería”.
A través de la Corporación por el Desarrollo de la Provincia de Vélez, Vélez 500 años, organización que acompaña este proceso, pudimos saber y conocer la resistencia que lleva esta comunidad desde hace varios meses, por esta razón la Corporación Podion ha estado apoyando a las y los campesinos a través de talleres de incidencia política y apoyo jurídico.
Ana Milena Gómez, coordinadora de las Escuelas Social-ambientales de la Corporación nos cuenta el objetivo de nuestra visita a la zona “queremos seguir acompañando a esta comunidad, no solo en la parte jurídica y capacitación, hoy venimos a realizar entrevistas, recoger denuncias y testimonios con el fin de desarrollar un documental que irá a nivel nacional e internacional, este video será publicado con la aprobación de la comunidad. Además, quisimos extraer a la comunidad de su cotidiano con una obra de teatro y una acto cultural”.
El grupo “Carpa Teatro la Mueca”, de Sogamoso, a través de sus voces, expresiones corporales y performances manifestaron la cruda realidad de nuestro país, y realizaron una sensibilización en la defensa y protección del territorio y el medio ambiente. Doña Myriam, una señora que lleva la mitad de su vida en el arte escénico, y su hija Manuela de 17 años, quedaron conmovidas e impactadas al ver que su obra teatral se reflejó en una comunidad que lucha día a día por sus tierras. Al finalizar la obra, toda la comunidad se tomó de las manos y alzando sus brazos dijeron fuertemente “¿qué es mejor: una montaña o un maldito billete verde?”.
No obstante, el grupo “Manigua”, de Cajicá, por medio de la música tradicional colombiana y conocimiento de la realidad del país, llevaron a Caño Bonito letras de resistencia y amor por la tierra, además regalaron esperanza y fuerza para que la comunidad continúe con su entrega y defensa de su territorio.
Culminando el acto cultural, algunos campesinos tomaron la vocería de expresar su situación. Al ver que la presencia de los medios de comunicación nacional es ineficiente en estas zonas, aprovecharon los micrófonos del medio comunitario local para visibilizar su situación.
Desde que era un niño, Don Ricardo Gómez, un campesino de la vereda Puerto Rico, le está dando duro a estas tierras, sus manos ásperas y curtidas es el reflejo de miles de colombianos que se la pasan arando, sembrado y recogiendo los productos que nosotros los escogemos, apenas, estirando las manos en el supermercado, expresó que “no queremos ver nuestras tierras y aguas contaminadas, requerimos que el Gobierno local y nacional respeten los derechos de los campesinos. No queremos minería en nuestro territorio. Además, solicitamos al gobierno el arreglo de las vías y la construcción de un centro educativo para los niños y las niñas de la zona”.
Existen quienes afirman que los ojos son la ventana del alma, Don Wilson Moyano, otro campesino de 48 años, expresa en sus ojos el dolor, la angustia y la desesperación por lo que sucede en sus tierras. Él, a vivido toda su vida en estas tierras, su finca queda a escasos 15 minutos del puente y con su voz gruesa y entre cortada por el dolor que siente su alma, me comenta que a raíz de esta movilización y asentamiento en el puente la comunidad ha recibido por parte de la empresa “Inversiones Martínez Leroy” estigmatizaciones y persecuciones. Adicional, no esta de acuerdo con la concesión que se le otorgó, al señor Cristian Gregorio Rodríguez Martínez sobre las aguas del Rio Blanco porque el daño que va a ocasionar la minería en su zona será grande.
El daño ambiental en la zona implicará la explotación de 60.000 toneladas de carbón al mes tomando 3 lt/seg de agua, lo que implica más de 93 millones de litros de agua anual, el vertimiento de 0.83 lt/seg, es decir, más de 25 millones de litros de agua contaminada vertida sobre sus territorios y, la remoción de más de 821.955 metros cúbicos de madera nativa, entre ceibas, roble y caracolí.
“El río para nosotros es paz, es vida, es esperanza, es la columna vertebral de toda una comunidad, es la fuente de vida y recreación de los niños y jóvenes. El río nos proporciona agua para los acueductos de los caseríos y las veredas. Al río es en donde se lleva a beber a la vaca, el buey y la mula después de la faena de trabajo. El río para nosotros lo es todo”. No cuenta Kennedy, un integrante de la Corporación por el Desarrollo de la Provincia de Vélez, Vélez 500 años.
Estas tierras han visto y sentido crecer a Edison Marín un campesino de 37 años. Él vive en su finca con su esposa y sus tres hijas. Desde que su padre le heredó el don de cultivar, él siembra yuca, papa y cacao, con esto mantiene su hogar. Me invita a observar la hermosura de su tierra, mientras que mis ojos están atónitos al ver un paisaje lleno de bosques, él me narra que en Carmen de Chucuri y San Vicente de Chucurí llegaron personas de tierras lejanas a abrir otra minería. “Nuestro territorio y departamento estará inmerso de minería, por esta razón la gente se pronuncia y protesta. Si sigue esta minería, el impacto ambiental será muy grande” En medio de la charla, me preguntó ¿señorita, mi testimonio será publicado en algún lado? Mi respuesta fue, ¡Por supuesto Don Edison, ese es el objetivo!, al escuchar mis palabras me expresó que quería realizar un llamado nacional; “Invito a todas las entidades gubernamentales que tienen que ver con el medio ambiente para que vengan y se apersonen de la situación. Frente a un escritorio ellos pueden dar muchos permisos pero no se están dando cuenta del daño que están causando con esas aprobaciones”.
Con engaños y mentiras el señor Cristian Martínez fue entrando sus maquinarias al lugar. Tuvimos la oportunidad de ver el daño ecológico que ya tienen algunas fincas de la zona a causa del proyecto minero. Los habitantes se pronunciaron, el pasado 5 de octubre, a través de un documento formal dirigido al Gobernador de Santander, el Sr Richard Aguillar Villa, allí expresan su problemática y solicitan su ayuda para que estas tierras no caiga en este desastre. Hasta el día de hoy, la comunidad sigue a la espera de su respuesta.
Ahora, estas tierras enfrentan el problema de la minería. Veléz y Landázuri se han articulado y empoderado de sus tierras, su tejido social y cultural sigue en pie, su lucha por proteger sus tierras sigue activo y la persistencia de defender sus derechos están presentes en el puente Rio Blanco, el puente de la resistencia.