El pueblo de Simón Planas se moviliza en defensa del Cerro La Vieja y sus cuevas contra el intento de explotación minera por parte de una alianza Estado-Capital Privado
El Cerro “La Vieja” está ubicado al frente de Sarare, Municipio Simón Planas del Edo. Lara. Tiene una superficie 524 hectáreas y 683 m2, de gran valor histórico, cultural, agrícola y ecoturístico. Del cerro se alimentan, en sus bordes, el Río Sarare y la Quebrada La Cimarrona. Ha vivido varios intentos de explotación minera (el primero de ellos, en los 90), que han sido derrotados por la movilización popular.
En la actualidad, el cerro está viviendo un nuevo intento de explotación por una alianza Estado-Capital Privado, impulsada por la Gobernación del Estado Lara; con un grave impacto para los derechos humanos de la población del municipio, entre ellos: Violación de derechos culturales “Todas las manifestaciones culturales contenidas en este Catálogo…son poseedoras de valores tales –sean históricos, culturales, plásticos o ambientales– que el Instituto del Patrimonio Cultural las declara Bien de Interés Cultural, según la Resolución Nº 003-05 de fecha 20 de febrero del 2005” (Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano) La Cueva de La Vieja, que está dentro del Cerro, forma parte del Catálogo citado, con lo cual es oficialmente un Bien de Interés Cultural objeto de protección.
El Catálogo cita hallazgos arqueológicos como lozas con jeroglíficos, piezas de cerámicas, cocos labrados, vasijas gigantes, osamentas y huesos sueltos, que sugieren una densa historia de uso del cerro y que explican su rol en la generación de la cultura local. “Existe la creencia –señala el Catálogo- que esta cueva se comunica con las Minas de Buría y que fue allí donde el Negro Miguel escondió el famoso tesoro que nunca apareció”[7]. La rebelión del Negro Miguel contra la opresión española y su paso por el cerro, es motivo de orgullo de los pobladores de Simón Planas.
Otra de las Cuevas del Cerro se llama Estefanía, en honor a una de las hijas del Negro Miguel. Esa cueva es lugar de culto del espiritismo venezolano o Marialoncero y en su interior se pueden observar más de 500 objetos de culto de las distintas Cortes de esta religión venezolana; además de impresionantes estalagmitas y estalactitas, de hasta 5 metros. Pero además de los usos religiosos o el valor histórico, es muy fácil constatar el vínculo de los pobladores de Simón Planas con su cerro.
El cerro es una presencia visual hermosa desde todos los puntos de Sarare. La gente mira al cerro y sabe si lloverá, porque es una muralla a los vientos húmedos del sur que facilita la acumulación de nubes. Los colegios y liceos organizan frecuentemente excursiones al cerro, por lo que la inmensa mayoría de los/as Sarareños/as lo han visitado y disfrutado. Gente de otras partes del país viene al municipio a conocerlo o a usar sus paredes para la práctica deportiva de la escalada en roca o a realizar observación de aves, convirtiendo al cerro en un lugar ecoturístico que produce gran orgullo local. La explotación minera, realizada con explosivos, volvería insegura las cuevas.
Generaría derrumbes (de hecho ya hay deslizamientos en la Cueva La Vieja) e imposibilitaría el uso religioso, ecoturístico, recreacional, deportivo o científico del cerro. Un señor que participó de la marcha convocada por el “Comité Pro Defensa del parque Municipal Cerro La Vieja”, confiaba en que “Los Naturales” (especies de duendes que habitan el cerro) impedirían que eso ocurriera: “Ya antes volvieron locos a los trabajadores de la empresa que intentó explotar el cerro”. Minería en el Cerro La Vieja. El Capital contra los Derechos Humanos del Pueblo de Simón Planas Por Antonio J. González Plessmann / Surgentes. Colectivo de DDHH