El oro ha caído en 2013 un 19,94%, pero para César Díaz, Director de la Cámara Colombiana de Minería, lo que más afecta al sector no es el precio. Aquí explica en dónde está el problema.
El oro, que se había convertido en un buen refugio para los inversionistas, ha tenido este año una fuerte caída, un 19,94%, que dejó a varios con grandes deudas en sus cuentas.
Sin embargo a pesar de que el precio del metal pasó de US$1.675,35 al cierre del año anterior a US$1.341,24, en lo que va del año, el Director de la Cámara Colombiana de Minería, César Díaz Guerrero, no cree que ese sea el principal problema al que se enfrentan las empresas dedicadas a la extracción del metal precioso ni los arriesgados inversionistas que en éste dejaron sus ahorros.
En diálogo con Dinero.com el directivo abordó los temas que más le preocupan a él y a quienes en el sector dependen del oro. Así mismo planteó que las necesidades de las empresas dedicadas al metal son las mismas que tienen todas las de la industria minera.
“Los precios obviamente afectan la industria, pero el sector minero en general es un sector a largo plazo, hay otros impactos mayores que el precio. Por ejemplo la estabilidad jurídica, la respuesta oportuna de las autoridades mineras y las autoridades ambientales, las decisiones técnicas y objetivas en relación a la industria” dijo Díaz Guerrero.
Fue claro en decir que por supuesto el precio impacta a cualquier industria, no sólo a la minera, pero quiso hacer énfasis en que los precios son variables por lo que se debe pensar más en darle estabilidad a las políticas mineras para que cuando esto suceda el impacto sea menor.
Beatriz Uribe, presidenta de Mineros S.A., aseguró que “es un precio donde los sectores de minería a pequeña escala todavía tienen un incentivo interesante para trabajar, la afectación va a ser más de resultados financieros que de crecimiento del sector”.
Díaz también tocó el tema de los tiempos que tardan en recibir los permisos y las licencias ambientales. “para un proyecto minero la exploración se hace en cerca de diez años y el montaje dos o tres años con el licenciamiento, entonces realmente el precio afecta e impacta la industria pero hay otros factores que impactan más que el precio”.
Aclaro que no sólo las licencias tardan tiempo, sino que los pequeños permisos para detalles concretos de las fases de exploración también son demorados.
En opinión del Director de la Cámara Colombiana de Minería, “o único que la industria requiere y ha pedido durante muchos años es, claridad en las reglas de juego y en los tiempos oportunos de respuesta”.
A esto le sumó que es indispensable para las empresas dedicadas a la minería que durante el desarrollo de los proyectos no aparezcan nuevos obstáculos para el desarrollo de la industria. Es decir que la normativa y los requisitos no cambien durante las etapas de desarrollo de un proyecto.
Al preguntarle si la falta de estabilidad en las reglas era lo que alejaba a las empresas mineras del mercado bursátil colombiano fue enérgico para decir que no es esa la causa, sino que hasta ahora dichas empresas no han requerido este paso o simplemente se sienten cómodas con la estructura que tienen actualmente.
En ese punto coincidió con Uribe, presidenta de Mineros, pues ella sostuvo que “allá hay muchas compañías mineras nacionales que buscan financiación en el mercado de capitales el sólo Conglomerado de Buenaventura es muy grande y Perú es un país es absolutamente minero, de empresas medianas y de buen tamaño que pueden llegar al mercado de capitales”.
Sin embargo en países de la región como Perú por ejemplo las empresas dedicadas ala minería tienen un mayor apetito por el mercado de capitales a pesar de no ser empresas muy grandes. En el país inca hay alrededor de 11 compañías del sector listadas en la Bolsa de Valores de Lima.
Frente a estas cifras Díaz explicó que “hay dos factores para que allá sí y acá no. Primero, Perú es un país minero mucho más grande que Colombia unas tres o cuatro veces más grande, y segundo allá hay mucha más actividad de producción minera”.
Sobre la minería ilegal se mostró preocupado pues asegura que “es un fenómeno tremendamente dañino que esta creciendo muy rápido en todos los departamentos a pesar de que sí existe una política clara para combatirla de parte del Gobierno”.
Así mismo dio las soluciones para contrarrestarla de una manera más eficiente. En primer lugar planteó la necesidad de apoyar e incentivar la minería legal y segundo consolidar una política minera sólida y estable.
Por lo pronto los inversionistas tendrán que buscar otro activo refugio, por lo menos mientras vuelve a existir estabilidad en los precios del oro a nivel mundial. Así mismo el Presidente, Juan Manuel Santos, tendrá que buscar las herramientas para construir una política sólida para el sector minero si quiere permanecer cuatro años más en la Casa de Nariño y contar con el respaldo de este motor de la economía.