Tomado de: Tec Review – Tecnológico de Monterrey
Dossier Politico 14/04/2021
En el ambiente no solo aletea la idea de que el litio será el oro blanco o el petróleo del futuro, sino que también México cuenta con el potencial de generar grandes fortunas a través de la explotación de este mineral. ¿En verdad es así?
El debate comenzó formalmente el 11 de noviembre de 2020 cuando el senador por Morena, Alejandro Armenta Mier, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, dio a conocer una propuesta de reforma del artículo 27 de la Constitución, para nacionalizar el litio.
El senador sostiene que el litio es el “oro blanco”, dado su creciente uso en la manufactura de baterías, por lo que debe considerarse un bien estratégico para la federación, así como el petróleo.
Este legislador ha dicho que “el mundo se moverá con litio en los próximos años”. Entonces por esta razón la soberanía energética del país dependería de nacionalizar el litio, siguiendo el esquema de décadas cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río lo hizo con el petróleo.
Al respecto, Tec Review entrevistó a cinco especialistas que concuerdan en que más vale matizar la propuesta del senador Armenta, para el bien de México.
Litio en México: ni oro blanco ni petróleo del futuro
De acuerdo con Sergio Almazán, presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM), el litio no debería de ser considerado ni como el oro blanco ni como el petróleo del futuro, ya que este mineral está muy lejos de tener la importancia mundial de aquellos recursos naturales.
Es verdad que el litio ha despertado últimamente mucho interés sobre todo por su utilización en las baterías de autos eléctricos, pero esto no quiere decir que la industria minera mundial de pronto haya volcado toda su estrategia en el litio, al menos así lo evidencian las cifras.
“El año pasado la producción mundial de litio fue de 60,000 toneladas. La demanda, es cierto, ha venido creciendo en los últimos años casi al 20 % anual y se espera que en 2025 alcance una producción de 800,000 toneladas. Sin embargo, esto aún está muy lejos de, por ejemplo, la demanda mundial de 25 millones de toneladas de cobre al año”, afirma Almazán, quien agrega que si bien es cierto que el litio es muy utilizado en gadgets y automóviles eléctricos, lo mismo puede también decirse del cobre.
También, en el debate nacional, hay una confusión semántica especialmente cuando se dice que el litio es el petróleo del futuro, según Armando Ernesto Alatorre Campos, presidente del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (CIMMGM).
“Es un concepto malentendido o mal aplicado. Cuando se le llama petróleo del futuro se podría pensar que genera energía, pero el litio no la genera. El principal uso del litio es la fabricación de baterías de autos eléctricos, pero éstas no generan energía, sino que guardan energía que se genera de muchas formas posibles”, explica Alatorre Campos.
El creciente aumento en la demanda global del litio lo vuelve valioso para las naciones que cuentan con reservas minerales de este recurso, en particular porque hasta la fecha hay poca inversión en la infraestructura necesaria para aprovecharlo. De ahí que ahora es visto como un nuevo nicho de negocio.
Las cadenas de suministro están truncadas por la baja inversión actual en el sector frente al incremento de la demanda de litio conforme el mundo se aleja de la dependencia del petróleo.
En este sentido, el Banco Mundial estima un aumento de alrededor de 450 % para el año 2050 en la demanda de materiales como el litio, propicios para la transición hacia un futuro en que el petróleo ya no sea el recurso energético por excelencia.
Por lo anterior, Blas Luis Pérez Henríquez, director de la Iniciativa Global para la Innovación en Energía, Agua e Infraestructura, de la Universidad de Stanford, considera que comparar el litio con la riqueza que la simple y llana explotación del crudo trajo a los países petroleros del pasado es un tanto inexacto.
“Porque lo importante es poder producir litio de calidad a gran escala para baterías y otros productos de alto valor agregado que la economía global demanda, y esto requiere inversión, innovación y desarrollo de capacidades y conocimientos especializados”, aclara.
Una apuesta muy cara
México es considerado uno de los 10 países más importantes en minería a nivel mundial, año con año coloca entre 15 y 18 metales en los primeros 10 lugares de producción. El oro, la plata, el bromo, el zinc, el cobre, el molibdeno y la fluorita están dentro de la lista.
Entonces, poner la la atención solamente en el litio implica perder el enfoque completo de este asunto.
“¿El futuro de la minería de México está en el litio? No es así. El futuro de la minería nacional está en apoyar toda la investigación que se requiere en todos los metales que tiene el país”, platica el presidente de la AIMMGM.
Es clave mencionar que los principales productores de litio son Australia y Chile. Las reservas de litio de ambos países concentran el 80 % de las reservas a nivel mundial. Además, hay tres tipos diferentes de yacimientos de este mineral en el mundo: en sedimentos, en salmuera y en rocas. En el país de Oceanía el litio se encuentra en rocas, mientras que en la nación sudamericana este mineral está en salmuera.
Hasta el momento, en el planeta no se ha desarrollado la explotación de sedimentos de litio, tipo de yacimiento que en Bacadehuachi, Sonora, tiene más probabilidad de generar riqueza en el país, aunque todavía no se inventa el método rentable para hacerlo.
“Para el yacimiento de Sonora ya existe el procedimiento metalúrgico de extracción, pero todavía no es económicamente viable. Como se dice: sale más caro el caldo que las albóndigas”, afirma Sergio Alan Moreno Zazueta, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Minas, de la Universidad de Sonora.
Bacanora Lithium es la empresa privada británica que ya ha construido una planta piloto y cierta infraestructura para extraer el litio de Bacadehuachi. Se convertiría en la primera compañía minera del mundo en extraer litio a partir de sedimentos.
“En el proceso minero existe la etapa de construcción, la etapa de puesta en marcha y luego viene la etapa de operación con la producción del primer bloque de metal solito, en este caso litio. Esta empresa dice que llegará a la etapa de producción a finales del 2022”, precisa Moreno Zazueta.
Este académico opina que la pretendida nacionalización del litio, a semejanza de lo realizado por el general Cárdenas con el llamado oro negro, no sería miel sobre hojuelas, ya que podría provocar un largo proceso de querellas judiciales por parte de Bacanora Lithium.
“Había otro marco legal durante la expropiación petrolera de 1938, eran otros tiempos, pero ahora más valdría un buen arreglo que un buen pleito, porque un buen pleito en este asunto del litio puede llevarse unos 30 años”.
El senador Alejandro Armenta (@armentaconmigo), aseguró que el litio será fundamental para el desarrollo de nuestro país, por lo que su nacionalización es importante para garantizar la soberanía energética de México. https://t.co/XYLOe1sAOW
— Senadores Morena (@MorenaSenadores) December 12, 2020
Una opción diferente a la nacionalización
Para una explotación inteligente del litio no solo se requiere la extracción del material, sino también una inversión importante en infraestructura, ciencia, desarrollo tecnológico e innovación, así como el know how y recursos humanos especializados para maximizar su aprovechamiento. En las circunstancias actuales del país, es difícil que esto se consiga en su totalidad mediante la nacionalización de este mineral.
Al respecto, Pérez Henríquez opina lo siguiente: “México se beneficiaría más si en lugar de solo buscar rentas de este commodity invirtiera en innovación y desarrollo, como lo hacen competidores directos como China en el comercio mundial. Por esto, en Estados Unidos las universidades, los laboratorios nacionales y la industria trabajan en coordinación para lograr el liderazgo global en estas tecnologías”.
Además, integrándose a las cadenas de valor de la economía, empezando en América del Norte con el T-MEC y finalmente en otros mercados como el latinoamericano, México podría aprovechar mejor este recurso, de acuerdo con Pérez.
Según este directivo, los gobiernos de países en desarrollo (como México) están limitados en cuanto a recursos disponibles para hacer este tipo de inversiones y desarrollar la cadena de valor basada en el litio.
“Finalmente, el aprovechamiento de los recursos naturales es una decisión soberana de cada país, y en los países democráticos los ciclos políticos electorales determinan la dirección de la política pública nacional. Para que la inversión fluya y se arraigue se requieren compromisos institucionales creíbles de largo plazo”, opina Pérez.
Por otro lado, dice que al gobierno de México más bien le tocaría centrarse en el pleno cumplimiento de los derechos laborales y de seguridad de los mineros, además de facilitar las oportunidades de desarrollo económico que beneficien al país a partir de inversiones privadas en la explotación del litio.
“Esto es algo que la inversión privada extranjera y nacional pueden generar. Al final, todas estas empresas pagan regalías e impuestos por la explotación de este recurso”, concluye.
Un enorme potencial minero, aún sin explorar
El 70 % del territorio de nacional tiene muy buenas posibilidades de contener yacimientos minerales tan importantes como los que hasta la fecha se han descubierto. Esto después de más de 500 años de historia minera en el suelo y el subsuelo del lugar que primero fue Virreinato de la Nueva España y después se convirtió en México.
“Se ha estudiado suficientemente o a profundidad solo entre el 25 y el 30 por ciento de ese 70 %, lo cual indica que todavía tenemos grandes posibilidades de encontrar nuevos yacimientos y de continuar desarrollando nuestra minería”, dice el presidente de la AIMMGM.
Mientras que específicamente respecto al litio, este líder de ingenieros mineros especifica que en el país se han detectado yacimientos de este metal en 11 localidades, como sedimentos; en 24 localidades, como salmuera; y en 22 localidades, como rocas.
Se ubican en Sonora, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Puebla y Oaxaca, pero hasta el momento solamente hay posibilidades probadas de explotación en la entidad cuya capital es Hermosillo.
El camino del reciclaje
La idea de explotación de yacimientos de litio, aunque central, no agota el debate sobre el tema. Hace falta también mencionar la propuesta de reciclaje de este metal presente en las baterías tiradas a la basura.
De esto trata el trabajo del equipo coordinado por Jorge Iván Aldana González, profesor e investigador del Área de Ingeniería de Materiales, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco.
“Actualmente tengo un estudiante de maestría y tres estudiantes de licenciatura realizando tesis de recuperación de litio a partir de las baterías gastadas de iones de litio. Esto podría ser una alternativa, porque el reciclaje de metales también da un alto valor agregado”.
Aunque los resultados obtenidos por Aldana González todavía no trascienden el campo académico, él espera que pronto crezcan hasta el punto de que puedan instrumentarse a niveles industriales.
Es sorprendente que el litio haya cobrado tanto protagonismo, después de que por milenios había pasado sin pena ni gloria en el mundo, pues el oro, la plata y el cobre acaparaban los reflectores. Pero ahora, en medio de acalorados debates, ha llegado el turno estelar para el tercer elemento de la tabla periódica que, esperemos, sea para el bien de la humanidad.
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