La minería a gran escala en el Ecuador se ha convertido en una promesa de las últimas dos décadas que aún no se ha concretado del todo debido a cambios en la normativa y falta de acuerdos con las empresas del sector.
Sin embargo, en este tiempo se han identificado los cinco principales proyectos calificados como estratégicos que son rentables y pueden explotarse porque se han certificado sus reservas. Uno de los principales objetivos de las reformas mineras aprobadas en la Asamblea es atraer mayores inversiones para el sector; no obstante, el anuncio de la salida de la canadiense Kinross del yacimiento Fruta del Norte generó incertidumbre al interior de las empresas extranjeras.
Así lo expone el informe que se publica hoy en el Semanario de Economía y Negocios LÍDERES, en el que se analiza la realidad actual del sector minero. El anuncio de la salida de Kinross trajo cola. Al día siguiente, la canadiense INV Minerals que opera en el proyecto Loma Grande (Quimsacocha) en Azuay anunció que reevaluaría su permanencia en el Ecuador.
Con este panorama, la balanza se inclina en favor de las empresas estatales. De los cinco proyectos estratégicos mineros tres son operados por las estatales chinas Ecuacorriente y Junefield. Mientras que Fruta del Norte regresará a manos del Estado ecuatoriano y Quimsacocha podría también ser abandonado por la única privada restante INV Minerals. Según cifras oficiales, el potencial minero podría superar los USD 150 000 millones, considerando que solo el 40% de la superficie del país ha sido explorada.